Antes de comentar el capítulo, pido perdón por el retraso en esta sección, que habitualmente publico los lunes (como Laky manda). Las fechas de la lectura conjunta de La última vuelta del scaife cuadraron así y de ahí que ayer publicara la reseña y hoy continúe con mi querido Quijote. La semana que viene me ocurrirá lo mismo, en esa ocasión, con la lectura conjunta de Los colores de una vida gris. Así que, igual que me ha ocurrido esta semana, la que viene publicaré reseña el lunes y el comentario de El Quijote, el martes.
Hecha esta aclaración, vamos al lío.
Este es otro de los capítulos más conocidos de El Quijote y uno de los que ha dado pie a más lecturas e interpretaciones a lo largo de los siglos. Dice Martín de Riquer en la edición que estoy leyendo que los románticos lo vieron como un canto a la libertad y coronaron al caballero como paladín del respeto a las libertades, cuando, en realidad, esta es una manera de rizar más el rizo de Cervantes: según las "leyes de la caballería", el caballero debe dar libertad al forzado pero Don Quijote se excede (como casi siempre) en la interpretación y ejecución de estas leyes y acaba defendiendo una causa injusta, en vez de una justa, al liberar a los galeotes, condenados por la justicia. El caballería llevaría a cabo, pues, otra de sus quijotadas como ejercicio de burla y desprestigio de la caballería por parte del escritor.
Pero más allá del comentario de Martín de Riquer, es verdad que el capítulo da pie a una serie de reflexiones o críticas o lecturas que pone el lector y no el autor. Por ejemplo: ¿por qué es más válida la justicia del rey que la de Don Quijote? No me refiero tanto al hecho de que Don Quijote libere a los condenados por una serie de delitos sino a que por qué va a ser el rey más que el caballero en cuanto a su capacidad para impartir justicia. O sea, si pones en tela de juicio el don divino del rey para ejercer como tal... ¿qué diferencia hay entre la justicia de un hombre u otro?
Entre líneas, también pueden verse críticas a algunas sentencias judiciales, a los prejuicios hacia los condenados o reincidentes o a la falta de respeto hacia los galeotes.
El caso es que, críticas o lecturas personales al margen, Don Quijote vuelve a hacer una de las suyas y libera a los presos, apelando a la justicia divina como resolución de conflictos humanos. Pero la justicia de Dios es tardía y los delincuentes... son como son, así que caballero, escudero y monturas vuelven a acabar maltrechos.
De este capítulo me quedo con las respuestas de los galeotes cuando Don Quijote les pregunta por la razón de haber sido condenados a galeras y con el momento de la liberación, cuando les conmina a ponerse a los pies de su Dulcinea como si fuese un predicador recabando almas para su dios.
Nos seguimos leyendo.Hecha esta aclaración, vamos al lío.
Este es otro de los capítulos más conocidos de El Quijote y uno de los que ha dado pie a más lecturas e interpretaciones a lo largo de los siglos. Dice Martín de Riquer en la edición que estoy leyendo que los románticos lo vieron como un canto a la libertad y coronaron al caballero como paladín del respeto a las libertades, cuando, en realidad, esta es una manera de rizar más el rizo de Cervantes: según las "leyes de la caballería", el caballero debe dar libertad al forzado pero Don Quijote se excede (como casi siempre) en la interpretación y ejecución de estas leyes y acaba defendiendo una causa injusta, en vez de una justa, al liberar a los galeotes, condenados por la justicia. El caballería llevaría a cabo, pues, otra de sus quijotadas como ejercicio de burla y desprestigio de la caballería por parte del escritor.
Pero más allá del comentario de Martín de Riquer, es verdad que el capítulo da pie a una serie de reflexiones o críticas o lecturas que pone el lector y no el autor. Por ejemplo: ¿por qué es más válida la justicia del rey que la de Don Quijote? No me refiero tanto al hecho de que Don Quijote libere a los condenados por una serie de delitos sino a que por qué va a ser el rey más que el caballero en cuanto a su capacidad para impartir justicia. O sea, si pones en tela de juicio el don divino del rey para ejercer como tal... ¿qué diferencia hay entre la justicia de un hombre u otro?
Entre líneas, también pueden verse críticas a algunas sentencias judiciales, a los prejuicios hacia los condenados o reincidentes o a la falta de respeto hacia los galeotes.
El caso es que, críticas o lecturas personales al margen, Don Quijote vuelve a hacer una de las suyas y libera a los presos, apelando a la justicia divina como resolución de conflictos humanos. Pero la justicia de Dios es tardía y los delincuentes... son como son, así que caballero, escudero y monturas vuelven a acabar maltrechos.
De este capítulo me quedo con las respuestas de los galeotes cuando Don Quijote les pregunta por la razón de haber sido condenados a galeras y con el momento de la liberación, cuando les conmina a ponerse a los pies de su Dulcinea como si fuese un predicador recabando almas para su dios.
Comentarios de otros capítulos:
- Capítulo I: Que trata de la condición y ejercicio del famoso hidalgo Don Quijote de La Mancha
- Capítulo II: Que trata de la primera salida que de su tierra hizo el ingenioso Don Quijote
- Capítulo III: Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo Don Quijote de armarse caballero
- Capítulo IV: De lo que le sucedió a nuestro caballero cuando salió de la venta
- Capítulo V: Donde se prosigue la narración de la desgracia de nuestro caballero
- Capítulo VI: Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo
- Capítulo VII: De la segunda salida de nuestro buen caballero Don Quijote de La Mancha
- Capítulo VIII: Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación
- Capítulo IX: Donde se concluye y da fin a la estupenda batalla que el gallardo vizcaíno y el valiente manchego tuvieron
- Capítulo X: De lo que más le avino a Don Quijote con el vizcaíno y del peligro en que se vio con una turba de yangüeses
- Capítulo XI: De lo que le sucedió a Don Quijote con unos cabreros
- Capítulo XII: De lo que contó un cabrero a los que estaban con Don Quijote
- Capítulo XIII: Donde se da fin al cuento de la pastora Marcela, con otros sucesos
- Capítulo XIV: Donde se ponen los versos desesperados del difunto pastor, con otros no esperados sucesos
- Capítulo XV: Donde se cuenta la desgraciada aventura que se topó Don Quijote en topar con unos desalmados yangüeses
- Capítulo XVI: De lo que sucedió al ingenioso hidalgo en la venta que él imaginaba ser castillo
- Capítulo XVII: Donde se cuentan las razones que pasó Sancho Panza con su señor Don Quijote, con otras aventuras dignas de ser contadas
- Capítulo XIX: De las discretas razones que Sancho pasaba con su amor y de la aventura que le sucedió con un cuerpo muerto, con otros acontecimientos famosos
- Capítulo XX: De la más visto ni oída aventura que con más poco peligro fue acabada de famoso caballero en el mundo, como la que acabó el valeroso Don Quijote de La Mancha
- Capítulo XXI: Que trata de la alta aventura y rica ganancia del yelmo de Mambrino, con otras cosas sucedidas a nuestro invencible caballero
Éste es un capítulo muy divertido y con mucho trasfondo.
ResponderEliminarBesos