Título: El método 15/33
Autora: Shannon Kirk
Editorial: Ediciones B
Género: novela, thriller, intriga, misterio, suspense psicológico
Páginas: 368
Publicación: 06/07/2016
ISBN: 978-84-666-5878-2
Premio National Indie Excellence para la mejor novela de suspense de 2015
Imaginad a una chica de dieciséis años, embarazada y vulnerable, a quien acaban de arrancar de la tranquilidad de su hogar para arrojarla dentro de una furgoneta destartalada. Raptada… Sola… Aterrorizada.
Ahora, olvidaos de ella.
Imaginad en cambio a una prodigiosa manipuladora de dieciséis años que, desde los primeros instantes de su secuestro, se centra, con tanta serenidad como determinación, en dos cosas: salvar al niño que lleva en su seno y vengarse.
Metódica y calculadora, pone a punto un plan organizado de manera casi científica en el que nada está librado al azar. Su férrea voluntad y su ingenio serán sus mejores armas contra la brutalidad de sus raptores, y lo único que le falta por hacer es esperar el momento ideal para lanzar su ataque.
Este es uno de los thrillers del verano y creo que lo es merecidamente. Cumple con las exigencias de su género y, sobre todo, nos presenta a una protagonista radicalmente diferente a lo que solemos ver (en este tipo de libros y me atrevería a decir que en cualquiera) que es capaz de poner en un brete al propio lector.
Y lo hace (o por lo menos, a mí me ha ocurrido así) por dos razones: obviamente, te pones de su parte desde el principio, ella es la víctima y, aunque es verdad que no es una víctima "al uso" (como se destripa en la sinopsis y se empieza a ver muy pronto en la obra), sí despierta sentimientos de ternura, indignación por la injusticia que se está cometiendo con ella, apego y espíritu de protección. Su condición de embarazada y su corta edad potencian estos sentimientos pero... hay algo que te frena, algo que evita una empatía al cien por cien, una barrera que despierta sentimientos contradictorios: su frialdad. Lisa es, en cuestión de emociones y sentimientos, casi casi un robot que se ve obligada a "encender el interruptor" del amor en determinadas ocasiones porque cree que debe hacerse así o porque considera que la situación lo requiere. Esta peculiaridad de su carácter pone esas barreras de las que hablaba aunque también es verdad que enciende en el lector el interruptor de la compasión y del tratar de entender a alguien cuyo cerebro y cuyo corazón funciona de esa manera.
Y esa es la parte que más me ha interesado de la novela. Es una obra bien dosificada, que mantiene el interés, que aúna capítulos rapidísimos y llenos de acción con otros más analíticos y reflexivos, que cumple su función y que te mantiene pegada a sus páginas. Sí. Pero con lo que me quedo de esta obra es con lo que me ha hecho a mí, con lo que me ha hecho sentir, con las reflexiones que me ha despertado y, sobre todo, con la lucha que he tenido conmigo misma por tratar de ponerme en su lugar, de empatizar con ella, de comprenderla.
Y eso que, como personaje femenino, me encanta su caracterización como mujer inteligente (inteligentísima), fuerte, decidida y valiente. Una parte muy importante de esta caracterización tiene que ver con su inteligencia y su manejo de las emociones, pero quiero creer que no solo. Quiero creer que Kirk ha roto con el tópico de la mujer asustadiza, llorica y sin recursos que tantas y tantas veces se nos presenta en el cine, las series de la televisión y la literatura. No siempre, cierto es, pero sí con demasiada frecuencia. Y yo me pregunto: ¿qué reacción es más "normal", más verosímil, más creíble, más ajustada a la realidad? Obviamente, creo que cuando vives algo así, es inevitable un momento de autocompasión, de miedo, de frustración, de enfado, de incomprensión y de parálisis. Pero quiero pensar que obras como esta pueden lograr ayudar a mujeres que (desgraciadamente) se vean en esta situación a mantener la cordura y la confianza en sí mismas. Como es lógico, no espero que cualquier mujer secuestrada en la realidad logré actuar como lo hace Lisa (y de ahí la peculiaridad de esta novela, su diferencia y una de las claves de su éxito) pero sí que se abandone esa creencia de que las mujeres somos seres indefensos, que solo sabemos gritar y llorar y no valorar racionalmente los contextos a los que nos enfrentamos.
Creo que también favorece al conjunto de la obra los cambios de voz narrativa que se van produciendo a lo largo de la novela y que favorecen tanto un cambio de enfoque como que el lector maneje más información que cualquiera de los dos narradores: Lisa y el agente Roger Liu. El uso de estas dos voces (ambos narradores en primera persona pero bien diferenciados desde el mismo encabezado de los capítulos) rompe la monotonía que podría suponer escuchar siempre a Lisa (sobre todo, teniendo en cuenta las peculiaridades de carácter de las que he hablado antes) y permite saber qué está pasando fuera, lo que logra que tengamos una más amplia visión de conjunto sobre el argumento y la trama.
Narrada desde un presente situado diecisiete años después del secuestro (lo cual ya nos hace intuir una parte de la trama), El método 15/33 pone a prueba (o, por lo menos, a mí me ha puesto a prueba) los límites y la propia personalidad del lector y rompe con lo esperado para contarnos una historia diferente que, desde luego, no dejará indiferente al lector.
Nos seguimos leyendo.
Y lo hace (o por lo menos, a mí me ha ocurrido así) por dos razones: obviamente, te pones de su parte desde el principio, ella es la víctima y, aunque es verdad que no es una víctima "al uso" (como se destripa en la sinopsis y se empieza a ver muy pronto en la obra), sí despierta sentimientos de ternura, indignación por la injusticia que se está cometiendo con ella, apego y espíritu de protección. Su condición de embarazada y su corta edad potencian estos sentimientos pero... hay algo que te frena, algo que evita una empatía al cien por cien, una barrera que despierta sentimientos contradictorios: su frialdad. Lisa es, en cuestión de emociones y sentimientos, casi casi un robot que se ve obligada a "encender el interruptor" del amor en determinadas ocasiones porque cree que debe hacerse así o porque considera que la situación lo requiere. Esta peculiaridad de su carácter pone esas barreras de las que hablaba aunque también es verdad que enciende en el lector el interruptor de la compasión y del tratar de entender a alguien cuyo cerebro y cuyo corazón funciona de esa manera.
Y esa es la parte que más me ha interesado de la novela. Es una obra bien dosificada, que mantiene el interés, que aúna capítulos rapidísimos y llenos de acción con otros más analíticos y reflexivos, que cumple su función y que te mantiene pegada a sus páginas. Sí. Pero con lo que me quedo de esta obra es con lo que me ha hecho a mí, con lo que me ha hecho sentir, con las reflexiones que me ha despertado y, sobre todo, con la lucha que he tenido conmigo misma por tratar de ponerme en su lugar, de empatizar con ella, de comprenderla.
Y eso que, como personaje femenino, me encanta su caracterización como mujer inteligente (inteligentísima), fuerte, decidida y valiente. Una parte muy importante de esta caracterización tiene que ver con su inteligencia y su manejo de las emociones, pero quiero creer que no solo. Quiero creer que Kirk ha roto con el tópico de la mujer asustadiza, llorica y sin recursos que tantas y tantas veces se nos presenta en el cine, las series de la televisión y la literatura. No siempre, cierto es, pero sí con demasiada frecuencia. Y yo me pregunto: ¿qué reacción es más "normal", más verosímil, más creíble, más ajustada a la realidad? Obviamente, creo que cuando vives algo así, es inevitable un momento de autocompasión, de miedo, de frustración, de enfado, de incomprensión y de parálisis. Pero quiero pensar que obras como esta pueden lograr ayudar a mujeres que (desgraciadamente) se vean en esta situación a mantener la cordura y la confianza en sí mismas. Como es lógico, no espero que cualquier mujer secuestrada en la realidad logré actuar como lo hace Lisa (y de ahí la peculiaridad de esta novela, su diferencia y una de las claves de su éxito) pero sí que se abandone esa creencia de que las mujeres somos seres indefensos, que solo sabemos gritar y llorar y no valorar racionalmente los contextos a los que nos enfrentamos.
Creo que también favorece al conjunto de la obra los cambios de voz narrativa que se van produciendo a lo largo de la novela y que favorecen tanto un cambio de enfoque como que el lector maneje más información que cualquiera de los dos narradores: Lisa y el agente Roger Liu. El uso de estas dos voces (ambos narradores en primera persona pero bien diferenciados desde el mismo encabezado de los capítulos) rompe la monotonía que podría suponer escuchar siempre a Lisa (sobre todo, teniendo en cuenta las peculiaridades de carácter de las que he hablado antes) y permite saber qué está pasando fuera, lo que logra que tengamos una más amplia visión de conjunto sobre el argumento y la trama.
Narrada desde un presente situado diecisiete años después del secuestro (lo cual ya nos hace intuir una parte de la trama), El método 15/33 pone a prueba (o, por lo menos, a mí me ha puesto a prueba) los límites y la propia personalidad del lector y rompe con lo esperado para contarnos una historia diferente que, desde luego, no dejará indiferente al lector.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto 100 libros: 84/100
¡Me gusta! Lo tengo en mente para futuras lecturas, creo que caerá porque el enfoque que dices que tiene me llama mucho la atención. Besotes.
ResponderEliminarHe leído reseñas muy positivas de este thriller y aunque no es un género que me guste especialmente, mentiría si no dijera que me ha llamado la atención, porque lo cierto es que me muero de curiosidad. Lo tengo en pendientes. Un saludo!
ResponderEliminarLo tengo fichado!
ResponderEliminarDe entrada no me hacía mucho tilín, pero todos coincidís en recomendaciones... y la carne es débil U.U
Besotes