Entre las asignaturas que ofertaba el máster que estoy acabando ya, había una sobre la literatura latinoamericana que me llamaba mucho la atención. Su título ya era toda una sugerencia: De la novela de la revolución a la revolución de la novela. Pero, al final, encontré otras que me gustaban más y completaban mejor la formación que yo quería tener y decidí no cursarla. Sin embargo, me quedó ahí la espinita de no saber más sobre una literatura que siempre me ha gustado como lectora. Así que cuando al equipo de Anika entre Libros nos ofrecieron este ensayo, pensé que podría ser una buena manera de curar esa heridita. Y lo fue. Me resultó una lectura interesantísima y aprendí muchísimo de ella. De hecho, aún la tengo a mano y la consulto bastante a menudo.
LA GRAN NOVELA LATINOAMERICANA
(La gran novela latinoamericana,
2011)
Carlos Fuentes
Editorial Alfaguara
© Carlos Fuentes, 2011
© Santillana Ediciones Generales, S.L., 2011
1ª Edición, Septiembre 2011
Género y tags: Ensayo, historia, teoría de la literatura, crítica literaria, literatura latinoamericana
ISBN: 9788420407647
439 Páginas
Argumento:
El escritor mexicano Carlos Fuentes
utiliza la excusa que le brinda hacer un amplio repaso por los autores y
obras más importantes de la literatura latinoamericana a lo largo de la
historia para realizar un compendio de buena parte de los saberes y
preocupaciones de la humanidad: la historia, la filosofía, la política,
la psicología, la naturaleza, el uso del lenguaje, los sentimientos, la
creación de la sociedad… y, por supuesto, el arte de la palabra.
Opinión:
Este
libro no es lo que parece. Si uno lee su título puede pensar dos cosas:
o que se trata de una ambiciosa pretensión por parte del autor
(escribir la gran novela latinoamericana, la más importante, la más
genial, el Quijote de la otra orilla –cosa que sí podría conseguir un
escritor como Carlos Fuentes-)
o que nos encontramos ante un repaso histórico, de carácter
ensayístico, de todas las novelas que forma parte de la literatura
latinoamericana, en busca de una definición, o caracterización, o
sistematización, de lo que podría ser la novela (magnífica, grandiosa,
de ahí el gran) surgida de escritores del sur de América. Pero, la
verdad, es que no es ni una cosa ni la otra.
No es la primera opción porque la ficción no es el objetivo, en este caso, de Carlos Fuentes.
Tampoco es la segunda porque este ensayo va mucho más allá. Pero mucho
mucho, mucho más allá. Sí, es cierto: hay un repaso histórico por las
grandes obras novelísticas nacidas en Latinoamérica. Pero no sólo. En
las 439 páginas de este libro, Fuentes presenta un asombroso compendio
de saberes: desde la propia literatura, hasta la historia, pasando por
la filosofía o la política. Más que una obra ensayística, el libro
parece recoger, transcribir, el inmenso e intenso diálogo que se
establece entre la literatura universal de todos los tiempos (a través
de la historia y con el apoyo que siempre le ha brindado la filosofía)
puesto en boca de Carlos Fuentes.
El propio autor lo reconoce en el
capítulo que cierra la obra, epílogo aclaratorio de todo lo leído antes y
declaración de intenciones de Fuentes,
quien califica a esta obra (y con mucho acierto) de ensayo personal. Y
así es. Es un ensayo porque expone hechos probados (la historia, la
literatura) que se encaminan a probar la tesis fundamental del libro: no
hay creación sin tradición. Y es personal, muy personal, porque, además
del estilo literario (siempre espléndido) del creador mexicano, la obra
saca a la luz todas sus lecturas, todo su saber, todos sus centros de
preocupación, sus obsesiones como escritor y como ser humano. Fuentes
no esboza (ni siquiera lo intenta) la historia de la literatura
latinoamericana (y así lo advierte en sus “palabras finales”) sino que
perfila una historia de la literatura latinoamericana a través de sus
propias lecturas e interpretaciones de ellas, con una perspectiva muy
personal. Y, para mí, ésa es la gran diferencia, el valor añadido, de
este texto, referencia para los estudiosos de la literatura.
Fuentes
entreteje la historia del continente (desde la llegada de los
españoles) con la literatura generada desde entonces, comprobando cómo
historia y novela van, en muchísimas ocasiones, de la mano, ya sea
contando los hechos desde la distancia (una vez pasado un determinado
tiempo) o desde la rabiosa actualidad; seleccionando la ficción (con
base real) como cimiento de la obra o amagando un informe pericial o
crónica periodística, pretendidamente objetiva. Así, la reflexión entre
los límites de la realidad, la verdad, la mentira y la ficción es
continúa en las páginas de la obra.
El gran personaje de esta “gran novela
latinoamericana” es, además del propio género analizado, Cervantes (el
primer gran novelista en lengua española) y su Quijote, personaje que
cambiaría el mundo literario… y el mundo real. Como dice Fuentes,
la literatura en general y la novela en particular ya no serían lo
mismo después de su invención. Pero tampoco el mundo (nuestra manera de
interpretar las cosas que nos ocurren, nuestras ideas, nuestros
arquetipos, nuestros sueños y nuestras luchas) volvería a ser igual
después de conocer a Don Alonso Quijano.
Las reflexiones sobre la literatura, los
límites y componentes del género novelístico o el quehacer del escritor
también son constantes en la obra, engarzadas en ese fluido diálogo
(inagotable y tremendamente rico) que utiliza a Fuentes como medio para poner en contacto a Proust con Machado y con García Márquez y con Joyce y con Cervantes y con Onetti
y con Cortázar y con Ovidio y con Vargas Llosa y con Flaubert y con
Dostoievski… y con tantos y tantos escritores que a lo largo de la
historia han dado un nuevo rumbo a la humanidad a través de personajes
que van más allá de la literatura, que forman parte de nuestra propia
cultura, de nuestra forma de nombrar y comprender el mundo. Y es que no
hay creación sin tradición, ni tradición si no se crean obras nuevas,
dice Fuentes,
abogando por el enriquecimiento que supone el mestizaje literario tanto
para un escritor como para el lector y las sociedades presentes y
futuras, en el encuentro mutuo de las culturas del mundo.
Un lector que ocupa un lugar fundamental
en el proceso de escritura/lectura que supone la literatura: es quien
acota los significados de una obra. De todas las interpretaciones
posibles, de todas las lecturas virtuales, de todos los significados
potenciales de una novela, el lector se queda con una, la suya, personal
e intransferible. El propio Carlos Fuentes
se convierte en ejemplo perfecto de la importancia del receptor al
mostrar en esta obra el compendio y la interpretación de todas sus
lecturas, no sólo literarias, sino también filosóficas, políticas,
antropológicas, históricas y, por supuesto, sobre crítica y teoría de la
literatura. El Fuentes lector se muestra con toda su riqueza y su
maestría en las numerosísimas reseñas críticas que realiza de algunas
(sólo algunas) de las obras latinoamericanas más importantes.
También son constantes las referencias
al mito, a la epopeya y a la novela, como géneros literarios que sirven
para interpretar la realidad, la historia, a través de la ficción, pero
con matices bien diferentes. El Macondo de García Márquez ejemplifica a
la perfección estos tres niveles de reproducción de una realidad (ya sea
literaria o histórica).
Pero, como decíamos al comienzo, no sólo
de literatura vive este libro. La historia también está muy presente,
la historia de la conquista y de la revolución, las consecuencias de
ambas, los dictadores, las revueltas, la riqueza y la pobreza de un
continente que, en pleno Renacimiento, se convirtió en la utopía de
Europa. Fuentes
relaciona constantemente lo ocurrido históricamente con las propuestas
literarias, filosóficas y políticas de Moro, Erasmo y Maquiavelo,
preguntándose qué hubiese ocurrido si la historia hubiera sido
diferente.
Una historia que llega hasta nuestros días y que también le sirve a Fuentes
para analizar aspectos tan variopintos como la evolución de las
ciudades más importantes, de la idiosincrasia latinoamericana, la
relación entre la América hispanoparlante y la América lusófona, el
mercado editorial, las lecturas, los escritores, las escritoras, las
grandes personalidades del continente… todo ello salpimentado con
anécdotas personales que retratan al propio Carlos Fuentes
y que lo sitúan dentro de la historia literaria que está dibujando. Una
historia que, como señala el autor, no ha terminado. Afortunadamente.
No me llama nada...
ResponderEliminarMuy buena reseña. Un género que tengo muy olvidado. Creo que desde que terminé la carrera no me acerco a él. Y ya es hora. Y este libro se ve bastante bueno. Muchas cosas que seguro aprendemos con él.
ResponderEliminarBesotes!!!
La verdad es que parece muy apetecible, pero ahora no podría con algo así. Estoy inquieta, nerviosa... y ando buscando cosas ligeritas, de esas que se leen en un tris y que no te hacen pensar mucho.
ResponderEliminarUn besote
La verdad es que me parece interesantísimo todo lo que nos has contado. Es verdad que a veces vemos la palabra "ensayo" y nos da un pasmo, pero los pocos que he leído me han parecido amenos, como aparentemente es este que nos propones.
ResponderEliminarMe encantaría leerlo, con pausa, eso si, por lo que te he comentado.
Un beso.
Parece un libro interesantísimo, para leer con calma
ResponderEliminarUffff no creo que esté preparada ahora mismo para una novela de este estilo... Lo dejaré pasar.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu reseña!!!
Besos