#leemosQuijote. capítulo XVII

 Tras limpiarme las lágrimas de risa que se me han caído mientras leía este capítulo, comienzo a hablar de las impresiones que me ha causado. La primera, nada más empezar: ¿cómo sería vivir con Don Quijote? ¿Sería como protagonizar una aventura cada día, como ponerse unas gafas que convirtieran en extraordinario hasta la más mínima anécdota? ¿O acabaríamos cansándonos (sobre todo si, como el pobre Sancho, salimos apaleados un día sí y otro también, por mucha magia y mucho gigante y mucho moro guardián de la belleza con los que quieran disfrazarnos los golpes)? Si es que los pobres no se libran de una...
   Y esta vez no iba a ser menos: desde el candilazo que le da el "moro encantado" hasta la vomitona del bálsamo de Fuerabrás, todo son desgracias para estos dos, a los que, a estas alturas del libro, es ya imposible no querer. Por cierto que el episodio con el bálsamo de Fuerabrás era perfectamente entendido en la época como una burla de uno de los elementos frecuentes en los libros de caballería: el tónico mágico capaz de recuperar al caballero de todo mal. En el caso de Don Quijote ("menos delicado de estómago"), el "salutífero" bálsamo actúa como placebo, al más puro estilo "sana, sana, culito de rana", y tras ingerirlo, vomitar y dormir tres horas, el ingenioso hidalgo se siente como nuevo. Pero el poder de la sugestión no es tan grande en Sancho y el pobre, en vez de sanar, acaba poniéndose peor. Hasta el punto de pensar que va a morir, pobrico mío.
   No sale mejor parado cuando llega el alba y a Don Quijote le entran ganas de más aventuras. El "simpa" que se quieren hacer no les sale bien y Sancho Panza acaba convertido en volador merced a unos manteadores que le jalean pero bien. 
   Y así devuelve Cervantes a sus personajes a los caminos. Veremos qué será lo próximo que se encuentren en ellos.

   Nos seguimos leyendo.

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Comentarios de otros capítulos:

• Capítulo I: Que trata de la condición y ejercicio del famoso hidalgo Don Quijote de La Mancha
• Capítulo II: Que trata de la primera salida que de su tierra hizo el ingenioso Don Quijote
• Capítulo III: Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo Don Quijote de armarse caballero 
• Capítulo IV: De lo que le sucedió a nuestro caballero cuando salió de la venta 
• Capítulo V: Donde se prosigue la narración de la desgracia de nuestro caballero 
• Capítulo VI: Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo 
• Capítulo VII:  De la segunda salida de nuestro buen caballero Don Quijote de La Mancha  
• Capítulo VIII: Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación 
• Capítulo IX: Donde se concluye y da fin a la estupenda batalla que el gallardo vizcaíno y el valiente manchego tuvieron 
• Capítulo X: De lo que más le avino a Don Quijote con el vizcaíno y del peligro en que se vio con una turba de yangüeses 
• Capítulo XI: De lo que le sucedió a Don Quijote con unos cabreros 
• Capítulo XII: De lo que contó un cabrero a los que estaban con Don Quijote
• Capítulo XIII: Donde se da fin al cuento de la pastora Marcela, con otros sucesos  
• Capítulo XIV: Donde se ponen los versos desesperados del difunto pastor, con otros no esperados sucesos 
• Capítulo XV: Donde se cuenta la desgraciada aventura que se topó Don Quijote en topar con unos desalmados yangüeses 
• Capítulo XVI: De lo que sucedió al ingenioso hidalgo en la venta que él imaginaba ser castillo