Título: La cautiva
Autora: Inma Bretones
Editorial: autopublicado
Género: novela, intimista, romántica
Páginas: 315
Publicación: 19/4/2020
ISBN: 9788409083107
A sus sesenta y cinco años, y tras la muerte de su mujer, Rafael repara en que el tiempo, su vida, ha pasado demasiado deprisa. Y lo que es más grave, sin sentir que esa parte de su vida le pertenezca.
Sin embargo, a pesar de su edad, no todo está perdido, como él cree. Aún tiene la oportunidad de ser feliz, de conocer el amor y la pasión y de cumplir su sueño. No será fácil conseguirlo. Deberá hacer frente a mucho dolor y desencuentros. Una historia sobre atrevernos a mostrar quiénes somos realmente, al precio que sea.
Ya sabéis que tengo el blog un poco en "stand by" desde hace tiempo pero, en esta ocasión, regreso por un buen motivo. Es cierto que (para mí) este confinamiento al que nos estamos viendo sometidos ha tenido (al menos) una cosa buena: he tenido mucho más tiempo para leer y he logrado reducir considerablemente mi montaña de libros pendientes. Así que publicaré alguna reseña más por aquí.
Pero es verdad que esta situación también ha tenido consecuencias negativas. Muchas y terribles, en algunos casos. Otras, menos graves pero también importantes, sobre todo para quien las padece. Y así, muchos autores se han visto afectados por este parón. Esperemos que el daño no sea muy profundo y que puedan salir del bache cuanto antes.
Entre esas autoras afectadas, está mi querida Inma Bretones (administradora del blog Lectora de tot), quien publicó su tercera novela justo al comienzo del confinamiento. Me ofreció un ejemplar para que la leyera y, aprovechando que tenía más tiempo, lo acepté. Y aquí estoy para contaros mis impresiones.
Es curioso, pero durante estos meses he leído otros dos libros que tratan, por separado, dos cuestiones que aparecen en esta novela: "El eco de la piel", de Elia Barceló habla de hombres que se sienten mujeres y que tienen que ocultarlo, por los motivos que sea. Y "El consuelo", de Anna Gavalda, trata de esa vida gris que no nos convence, que no nos hace feliz, pero de la que no sabemos cómo salir. Así que entre los tres me han dado una perspectiva más amplia de estas dos cuestiones.
Dos cuestiones, sin duda, interesantes y que dan mucho juego en la novela de Bretones. Sobre todo porque Rafael, el protagonista de la obra, se te mete muy pronto en el corazón, así que compartes con él toda su frustración, todos sus sueños prohibidos, toda la tristeza, o la añoranza, por lo que él siente como una vida... no perdida, porque ha sido feliz a su manera con lo que ha tenido, pero sí quizás vivida a medias. Me ha encantando sentir con él esa sensación de que el tiempo pasa muy deprisa, que crees que siempre vas a poder seguir cumpliendo sueños y que, muy al contrario, si no te apresuras a ir poniéndolos en marcha, corres el peligro de quedarte sin ellos.
Por otra parte, también me ha interesado mucho tanto su relación con sus hijas como la configuración de estas como personajes. Es cierto que, al ser secundarios, son personajes con menos desarrollo, pero lo que la autora nos cuenta de ellas es suficiente y retratan muy bien su manera de pensar, de sentir y de actuar. Y reflejan que esto de los sueños rotos no tiene que ver con la edad, sino con el empeño que uno le ponga.
Otro de los grandes temas (por no decir el más importante) que se plantean en la novela es el de la identidad de género y las preferencias sexuales de cada uno. En este sentido, me ha encantado el enfoque de Bretones, valiente, cercano, realista y... bueno, no voy a comentar nada del final... pero da mucho que pensar. Y me encanta porque me ha resultado novedoso y, como digo, osado desde el punto de vista literario.
En cuanto al estilo, es cercano, es amable, el narrador se mantiene muy cercano a los personajes y, aunque es cierto que en ocasiones esta voz narradora me ha causado cierta incomodidad (pero no sabría decir por qué), la novela es muy ágil y engancha fácilmente, sobre todo, con la fuerza de unos personajes muy trazados.
Me ha costado ponerle la etiqueta de romántica porque no es una historia de amor al uso, por lo que ese membrete podría dar lugar a equívocos a lectores que busquen "más de lo mismo". Y también porque hay muchas más cosas además de una historia de amor romántico (aunque sobre esto también se podría hablar... y mucho). En realidad, "La cautiva" es una historia de amor a la vida, a la música, a los sueños, a la familia, a los amigos, a las pequeñas cosas y a uno mismo.
En definitiva, una historia entrañable y certera que no deja indiferente.
Nos seguimos leyendo.
Pero es verdad que esta situación también ha tenido consecuencias negativas. Muchas y terribles, en algunos casos. Otras, menos graves pero también importantes, sobre todo para quien las padece. Y así, muchos autores se han visto afectados por este parón. Esperemos que el daño no sea muy profundo y que puedan salir del bache cuanto antes.
Entre esas autoras afectadas, está mi querida Inma Bretones (administradora del blog Lectora de tot), quien publicó su tercera novela justo al comienzo del confinamiento. Me ofreció un ejemplar para que la leyera y, aprovechando que tenía más tiempo, lo acepté. Y aquí estoy para contaros mis impresiones.
Es curioso, pero durante estos meses he leído otros dos libros que tratan, por separado, dos cuestiones que aparecen en esta novela: "El eco de la piel", de Elia Barceló habla de hombres que se sienten mujeres y que tienen que ocultarlo, por los motivos que sea. Y "El consuelo", de Anna Gavalda, trata de esa vida gris que no nos convence, que no nos hace feliz, pero de la que no sabemos cómo salir. Así que entre los tres me han dado una perspectiva más amplia de estas dos cuestiones.
Dos cuestiones, sin duda, interesantes y que dan mucho juego en la novela de Bretones. Sobre todo porque Rafael, el protagonista de la obra, se te mete muy pronto en el corazón, así que compartes con él toda su frustración, todos sus sueños prohibidos, toda la tristeza, o la añoranza, por lo que él siente como una vida... no perdida, porque ha sido feliz a su manera con lo que ha tenido, pero sí quizás vivida a medias. Me ha encantando sentir con él esa sensación de que el tiempo pasa muy deprisa, que crees que siempre vas a poder seguir cumpliendo sueños y que, muy al contrario, si no te apresuras a ir poniéndolos en marcha, corres el peligro de quedarte sin ellos.
Por otra parte, también me ha interesado mucho tanto su relación con sus hijas como la configuración de estas como personajes. Es cierto que, al ser secundarios, son personajes con menos desarrollo, pero lo que la autora nos cuenta de ellas es suficiente y retratan muy bien su manera de pensar, de sentir y de actuar. Y reflejan que esto de los sueños rotos no tiene que ver con la edad, sino con el empeño que uno le ponga.
Otro de los grandes temas (por no decir el más importante) que se plantean en la novela es el de la identidad de género y las preferencias sexuales de cada uno. En este sentido, me ha encantado el enfoque de Bretones, valiente, cercano, realista y... bueno, no voy a comentar nada del final... pero da mucho que pensar. Y me encanta porque me ha resultado novedoso y, como digo, osado desde el punto de vista literario.
En cuanto al estilo, es cercano, es amable, el narrador se mantiene muy cercano a los personajes y, aunque es cierto que en ocasiones esta voz narradora me ha causado cierta incomodidad (pero no sabría decir por qué), la novela es muy ágil y engancha fácilmente, sobre todo, con la fuerza de unos personajes muy trazados.
Me ha costado ponerle la etiqueta de romántica porque no es una historia de amor al uso, por lo que ese membrete podría dar lugar a equívocos a lectores que busquen "más de lo mismo". Y también porque hay muchas más cosas además de una historia de amor romántico (aunque sobre esto también se podría hablar... y mucho). En realidad, "La cautiva" es una historia de amor a la vida, a la música, a los sueños, a la familia, a los amigos, a las pequeñas cosas y a uno mismo.
En definitiva, una historia entrañable y certera que no deja indiferente.
Nos seguimos leyendo.