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miércoles, 18 de octubre de 2017

"La película de la vida", de Maite Carranza: la crisis vivida por los niños

  Conocí a Maite Carranza gracias a una novela que me encantó (El fruto del baobab) y después descubrí que tiene una amplísima producción en novelas infantiles y juveniles. Así que aproveché esta que reseñé para Anika entre Libros para descubrir su otra faceta literaria. Y tampoco me ha decepcionado. En absoluto.
https://es.literaturasm.com/libro/pelicula-de-vida#gref

Título: La película de la vida
Título Original: (La pel.lícula de la vida, 2017)
Autores: Maite Carranza, Iratxe López de Munáin
Editorial: SM Colección: Barco de Vapor,Serie Roja

Copyright:
© Maite Carranza, 2017
© Ilustraciones: Iratxe López de Munáin, 2017
© Ediciones SM, 2017
Traducción: Maite Carranza
Ilustraciones: Color
Edición: 1ª Edición: Abril 2017
ISBN: 9788467592702
Tapa: Blanda
Etiquetas: familia, amistad, superación, cine, crisis financiera, marginación, libros ilustrados, libros premiados, literatura española, realismo, 10 años, 11 años, 12 años, 13 años, literatura infantil, pobreza, colegio, depresión, crecimiento, desahucios, multiculturalidad, madres e hijos, hermanos, optimismo
Nº de páginas: 208


Argumento:

Olivia ve cómo su vida se desmorona cuando la crisis económica se ceba con ella y su familia. Así, comprobará lo fácil que es perder lo que uno daba por seguro (la casa, el colegio, los amigos y hasta la atención y los cuidados de una madre) y descubrirá que en los peores momentos toca empezar de cero pero seguir remando.
Eso sí, nunca se está solo en el camino y siempre hay alguien dispuesto a echarnos una mano, si somos capaces de pedirlo y de aceptarlo.


Opinión:

 Maite Carranza ganó en 2016 el premio El Vaixell de Vapor con esta novela cruda y realista pero tan necesaria como verdadera. Una novela que ahonda en lo fácil que es perder lo que consideramos seguro y en cómo hacer frente a la adversidad.
  Una de las cosas que más me ha gustado de cómo la autora afronta el tema de la crisis económica que alcanzó su punto más crítico hace unos años es la franqueza con la que lo hace. A veces los adultos sobreprotegemos a los más pequeños y tratamos por todos los medios de ocultarles una realidad que está ahí y que, por desgracia, en ocasiones se nos cae encima como una losa. Es lo que hace la madre de la novela al principio: inventa juegos con los que justificar ante sus hijos que les han cortado la luz o que no tiene dinero para ir pagando las facturas.
  No digo que esas ficciones no sean necesarias en determinadas edades (y, de hecho, Carranza aborda este tema también de forma magistral gracias a los dos hijos protagonistas, Olivia y Tim, de edades bien diferentes). De hecho, el optimismo que es capaz de mostrar la madre es tan fascinante como el del protagonista de "La vida es bella", que sabe sacar fuerzas de flaqueza para que su hijo (sus hijos, en esta novela) mantenga una normalidad que está lejos de ser real. Pero también es verdad que Olivia sospecha y que se siente hasta ofendida cuando descubre la verdad; que ese optimismo termina pasando factura a una madre que acaba con una depresión aguda; y que esa forma de entender la vida (junto con el orgullo o la inconsciencia) también hacen que sea vea sola y desprotegida cuando si hubiera pedido ayuda podría haber conseguido algo de apoyo.
  Y ese es, precisamente, uno de los mayores dramas que aborda la novela y que me ha gustado que se ponga delante de los ojos de los niños: en las buenas, siempre hay gente a nuestro alrededor pero es en las malas cuando vemos quién vale realmente la pena, quiénes son nuestros amigos de verdad y quiénes son las personas que nos quieren incondicionalmente.
  En este sentido, también me ha gustado mucho todo lo que cuenta Maite Carranza sobre la nueva vida a la que deberán adaptarse Olivia y su hermano Tim tras el desahucio: vivir en una casa ocupada, en un barrio de mala fama y acudir a un colegio considerado de peor categoría. Sin embargo, en ese entorno hostil y rechazable desde la altura moral que parecen tener (o parece que tenemos) quienes poseemos lo fundamental, Olivia encontrará personas desinteresadas que les ayudarán solo porque ellos también fueron ayudados en su momento, en una cadena de solidaridad y bonhomía que parece perderse en cuanto empezamos a cubrir nuestras necesidades vitales y vamos teniendo algo que proteger (nuestra casa, nuestro coche, nuestras posesiones...).
  De igual modo, me ha encantado cómo Olivia se hace responsable de lo que ocurre a su alrededor y, aunque se ve obligada a crecer de repente (¡y cuántas veces ocurre eso en la vida real!), saca fuerza de flaqueza y logra sacar a su familia adelante. Además, también me ha parecido muy tierno a la vez que muy real el guiño sobre cómo los hijos imitan (o aprenden de forma inconsciente) las actitudes y formas de comportamiento de sus padres. Así, cuando ella se ve en la obligación de tirar del carro, sigue la senda que abrió su madre para evitar sufrimiento a su hermano y se inventa la ficción de que todo lo que está ocurriendo forma parte de una película de la que ellos son los protagonistas (de ahí el título).
  Narrada, además, con un pulso que atrapa desde el primer momento y combinando las reflexiones de Olivia con la crudeza de la realidad que está viviendo, la novela ahonda en muchos temas interesantes tanto para los lectores jóvenes como para los adultos y me parece muy recomendable para hablar con ellos, así que puede ser una buena propuesta para trabajar en clase o en un club de lectura.
  En definitiva, Maite Carranza nos ofrece una novela certera y verosímil que ahonda en la realidad que han tenido que vivir muchas familias en los últimos años, por mucho que en ocasiones no hayamos querido verla. Una realidad cruda y dolorosa de la que, sin embargo, siempre se puede sacar algo positivo.
    Enlace a la reseña original.
   Nos seguimos leyendo.

jueves, 26 de junio de 2014

Maite Carranza y su enriquecedor encuentro sobre la mujer y la ablación en LecturArte


  Maite Carranza protagonizó otro de los encuentros más recordados de LecturArte. Y no es para menos: el tema central de la novela de la que nos vino a hablar (El fruto del baobab) despierta tantos sentimientos y reacciones que la charla se convirtió pronto en un debate sobre lo sometidas que hemos estado siempre las mujeres y sobre cómo hemos sido capaces de soportarlo durante tanto tiempo.
   Si te pica la curiosidad, puedes ver
   - la reseña del libro, aquí.
   - la entrevista que le hice a la autora antes de la charla: “En el tema de la ablación no hay que vencer, hay que convencer; y para convencer es necesario conocer”, aquí.


   - y una crónica del encuentro: “Hay que saber de dónde venimos para valorar lo que tenemos pero también para darnos cuenta de que se puede perder en cualquier momento”, aquí.



   Un tema que da para pensar mucho mucho.
   Nos seguimos leyendo.

jueves, 6 de febrero de 2014

"El fruto del baobab", de Maite Carranza: una profunda reflexión sobre las diferencias culturales

http://www.planetadelibros.com/el-fruto-del-baobab-libro-90588.html

Ficha técnica:


Título: El fruto del baobab         Autora: Maite Carranza      Editorial: Espasa  Género: novela contemporánea  Páginas: 352 Publicación:  14/2/2013   ISBN: 978-84-670-1870-7

Sinopsis (editorial):


   Lola, pediatra de treinta y nueve años con una brillante carrera profesional, acaba de romper con su pareja. En los últimos tiempos su deseo de ser madre la ha llevado a cuestionarse el sentido de su vida. En la consulta conoce a Aminata, una gambiana más joven que ella y madre de cuatro hijos.  Inmigrante, ama de casa y analfabeta, Aminata es una mujer observadora que rebosa dignidad y que ha empezado a poner en duda los principios y tradiciones en los que ha sido educada, tal vez a causa de sus agrias disputas con Binta, su hija mayor.  Binta, una adolescente rebelde y luchadora, ha crecido en España y rechaza de plano la cultura de su familia, que relega a la mujer a un estado de perpetua sumisión. Estudiante brillante, Binta rompe tabúes, sueña con ir a la universidad y se enamora inconvenientemente de un chico blanco, a pesar de que, como acaba de descubrir, ella ya nunca podrá ser como las mujeres occidentales.  Lola, Aminata y Binta. Tres mujeres, sus luchas, sus renuncias y sus logros. Entre ellas nacerán unos poderosos vínculos de solidaridad y descubrirán que lo que las une es más fuerte que aquello que las separa.
   Me encantan los libros que proponen historias interesantes y que, además, profundizan en algún aspecto problemático de la realidad y este, precisamente, hace esas dos cosas. Por un lado, nos habla de la vida actual y pasada de tres mujeres (Lola, Binta y Aminata) y aborda, al hilo de sus historias, un tema tan controvertido como el de la ablación.
    Lola, la pediatra que trata a la adolescente Binta, que descubre que está "cortada" y que sospecha que a su hermana podría ocurrirle lo mismo, es el motor de la acción, la que desencadena una investigación personal que servirá al lector para adquirir o refrescar conocimientos sobre la ablación y dónde y por qué se practica. Lola será, también, la que revolucionará la vida de Binta y su madre Aminata con sus preguntas, sus respuestas y su implicación directa en el caso. Lola carga con su propia historia personal pero, aunque interesante, queda un poco desdibujada por el tremendo peso que adquiere la trama relacionada con la ablación.
    Binta es una joven brillante, inteligente, rompedora, fuerte y segura que comienza a plantearse los problemas que su ablación le puede suponer cuando vive su primer amor. Binta nació en África pero se ha criado en España, por lo que vive a caballo entre los dos mundos, entre las dos culturas, aunque su futuro se decanta por la forma de vida occidental: Binta quiere estudiar y llegar a ser una gran profesional. No quiere ser casada por conveniencia con cualquier primo y acabar pariendo hijos y lavando ropa en el río sin más pretensiones en la vida.
    Finalmente, Aminata es la madre de Binta. Aminata sí lleva dentro de sí la semilla germinada de la cultura en la que nació y vivió toda su vida hasta que se mudaron a Europa. Pero empieza a ver que mucho de lo que contaron no es verdad y los cimientos sobre los que se asientan sus creencias comienzan a resquebrajarse.


CHOQUE CULTURAL


   Aminata viene a personificar el gran tema de esta novela: el choque cultural entre el Primer y el Tercer Mundo, entre el norte y el sur, entre África y Europa. Me ha resultado interesantísimo encontrar esta reflexión en una obra literaria, imaginar qué puede sentir un inmigrante de un lugar tan diferente y lejano cuando llega a España. Maite Carranza se mete en la piel de quien es diferente para tratar de sentir qué mella deja esa diferencia en el alma y para descubrir, que tradiciones, costumbres y creencias al margen, esa piel que nos viste no es tan distinta, aunque no sea del mismo color. Y, lo que es más importante, que debajo de esa piel existen las mismas dudas, las mismas inquietudes, los mismos sueños y las mismas pesadillas.
   Carranza habla con conocimiento de causa (en los agradecimientos del libro narra el proceso de documentación que llevó a cabo, sus viajes, sus inquietudes, dónde nació todo) de la situación de las mujeres en África, de las jerarquías que las someten y de su mera condición de receptora del semen masculino y criadora de los hijos. Me ha parecido terrible todo lo que cuenta sobre la ablación, no solo por la extirpación de un punto importantísimo para el placer de la mujer, sino también por todo lo que tiene que ver con la virginidad: en muchos casos, se cosen los labios para que el marido corte ese hilo en la noche de bodas y se garantice, así, la virginidad de la esposa. 
   Hay pasajes realmente escalofriantes, como el momento en el que tiene que cruzar entre cocodrilos para curarse de una supuesta esterilidad. Simplemente aterrador. Sobre todo cuando piensas que todo lo narrado es (o puede ser) cierto.


ETNOCENTRISMO


   Cierto es que es complicado juzgar las costumbres, tradiciones y creencias de otros desde el propio etnocentrismo de cada uno y sobre eso también reflexiona la novela. Pero hay abusos que no se pueden dejar pasar, por mucha imposición del punto de vista occidental que impliquen. Es mi opinión, por supuesto y, a pesar de ella, aún sigo preguntándome dónde estará el punto justo, el equilibrio que permita respetar tradiciones ajenas sin poner en riesgo los derechos humanos.
    Un etnocentrismo que, en muchos casos, se convierte en prepotencia, otro de los temas que plantea esta novela llena de reflexiones jugosas, como la inseguridad propia de la adolescencia, la apertura de mente que supone viajar y conocer mundo, el analfabetismo, el tabú del sexo, la difícil adaptación del inmigrante y cómo ven ellos al colectivo social en el que se inserta.
      Una novela, en definitiva, que plantea temas de muchísimo interés a través de una historia con mucha miga y cierta intriga, que habla con valentía de los tabúes sociales y que plantea las diferencias y similitudes que existen entre los humanos, más allá de nuestras creencias o el color de nuestra piel.
    Nos seguimos leyendo.   

   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto 100 libros: 4/100
  •  Reto Encuentra al Personaje: 1/12
  •  Reto Autores de la A a la Z: C
  •  Reto Genérico: 1 (exótico)/40
  •  Reto 25 españoles: 4/25            
  Y como el Reto Encuentra el Personaje conlleva una serie de requisitos, voy a cumplir con él a continuación. Los datos del libro y la portada ya están puestos más arriba, así que paso al personaje directamente:
     En El fruto del baobab he encontrado a un personaje que se da un baño: Lola. Concretamente, nada porque le encanta hacer ejercicio. De hecho, ella encuentra en sí misma bastantes actitudes masculinas y encuadra la práctica intensiva del deporte y la competitividad (aunque sea consigo misma) que encuentra en él como una de esas actitudes. Lola es una pediatra que acaba de dejar atrás una relación fracasada y que huye a Mataró para romper definitivamente con un pasado aún superado. 
    Respecto a la ubicación concreta del pasaje, este se localiza en el capítulo 9, página 73, cuando dice:
Respira, mete la cabeza dentro del agua, se sumerge y bucea con convicción. Bracea con los ojos abiertos hasta tocar el fondo de la piscina y se queda ahí, ligera, casi ingrávida, como un pez. Dobla sus rodillas y se mece inmóvil mientras vacía los pulmones y percibe cómo su cuerpo se empeña en flotar y regresar a la superficie, independientemente de su voluntad.



viernes, 17 de enero de 2014

BBF#69: "El fruto del baobab", de Maite Carranza

  
    Estoy ya a punto de terminar esta novela que me está encantando. Me gusta por lo que cuenta, por el choque entre culturas y por hablar de algo tan abominable como la ablación, pero también me siento muy a gusto con el estilo de la autora, con cómo cuenta esa historia y cómo profundiza en los sentimientos de cada una de las tres mujeres que la protagonizan. El fruto del baobab, esa dulce y preciada golosina, empieza así:

 BBF#69

Es la hora sombría de una noche de luna nueva.
   Rama se detiene en la puerta de la cabaña y permanece inmóvil. Quiere retener la imagen de los tres cuerpos entrelazados sobre la paja, instintivamente unidos en la adversidad.
   La memoria almacena los pequeños detalles, una pierna doblada, un rizo rebelde, un pulgar en la boca, una sonrisa fugaz. Quisiera tener todo el tiempo del mundo para fijar la fotografía de las niñas dormidas, pero el tiempo le ha sido robado, como tantas otras cosas. (“El fruto del baobab, Maite Carranza)
 Y lo bueno no es solo que me esté gustando el libro, sino que la autora vendrá a Azuqueca el 6 de marzo. ¡Ya estoy deseando que llegue!
   Nos seguimos leyendo.
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