Ficha técnica:
Título: Los gritos del pasado Autora: Camilla Läckberg Editorial: Maeva Género: novela policíaca Páginas: 392 Publicación: Junio 2008 ISBN: 978-84-96748-50-7
Sinopsis (editorial):
La joven pareja formada por la escritora Erica y el detective Patrik disfrutan de unas merecidas vacaciones en la pequeña población costera de Fjällbacka. Erica está embarazada de ocho meses y el calor sofocante del verano vuelve especialmente difícil este último mes de gestación. La última cosa que necesita la joven pareja es un nuevo caso de asesinatos, pero el malhumorado comisario Mellberg le comunica a Patrik que un niño ha encontrado el cadáver de una mujer mientras jugaba.
No obstante, lo más extraño es que junto al cadáver han aparecido los restos de dos mujeres desaparecidas años atrás. En aquel lejano caso, el acusado de la desaparición de las dos mujeres había sido denunciado por su propio hermano. Ahora, será necesario hurgar en el turbio pasado de estos dos hombres unidos por el odio...
Después de la extraña experiencia con El vagón de las mujeres, en el club de lectura queríamos algo animado para cerrar el curso, así que optamos por una novela policíaca. Yo tenía muchas ganas de estrenarme con Camilla Läckberg, una de las grandes damas de la novela policíaca del momento, así que nos decidimos por Los gritos del pasado, aunque fuera la segunda entrega de la saga Patrick Hedström. La verdad es que no tengo perdón, porque la primera entrega (La princesa de hielo) la tengo en casa gracias a un sorteo, pero lo vas dejando lo vas dejando... Lo bueno es que dos de las participantes en el club sí habían leído el primero, así que nos pusieron un poco en antecedentes sobre lo que forma parte de la trama de la saga y lo que es la trama de cada una de las entrega y nos ayudaron a reconstruir el pasado de algunos de los personajes que aparecen en esta, como Anna, la hermana de Erica, aunque la verdad es que yo creo que está bastante bien explicado en la segunda entrega, se entiende perfectamente sin haber leído la primera aunque, obviamente, algunas cosas solo se esbozan y se deja ver que tienen un desarrollo anterior, expuesto, cabe pensar, en la primera entrega.
No sé si será porque lo hemos leído de dos tirones o porque realmente pudiera considerarse que la novela tiene dos partes, pero lo cierto es que he tenido un cambio de sensación un poco antes de la mitad: hay una primera parte más lenta, en la que la autora presenta con gran detalle a los (abundantes) personajes que habitan esta novela, empezando por los miembros de la policía y sus vidas personales y continuando por los grandes sospechosos de la historia, una familia con un, también, elevado número de miembros. Esta parte resulta interesante como retrato humano y como una manera de profundizar en el ser humano que se esconde detrás del típico criminal y el típico policía que caracteriza a la novela negra. Pero también es verdad, como se dijo en el club, que ralentiza un poco el comienzo de una novela policíaca, a la que se le presupone una gran dosis de acción.
Una acción que sí se acelera en la segunda parte, cuando empiezan a aparecer pruebas y se van aclarando los sospechosos. En esta parte, las tramas personales pierden algo de peso, aunque siguen presentes y gana peso la persecución pura y dura del criminal.
Uniendo ambas partes, el balance general es una obra equilibrada, con su dosis de acción pero también con su granito de análisis de la conducta humana, tanto en cuanto al comportamiento criminal como al resto: en la novela se plantean cuestiones como la violencia de género, el valor de la religión, la influencia de quienes admiramos, el poder de las sectas o, en un plano menos profundo y más divertido, el morro que lo echan algunos para pasar unos días de vacaciones por la cara y con servicio completo incluido.
Me ha gustado mi primera incursión en la novelística de Läckberg aunque le pongo dos pegas (muy pequeñas). La primera la dejo en cuarentena, hasta que haya leído la saga o, al menos, algún libro más de la saga pero no me ha gustado la imagen que da de la mujer embarazada. Quiero decir, si es verdad que en el primer libro Erica participa en la investigación (y no sé si lo hará en el resto), me parece un poco triste (e indignante) que esta vez la deje fuera de juego solo por estar embarazada. Hay mujeres que están al pie del cañón hasta el último día (como bien dice la propia Erica) y me parece que se incide demasiado en la visión del embarazo como enfermedad con este alejamiento de la escritora de la trama criminal. Podría haber hecho algo desde casa, como sí hace al principio de la novela; algo que la involucre, que siga demostrando que es una mujer inteligente, útil y con recursos, y no solo un horno para bebés.
La segunda pega que le pongo es la excesiva ñoñería con la que hablan los policías. ¿Alguien se imagina a dos policías en plena investigación de un asesinato, bebiendo café "con avidez", hablando de la reacción (indignada) de uno de los personajes y diciendo "No debería hablar así de ella, pero, ¡mecachis!, qué persona más espantosa"? (tal y como ocurre en la página 199). Yo, sinceramente, no lo veo. No sé si será cosa de la autora o de la traducción pero ¿qué quieres que te diga? Mecachis lo digo yo delante de Lucía, cuando no está delante y me cabreo me sale algún exabrupto un poco más fuerte. Y lo peor es que la palabrita la vuelve a utilizar en otro momento de tensión el "malhumorado comisario Mellberg" del que se habla en la sinopsis. Pues será cosa mía pero si un malhumorado comisario dice mecachis... pues como que se me vuelve un poco malhumorado comisario de pacotilla, ¿no?
Nos seguimos leyendo. No sé si será porque lo hemos leído de dos tirones o porque realmente pudiera considerarse que la novela tiene dos partes, pero lo cierto es que he tenido un cambio de sensación un poco antes de la mitad: hay una primera parte más lenta, en la que la autora presenta con gran detalle a los (abundantes) personajes que habitan esta novela, empezando por los miembros de la policía y sus vidas personales y continuando por los grandes sospechosos de la historia, una familia con un, también, elevado número de miembros. Esta parte resulta interesante como retrato humano y como una manera de profundizar en el ser humano que se esconde detrás del típico criminal y el típico policía que caracteriza a la novela negra. Pero también es verdad, como se dijo en el club, que ralentiza un poco el comienzo de una novela policíaca, a la que se le presupone una gran dosis de acción.
Una acción que sí se acelera en la segunda parte, cuando empiezan a aparecer pruebas y se van aclarando los sospechosos. En esta parte, las tramas personales pierden algo de peso, aunque siguen presentes y gana peso la persecución pura y dura del criminal.
Uniendo ambas partes, el balance general es una obra equilibrada, con su dosis de acción pero también con su granito de análisis de la conducta humana, tanto en cuanto al comportamiento criminal como al resto: en la novela se plantean cuestiones como la violencia de género, el valor de la religión, la influencia de quienes admiramos, el poder de las sectas o, en un plano menos profundo y más divertido, el morro que lo echan algunos para pasar unos días de vacaciones por la cara y con servicio completo incluido.
Me ha gustado mi primera incursión en la novelística de Läckberg aunque le pongo dos pegas (muy pequeñas). La primera la dejo en cuarentena, hasta que haya leído la saga o, al menos, algún libro más de la saga pero no me ha gustado la imagen que da de la mujer embarazada. Quiero decir, si es verdad que en el primer libro Erica participa en la investigación (y no sé si lo hará en el resto), me parece un poco triste (e indignante) que esta vez la deje fuera de juego solo por estar embarazada. Hay mujeres que están al pie del cañón hasta el último día (como bien dice la propia Erica) y me parece que se incide demasiado en la visión del embarazo como enfermedad con este alejamiento de la escritora de la trama criminal. Podría haber hecho algo desde casa, como sí hace al principio de la novela; algo que la involucre, que siga demostrando que es una mujer inteligente, útil y con recursos, y no solo un horno para bebés.
La segunda pega que le pongo es la excesiva ñoñería con la que hablan los policías. ¿Alguien se imagina a dos policías en plena investigación de un asesinato, bebiendo café "con avidez", hablando de la reacción (indignada) de uno de los personajes y diciendo "No debería hablar así de ella, pero, ¡mecachis!, qué persona más espantosa"? (tal y como ocurre en la página 199). Yo, sinceramente, no lo veo. No sé si será cosa de la autora o de la traducción pero ¿qué quieres que te diga? Mecachis lo digo yo delante de Lucía, cuando no está delante y me cabreo me sale algún exabrupto un poco más fuerte. Y lo peor es que la palabrita la vuelve a utilizar en otro momento de tensión el "malhumorado comisario Mellberg" del que se habla en la sinopsis. Pues será cosa mía pero si un malhumorado comisario dice mecachis... pues como que se me vuelve un poco malhumorado comisario de pacotilla, ¿no?
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto100 libros: 54/100
- Reto Negro y Criminal: 13/15
Pues yo leí e momento solo La princesa de hielo, asi que me toca coger este en algun momento ;)
ResponderEliminarPara mi es una saga que me resulta entretenida, fácil de leer y muy propia para esta época, de la suelo leer un libro al año (más o menos ese es el tiempo de publicación entre uno y otro), pero no cabe duda que hay novelas mucho mejores y sin necesidad de salir de nuestras fronteras. Besos.
ResponderEliminarA mi me gusta mucho esta serie, tanto Erika como Patrick me encantan, y aunque me faltan unos cuantos >(solo he leído los 3 primeros), creo que pronto seguiré y leeré otro!
ResponderEliminarLa verdad es que La princesa de hielo es bueno... deberías habértelo leído antes :P
Besos
Mecachís, todavía no me estrené con esta autora, jaja. Me dan un poco de pereza las sagas pero seguro que algún día leeré algún libro de ésta.
ResponderEliminarBesotes
Bueno, es que Camilla es muy suave. En sus novelas no encontrarás nada fuera de tono.
ResponderEliminarLo del embarazo, también me molestó. Algo de eso se mantiene aunque con el tiempo Erika vuelve a recuperar papel
Besos
Es una saga sobre todo entretenida. A mi gusta leerla para intercalar por la sencillez.
ResponderEliminarBs.
Como dice Ángela, una saga entretenida, ideal para cuando quieres desconectar y buscar cosas ligeritas y sencillas. Pero si buscas algo más, hay muchos mejores autores.
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo leí hace tiempo la primera novela y no me gustó mucho, quizás por lo que dices de que describe tanto a los personajes que se te hace leeenta. Yo no creo que repita con ella.
ResponderEliminarBesotes.
Leí este segundo libro de la serie hará un par de mese y me gustó bastante, en especial por la variedad de temas que trata =)
ResponderEliminarYo no me estrené con esta autora pero me gusta eso que comentas de las pegas. A ver esa primera pega de qué irá.. Ya nos dirás. besos.
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