Otro viernes que me encuentra con dos libros entre las manos. En este caso, son diferentes: uno es un ensayo y otro es mi consabida novela de la saga de Petra Delicado. Ya voy por la sexta entrega, Un barco cargado de arroz, y la verdad es que me está gustando mucho. Cambia de ambiente (de la prosperidad económica de la que disfrutaban los personajes de la novela anterior, Serpientes en el paraíso, pasamos a la marginación y el olvido de los indigentes) e introduce una trama relacionada con los skins heads, así que lo que llevo leído me está resultando francamente interesante. Por si todo esto fuera poco, Petra vuelve a sus andadas amorosas. Y ya no voy a contar nada más, porque si no me hago la reseña sin haber acabado el libro.
El ensayo se titula La Academia se divierte, está escrito por Sebastián Moreno y en él recoge anécdotas, mitos y supersticiones de los miembros de la Real Academia de la Lengua... y aledaños, porque también se habla (y en ocasiones bastante) de autores que no llegaron a formar parte de la institución por diferentes motivos.
El ensayo se titula La Academia se divierte, está escrito por Sebastián Moreno y en él recoge anécdotas, mitos y supersticiones de los miembros de la Real Academia de la Lengua... y aledaños, porque también se habla (y en ocasiones bastante) de autores que no llegaron a formar parte de la institución por diferentes motivos.
BBF#3
Garzón no comprendía por qué aquel cadáver me impresionaba especialmente; tampoco lograba hacerse una idea de cuál era la índole de mi emoción. Según él, a aquellas alturas, ya habíamos visto más muertos que Napoleón y Nelson untos, y tampoco el parque de la Ciudadela era precisamente el campo de Waterloo. Un simple mendigo tumbado en un banco, ése era todo el hallazgo. Casi parecía que aquel hombre estuviera dormido y aquella mañana no hubiera podido despertar. Pero no era así, lo habían apaleado hasta matarlo, si bien nadie había logrado borrar de su cara una serena dignidad. Manos largas, barba florida... era como el rey Lear dejado a su suerte en la tormenta, abatido por un injusto rayo, solo, inmóvil, recordando con su magnificencia que, incluso después de abandonado, seguía siendo un rey. (“Un barco cargado de arroz”, Alicia Giménez Bartlett)
Formar parte de la Real Academia Española (RAE) puede resultar, a veces, una ardua tarea, cuando no imposible. Al fin y al cabo se trata de un club, por muy institucional que sea, y sus miembros son los que tienen la potestad de admitir nuevos participantes de acuerdo con los reglamentos con que se ha dotado. Conviene que se sepa que para ser académico -ocupar uno de los 46 sillones codiciados por la intelectualidad- lo fundamental es que exista una vacante, que se haya muerto uno o varios miembros. Cuando se produce ese fallecimiento, pocos días después se declara oficialmente la vacante y se publican en el Boletín Oficial del Estado tanto la notificación de la citada vacante como la convocatoria para cubrirla, hasta el plazo de un mes. Los requisitos que se requieren para cubrirla no solo se refieren al prestigio intelectual y social del aspirante. Tienen un cuello de botella fundamental: la candidatura debe ser presentada por tres académicos que avalen que el candidato aceptará en caso de ser elegido. Se han dado casos en que el elegido nunca tomó posesión por considerar gafe a la Academia con eso de la "inmortalidad", y otros tardaron décadas en ocupar su sillón o murieron antes de la ceremonia. Las elecciones a académicos han dado para muchas intrigas y ambiciones. En tres siglos ha habido de todos los tipos. Muchas de ellas las contaremos aquí. (“La Academia se divierte”, Sebastián Moreno)
Como ves, son dos arranques que dicen bastante de lo que será luego el libro. En el caso de Petra, en este párrafo se puede ver muchas de las característica de la novela y de la saga: la descripción de emociones de la inspectora, su debilidad por los menos favorecidos, la relación que mantiene con Garzón, el humor, la acción constante (la trama comienza inmediatamente, en la primera frase ya aparece el cadáver), la reflexión, las referencias cultas... En fin, que se nota que cada libro que pasa soy más fan de Petra.
Nos seguimos leyendo
Me llama la atención la Saga de Petra Delicado, de Alicia Giménez Barlett sólo he leído Donde nadie te encuentre y me gustó muchisimo como escribe.
ResponderEliminarYo no había leído nada de Alicia Giménez Bartlett hasta que me he puesto con la saga de Petra Delicado y la verdad es que me gusta tanto cómo escribe que pienso leer todo lo que ha escrito en cuanto tenga oportunidad. Petra me parece tan rompedora, tan guerrillera, tan inestable, con unas ideas tan distintas a la de la mayoría... que me tiene cautivada. Si lees alguno, ya me contarás qué te parece a ti ;)
EliminarBesos... y gracias por seguirme!
vaya empieza a ser una costumbre eso de llevar dos libros entre manos... Me llama el de Gimenez Bartlett
ResponderEliminarSí, la verdad es que tengo un octubre cargadito de lecturas. Y me da que noviembre va a ser más de lo mismo, así que tendrá que compaginar lecturas, aunque no me gusta demasiado. Pero es que, si le echas un ojo a mi Reto de Libros Pendientes verás que incluí 15 títulos... y noviembre va por el mismo camino. Así que... ¡¡a leer!!! jejeje.
EliminarBesos!
Pues buscaré el de la RAE, porque me parece muy interesante conocer anécdotas de los académicos. No tenía ni idea de que existía el libro, la verdad. A este paso, Alicia te va a poner un piso.
ResponderEliminarBesos
Jajajajaaj. Con que me diera trabajo, me conformaba jajajajaj.
EliminarPues está interesante el de la Academia. Ya lo he acabado y me ha parecido muy curioso, con muchos datos, anecdotillas y chascarrillos que desconocía... como el puñetazo que Vargas Llosa le dio a García Márquez jajajaj. Leer para creer.
Besos!