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“Sin trabajo, toda la vida se pudre, pero cuando el trabajo no tiene alma, la vida se tensa y se muere” (Albert Camus, citado por Roman Krznaric en Cómo encontrar un trabajo satisfactorio)
Ayer escuchaba a Lucía hablar con una niña sobre su futuro. Era la
típica conversación del "cuando sea mayor quiero ser...". No pude evitar
pensar qué quería yo ser de mayor, qué soy... y qué quiero ser cuando
siga creciendo.
Lo malo y lo bueno de esta crisis que a muchos ya se nos hace demasiado
larga es que nos ha obligado a reinventarnos... para bien o para
mal. Hay sectores que han quedado tan tocados por la recesión (como el mío, el del periodismo), que sus trabajadores han tenido que echarle imaginación, o ganas, o valentía, o han tenido que renunciar a su vocación, a lo que querían ser, a lo que les gusta hacer para dedicarse a lo que puedan, a lo que les dé algo de dinero para sobrellevar el día a día.
Otros hemos tenido la suerte de poder aprovechar la ocasión para intentar, si no cambiar de profesión, sí, al menos, buscar nuevos caminos dentro de lo que nos apasiona. Yo he invertido los tres años que llevo en el paro en preparar unas oposiciones para Educación Secundaria, en hacer un máster en literatura y en ir completando mi formación con cursos sobre materias que siempre me han llamado la atención. Lo malo es que no parece que nada de lo que he hecho hasta ahora sirva para nada. Ya he ampliado tanto la búsqueda que con cualquier trabajo que tenga que ver con leer, escribir o dar clase me conformo. Pero ni por ésas.
Siempre he creído que hay que trabajar en algo que te guste. Que trabajar ya es lo suficientemente duro como para que encima no te motive lo que haces. Hay gente que no opina igual, que separa a la perfección su trabajo de su vida y de sus gustos, y va a trabajar porque hay que hacerlo y punto, sin esperar que su empleo les satisfaga, les haga sentirse realizados, les apasione, les haga levantarse cada día con fuerzas renovadas, les involucre hasta olvidar otras facetas vitales. Después de tres años en el paro, confieso que a veces me gustaría ser así. A veces deseo poder tragarme la insatisfacción y lanzarme a realizar cualquier trabajo. Y, si esto sigue así, será lo que tenga que hacer. Hasta ahora he sido una privilegiada (y ya me da coraje tener que considerarme privilegiada por ello, pero así están las cosas) por poder formarme y esperar una oportunidad laboral que me pueda resultar satisfactoria, pero el tiempo va pasando y esa oportunidad no llega. Y en mi casa tenemos la mala costumbre de comer todos los días.
Si soy sincera... he de confesar que me siento estafada. Estudia, me dijeron; y yo estudié. Esfuérzate para sacar buenas notas, para quedar por encima de la media; y yo lo hice. Trabaja, trabaja, trabaja, en tu sector, pero en lo que sea, da igual lo que cobres, lo que hagas, trabaja y gana experiencia, mete la cabeza, luego ya habrá tiempo de escalar; y yo lo hice. Sigue esforzándote, échale horas, ponle ilusión, implícate, demuestra lo que vales; y yo lo hice, poniendo mi trabajo por encima de otras muchas cosas. Y... ¿ahora qué? Sigue estudiando, sigue formándote, aprende idiomas, enriquece tu currículum, aprovecha el tiempo; y yo lo hago. Pero sigo sin alcanzar el objetivo que ya cumplí un día: meter la cabeza.
A veces siento que he vuelto atrás en el tiempo. A veces me siento como si tuviera otra vez 22 años y estuviera buscando mi primera oportunidad. Sólo que ya no los tengo y cuento con un bagaje y unas cargas que no tenía entonces. A veces me siento encerrada, sin caminos, sin opciones.
"Escoger una profesión ya no es solo una decisión que tomamos -con frecuencia, horriblemente mal informados- cuando somos unos adolescentes llenos de granos, o unos veinteañeros asombrados. Hoy se ha convertido en un dilema al que nos enfrentamos repetidamente a lo largo de nuestra vida profesional", dice Roman Krznaric en Cómo encontrar un trabajo satisfactorio. Y creo que, por muy mal que vayan las cosas, tiene razón. Antes de la crisis, ya pensé en un cambio de orientación, de profesión. Pero al final el día a día te va absorbiendo y no tienes tiempo ni para plantearte un futuro más allá de la semana en la que estás viviendo. Ahora sí he tenido tiempo. Tiempo para pensar y para formarme. Ahora lo que me falta es experiencia y oportunidades. Pero sin oportunidades no hay experiencia y sin experiencia no hay oportunidades.
Una de las frases que más he escuchado durante estos años es que las crisis son una oportunidad, que hay que tomárselo como una invitación al cambio, no como una ocasión para la pérdida. Lo creo y quiero hacer de ello una llave para mi vida futura. Sólo que, ahora mismo, creo que ya he perdido la perspectiva y no sé ni dónde está la cerradura para abrir esa puerta. ¿Qué quiero hacer? ¿Qué quiero ser de mayor? ¿Alguien tiene alguna pista?
Nos seguimos leyendo.
Nos seguimos leyendo.
Es complicado en los tiempos que corren trabajar en lo que a uno le gusta...has sabido aprovechar muy bien estos años, yo en cambio llevo cuatro en casa dedicandome a las niñas y nada más...aqui es complicado, tengo que moverme 45 km mínimo para poder hacer algún curso presencial y este año que me iba a dedicar a ello no han hecho ninguno...en fin...suerte!
ResponderEliminarYo los suelo hacer casi todos on line, porque me pasa un poco lo mismo, aunque yo tendría que ir bastante más cerca tú. Para mí lo importante es aprovechar el tiempo.
EliminarBesos
Tienes toda la razón, pero seguro que algo bueno está por llegar....soy optimista siempre lo he sido....aunque cada vez me cuesta más.
ResponderEliminarEstamos pasando momentos duros todos los sectores, pero en especial el de la comunicación lleva en crisis décadas...
Pues mira yo te veo escribiendo un libro....histórico o erótico...quien sabe!!! y recogiendo premios....
Jajajaja. ¡Ya quisiera!! jajaja.
EliminarGracias por los ánimos. A ver si salimos del bache pronto...
Besos
Al principio de esta crisis, cuando empezaron a caer compañeros y cabeceras me agobié muchísimo pensando en qué sería de mí sin este mundo y esta profesión, que comparto contigo, y que me apasiona. Hace unos meses decidí no angustiarme más por algo que aún no ha pasado. Si tengo la mala suerte de quedarme sin este trabajo (odioso a veces, maravilloso otras) tengo un plan B, que no es otro que trabajar con las manos, dedicarme de lleno a mis cestos, bolsos y carteras, y dejar las letras y las palabras para el ocio, para hacer lo que siempre he querido hacer, escribir, y que ahora no hago porque al llegar a casa, después de todo el día frente al ordenador, es lo último que me apetece.
ResponderEliminarUn beso
¡Y ánimos! Seguro que conseguirás lo que te has propuesto.
¡Tu plan B es genial! Mi plan B era sacarme las opos de Secundaria para dar clases de Lengua y Literatura, pero la crisis también se ha llevado por delante esa posibilidad. Así que ando buscando caminos. Y el reto de escribir, que siempre estará ahí...
EliminarBesos
Ojalá pudiera ayudarte, pero creo que salvo algunos casos contados, es raro que a los diecisiete años sepas esa respuesta. Te animo a que sigas peleando aunque de momento no hayas tenido la recompensa que merecías, algún día llegará.
ResponderEliminarBesotes
Falta un trozo de frase, quise decir que es raro saberlo a los diecisiete y que más adelante tampoco es fácil.
EliminarYo creo que ahora es difícil siempre, porque las vidas dan demasiados giros. Quiero decir: mi madre o mi padre se han dedicado a lo mismo durante toda su vida y han trabajado prácticamente en el mismo sitio (si no en la misma empresa, sí en la misma ciudad) durante toda su vida laboral. Yo viví en cinco ciudades diferentes en un solo año. Mi profesión es diferente pero también las condiciones lo son. Creo yo. Y eso, como todo, tiene sus cosas buenas... pero también sus cosas malas. ¡Habrá que seguir pensando!
EliminarBesos
¿Por qué dicen eso de "la crisis es una oportunidad" aquellos que menos la sufren?
ResponderEliminarPara convencernos y que todo siga igual, ellos sufriendo lo mínimo posible y nosotros soportando el peso de sus beneficios
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarOjalá pudiera ayudarte pero estoy en la misma situación que tú. A veces es imposible no sentirse estafada en esta sociedad que nos ha tocado. Hemos estudiado, nos hemos preparado lo mejor que podemos para al final... Hay días que cuesta seguir teniendo esperanzas. Menos mal que luego hay otros que una se levanta con mejores ánimos.
ResponderEliminarEn fin, mucha suerte para este año, a ver si finalmente se consigue.
Besotes!!!
Me ayudas con la comprensión y la compañía. Ojalá fuera de otro modo, pero algo es algo ;)
EliminarBesos
Es complicado y a veces desesperante!!!! Pero bueno yo creo que hay que ser positiva que todo saldrá, o eso espero,jejej. Yo por ahora puedo decir que gracias a estar parada inicié mi blog para entretenerme, con el que estoy disfrutando al máximo; así que por lo menos algo bueno me llevo,jejejej.
ResponderEliminarBesacos!!!
Zeno
Sí, el blog es otro de los alicientes (por llamarlo de algún modo) de mi etapa como desempleada. No lo hubiera podido hacer si hubiese estado trabajando y he ganado muchas cosas buenas con él, además de "conocer" a gente estupenda como vosotros!
EliminarBesos