Ficha técnica:
Título: Ginebra para dos Autora: Rebeca Rus Editorial: Espasa Género: novela, chick-lit Páginas: 224
Publicación: 12/02/2013 ISBN: 978-84-08-03855-9
Sinopsis (editorial):
Silvia Vega, directora creativa de una importante agencia de publicidad española, viaja a Ginebra con el único objetivo de conseguir como cliente una importante empresa.
Silvia tiene determinación, grandes ideas y un espíritu de sacrificio insuperable, pero no cuenta con el irresistible Daniel Soler, uno de los creativos más famosos del país, que se interpondrá en sus planes para conseguir el mayor ascenso de su vida.
Confieso que he leído la mitad de este libro indignada. No daba crédito a lo que leían mis ojos: un historia super previsible, contada con demasiada demora (al final, el número de acontecimientos que pasan a lo largo de la obra es muy limitado y, aunque no tiene muchas páginas, la trama avanza muy lentamente, demasiado, creo yo) y con una protagonista/narradora a la que me daban ganas de cogerla de las solapas, mirarla a los ojos y decirle: "¡¡¡Pero tía!!! ¿De qué vas?? ¿Cómo puedes estar colándote por un tío como Daniel con lo que te acaba de hacer?? Estás tonta perdía, maja, ahí te quedas con tus neuras, que yo no estoy para soportar a tipas que no tienen ningún control sobre sí mismas".
Menos mal que puse freno a mis impulsos y me dije: "Nena, vas a acabar este libro porque sólo tiene 224 páginas y porque te has comprometido a reseñar chick-lit en abril. Así que relájate y disfruta, porque no vale la pena leer nada con la ira burbujeándote en la boca del estómago". Y así lo hice. Y así fue: empecé a disfrutar. Dejé de analizar a Silvia bajo mi óptica y comencé a leer lo que la autora había escrito, sin mis lecturas feministas (o postfeministas o postpostfeministas) cubriendo mi mirada.
Y ahí fue cuando descubrí un libro super divertido. Me he reído a carcajadas con el estilo con el que está escrita esta novela, con el humor que destila, los guiños al mundo de la publicidad, los eslóganes publicitarios usados como títulos descriptivos de cada capítulo. He sonreído con algunos comentarios irónicos y con el retrato hiperbólico, con la parodia que Rus consigue construir con el jefe de Silvia. Gracias a él he encontrado la crítica que siempre me gusta ver en los libros: la del mundo dominado por hombres en el que las mujeres ejercemos de mero elemento decorativo, de modo que valemos más por un vestido que se cae en el momento apropiado que por una buena idea madurada a fuego lento. Y me pareció delirante la parodia final: hay parejas que tienen hijos, otras tienen conceptos. Y los "abuelos" se pelean entre ellos por ver a quién se parece más el concepto que ha parido su respectivo hijo.
Acabada la historia, llegué a los agradecimientos y ahí descubrí una de las posibles causas de mi primera impresión sobre la novela: Rebeca Rus explica que tenía en mente comedias (cinematográficas) clásicas mientras escribía la novela. Comedias que no han perdido su magia (¿quién no se ríe aún con La fiera de mi niña?? ) pero que a estas alturas de nuestro bagaje cultural pueden parecer (o a mí me lo parecen, claro) demasiado simples, demasiado previsibles, demasiado poco adecuadas a las relaciones sentimentales de hoy en día y al modo en el que entiendo el papel de la mujer en ellas. Si entiendo la novela como un homenaje a su (digamos) candidez o inocencia, me cuadra. Aunque las carcajadas que me he echado por el camino no me las quita ni la inocencia ni la sabiduría.
Resumiendo: que no hay que dejarse engañar por las apariencias y hay que dejar que las cosas vayan tomando su rumbo (y lo digo con doble sentido, claro). Porque si no, corres el riesgo de perderte algo bueno (carcajadas en mi caso, orgasmos en el de Silvia) y eso, con la falta que nos hace hoy en día, es imperdonable.
Nos seguimos leyendo.
Menos mal que puse freno a mis impulsos y me dije: "Nena, vas a acabar este libro porque sólo tiene 224 páginas y porque te has comprometido a reseñar chick-lit en abril. Así que relájate y disfruta, porque no vale la pena leer nada con la ira burbujeándote en la boca del estómago". Y así lo hice. Y así fue: empecé a disfrutar. Dejé de analizar a Silvia bajo mi óptica y comencé a leer lo que la autora había escrito, sin mis lecturas feministas (o postfeministas o postpostfeministas) cubriendo mi mirada.
Y ahí fue cuando descubrí un libro super divertido. Me he reído a carcajadas con el estilo con el que está escrita esta novela, con el humor que destila, los guiños al mundo de la publicidad, los eslóganes publicitarios usados como títulos descriptivos de cada capítulo. He sonreído con algunos comentarios irónicos y con el retrato hiperbólico, con la parodia que Rus consigue construir con el jefe de Silvia. Gracias a él he encontrado la crítica que siempre me gusta ver en los libros: la del mundo dominado por hombres en el que las mujeres ejercemos de mero elemento decorativo, de modo que valemos más por un vestido que se cae en el momento apropiado que por una buena idea madurada a fuego lento. Y me pareció delirante la parodia final: hay parejas que tienen hijos, otras tienen conceptos. Y los "abuelos" se pelean entre ellos por ver a quién se parece más el concepto que ha parido su respectivo hijo.
Acabada la historia, llegué a los agradecimientos y ahí descubrí una de las posibles causas de mi primera impresión sobre la novela: Rebeca Rus explica que tenía en mente comedias (cinematográficas) clásicas mientras escribía la novela. Comedias que no han perdido su magia (¿quién no se ríe aún con La fiera de mi niña?? ) pero que a estas alturas de nuestro bagaje cultural pueden parecer (o a mí me lo parecen, claro) demasiado simples, demasiado previsibles, demasiado poco adecuadas a las relaciones sentimentales de hoy en día y al modo en el que entiendo el papel de la mujer en ellas. Si entiendo la novela como un homenaje a su (digamos) candidez o inocencia, me cuadra. Aunque las carcajadas que me he echado por el camino no me las quita ni la inocencia ni la sabiduría.
Resumiendo: que no hay que dejarse engañar por las apariencias y hay que dejar que las cosas vayan tomando su rumbo (y lo digo con doble sentido, claro). Porque si no, corres el riesgo de perderte algo bueno (carcajadas en mi caso, orgasmos en el de Silvia) y eso, con la falta que nos hace hoy en día, es imperdonable.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto 13.000 páginas: 224/13.000
- Desafío100 libros: 31/100
- Reto Sumando: 16/2013
JAjaja, yo queria leerlo, pero he visto reseñas dispares...a ver si me pongo al final con él o no...
ResponderEliminarcomo dije en mi reseña, a mi no es un libro que me haya terminado de convencer y no sé porque pero no...
ResponderEliminarBesos
Pues aunque al final hayas disfrutado con él, a mí no me atrae nada, así que no me lo voy a leer.
ResponderEliminarUn beso.
A este libro le tenia muchas ganas y cuando he empezado a leer tu reseña me he asustado. Menos mal que la cosa mejora. Si es a todo hay que darle su tiempo. Besos
ResponderEliminarNo soy mucho de este género, pero tb me apunté en este reto. Dentro de poco, hago la reseña.
ResponderEliminarJajajaja, si es que a veces nos empeñamos en empatizar y comprender al personaje y no da resultado, hay que dejarle ir por su propio camino, y más en este tipo de novelas. No soy mucho de este género, pero de vez en cuando he leído algo y en algunos casos encuentras lecturas verdaderamente divertidas. Un beso.
ResponderEliminarLa reseña me ha encantado, es verdad que a veces una debe relajarse y simplemente disfrutar sin "esquemas mentales" pero otras es inevitable. Besitos
ResponderEliminarPues yo lo tengo pendiente en la estantería así que tomo nota de tus impresiones y de que mejora, espero disfrutarlo
ResponderEliminarbesos
Me quedo con que te ríes a carcajadas que siempre vienen bien de este tipo de novelas.
ResponderEliminarUn beso!
A veces le pedimos demasiado a un personaje en lugar de dejarnos llevar por él sin más. No creo que lo lea que no soy demasiado fan de este género.
ResponderEliminarBesitos
Me atraía pero parece que no está convenciendo.
ResponderEliminarMe alegra mucho que superases tus prejuicios y, al menos, pasaras un buen rato.
Besos
NO es un libro que me llame, así que lo dejaré pasar, que por lo que estoy viendo, imprescindible no es
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Qué lástima que no esté gustando del todo!
ResponderEliminarEl argumento promete mucho y los anteriores libros de la autora son muy buenos.
Besos.
Me gusta el género, aunque este no es de los que tengo fichados precisamente...
ResponderEliminarBesotes