Crónica de un Sant Jordi Bloguero anunciado

Domingo, 14 de abril. Por la mañana:

  Hoy es el día en que Kayena dijo que haría los emparejamientos. Miro su blog. Efectivamente, ahí está el post en el que lo anuncia, con todo el listado de los libros que l@s bloguer@s participantes vamos a enviar. ¡Ostras! ¡La lista de libros que tengo! ¡No la he enviado! Allá va. Deprisa y corriendo y casi a última hora. Kayena me saca de las listas un día de estos. Aunque creo que no soy la única...

Domingo, 14 de abril. Por la tarde:

  No me llega el mail.

  Media hora más tarde: no me llega el mail.

  Una hora más tarde: no me llega el mail.

 Media hora más tarde: algunas blogueras empiezan a pinchar por Facebook. Ya tienen al destinatario de su regalo. Yo no. Empiezo a husmear entre los comentarios, a ver si entre alguna de las referencias me reconozco. Pero nada, creo que ninguna se refiere a mí.

  No me llega el mail.

  Apago el ordenador. Sigo mirando el correo en el móvil.

Domingo, 14 de abril. Por la noche:

  No me llega el mail. ¿Se habrá olvidado de mí?

  ¡¡Legó!! Por fin, llegó. Vale, ya sé quién es mi bloguera... aunque por el nombre no sé qué blog regenta. Tendré que investigar.

Lunes, 15 de abril. Por la mañana:

  Con toda la ilusión del mundo, preparo el paquete. Espero que le guste...

Lunes, 15 de abril. A mediodía:

  Mensaje en el Facebook: "Me voy a Correos... jijijiji"

 Y me voy a Correos. Llego. Que no sé qué no funciona (¡¡¡¡gggggggg!!!!).

  - ¿Pero lo puede enviar?

  - Sí. Se lo puedo coger y ya lo enviaremos cuando funcione (lo que sea que está roto). Lo único que no puedo darle el resguardo.

  - Pues entonces espero que no haya problemas, porque no podría reclamar.

  - Eso espero yo también.

  Salgo, rezando a todos los santos para que llegue a Palma de Mallorca sin problemas.

Lunes, 15 de abril. Por la tarde/noche:

  Empiezan a llover los mensajes en redes sociales sobre los envíos. Crece la emoción. ¡¡Ay!! Que me toque El haikú de las palabras perdidas... O, no, no... mejor La sangre de los crucificados. No, no, no, no... mejor....

Martes, 16 de abril. Por la mañana:

   Empiezo a ver en Facebook que mi oficina de Correos no es la única que tuvo problemas ayer. Empiezo a pensar en una conspiración a nivel nacional: seguro que sabían que ayer iba a haber envío masivos de libros porque están al tanto de la iniciativa de Kayena y decidieron sabotear algunas oficinas para no aturullar la central. Enviados los paquetes, primeros agradecimientos al Hada de la Blogosfera por arriesgar tantos dolores de cabeza por nuestra felicidad.

Martes, 16 de abril. A mediodía:

  Por las redes sociales prende la pólvora: ¡hay gente que ha recibido ya su libro! ¡Ay, qué estrés por Dios! Esta sí que va a ser la semana de pasión y no la de Semana Santa...

Miércoles, 17 de abril. 12:38 horas:

  Estoy estudiando. Me voy hasta la cocina a apagar las lentejas. Vuelvo a sentarme. Llaman abajo al portero. No contestan. Vuelvo a sentarme a estudiar. Llaman a la puerta. Mi querida cartera.

  - ¡Gracias! -le digo, y voy a cerrar la puerta.

  - ¡Espera! Que hoy el paquete viene certificado - ¿certificado?? ¡Ay, madre! ¡¡Certificado!! Creo que sé lo que eso significa.

  No suelta el paquete mientras rellena los datos en su maquinita infernal. ¡Déjame tocarlo, déjame tocarlo!! A ver si lleva flor. Pero nada, hasta que no firmo, no hay paquete.

  - Que te guste -se despide la cartera, que ya sabe que lo que recibo son libros.

  - Este seguro que me gusta.

Lo toco... ¡¡Sí!! Aquí hay un bulto. ¡Ay, qué nervios! Foto, foto, foto del momento. ¿Dónde está el teléfono? ¡Aquí! Foto del paquete. ¡Viene de Leganés! Tendré que investigar a la remitente. El caso es que me suena....

  Doble envoltorio. ¡Qué bonito! Pero qué cruel. Qué manera de alargar la tensión más gratuita. Bueno, gratuita, no... que el papel habrá costado lo suyo.

  ¡¡¡Sí!!!! ¡¡¡Aquí está!! Uy, no lo conozco. ¡Y otro paquetito!

  ¡Ay, que estrés! Abro el paquetito... ¡¡Me encanta!! Super original y muy apropiado.

   Leo la contraportada. Creo que me va a gustar. Suelto todo el aire que llevaba un rato retenido en mis pulmones y, por fin, respiro.

    Más tranquila, vuelvo a leer el remite. Manuela. ¿Manuela??!! ¿Manuela de Papeles que fueron vida?? No me lo puedo creer. Me voy al listado en el blog de Kayena. Efectivamente, Manuela de Papeles que fueron vida. ¡Es increíble! Yo le envié a ella mi regalo en Navidad y ahora la suerte decide que sea ella la que me envía a mí. ¡Qué fuerte!

Miércoles 17 de abril- viernes 19 de abril. A todas horas:

  Mensajes varios en redes sociales, dudas sobre si se puede hablar o no de los regalos, gritos de alegría, tuits de angustia... La red se llena de emoción, una vez más.

  Viernes, 19 de abril. 13 horas:

  Descubro que Manuela ya ha publicado su post contando su experiencia y mostrando su regalo. Se pregunta que si su bloguera habrá recibido su regalo. Silbo para disimular pero no puedo aguantar la emoción y le respondo: ¡¡¡¡Síiiiiiiiii!!!!!

   La gran pregunta es: ¿habrá recibido mi regalo su destinataria? Que con el problema que había en Correos, yo no me fío... Investigo nombre y blog y me paso por allí a ver si dice algo. Es uno de los blogs que no conocía, así que me hago seguidora. De momento, no dice nada. Espero que todo esté bien. (¿Puse bien el nombre? ¿Puse bien la dirección? ¡Ay, madre! A ver si metí la pata en algo y no llega...)  

  Martes, 23 de abril.

  ¡¡Legó el gran día!! Aquí está el post. Espero que mi bloguera publique hoy también el suyo.

  Ya solo me queda agradecer a Manuela el regalazo (ya te contaré cuando lo lea, espero no tardar demasiado) y a Kayena la ilusión, la emoción y, por supuesto, el tener un libro y un colgante más en mi casa. Dos cosas de las que ya había bastante... por cierto. Mi marido me mata.

  Nos seguimos leyendo.