"La pieza que faltaba", de Antonia Romero: una novela actual, humana y muy interesante

Título: la pieza que faltaba
Autora: Antonia Romero
Editorial: autoeditada
Género: novela contemporánea, romántica
Páginas: 316
Publicación: 01/02/2016
ASIN: B01BDL1FWQ

 Eva, una enfermera y fisioterapeuta, que por culpa de la crisis no encuentra trabajo en la rama sanitaria, acepta un empleo como ayudante de Carmen Grimaldos, una multimillonaria algo excéntrica, copropietaria de una cadena de hoteles, junto con Ander Izarra, su hijastro. Carmen, una vez descubre la valía de Eva para desempeñar cualquier actividad, decide nombrarla gerente, con el único fin de fastidiar a su socio. Ambos mantienen, enquistada en el tiempo, una relación de odios y venganzas. Pero lo que ella no imagina es que esa decisión cambiará su vida, la de su empleada y la de todas las personas de su alrededor.

   Me sorprendió muy gratamente Los muertos no aceptan preguntas, una novela que guardo con cariño y admiración en mi memoria, así que cuando Libros que hay que leer planteó un sorteo en el que estaba en juego la siguiente novela de Antonia Romero, no me lo pensé. Afortunadamente, me tocó, me comprometí a reseñarlo en abril y aquí estoy para cumplir mi promesa.
    Creo que sí hay un cambio de registro en esta novela respecto a Los muertos no aceptan preguntas (la parte romántica es notoria, sobre todo en la segunda mitad de la obra) pero mantiene la esencia de lo que yo creo que es la marca propia de la autora: un estilo sencillo pero muy trabajado, unos personajes profundos y muy humanos, unos temas de fondo realmente apasionantes y un tratamiento de todo ello elegante, hondo y reflexivo. Y ello sin descuidar ni el ritmo ni la intriga, que esta novela también tiene su puntito de misterio.
   Un misterio que, por cierto, le siente muy bien a la trama amorosa. No suelen gustarme las novelas meramente románticas así que me ha encantado esta que desarrolla su parte sentimental pero también su parte humana y su parte de intriga. De hecho, lo que más me ha gustado de la novela no ha sido la trama amorosa (incluso diría que la parte de Nueva York se me ha hecho un pelín larga) sino las cuestiones de fondo que plantea.
   Porque Romero nos hace pensar en las relaciones tóxicas, en la dependencia emocional que nos lleva, incluso, a la autodestrucción; en la maternidad (en el deseo de ser madre, no siempre cumplido, pero también en el ejercicio de tal maternidad), en los reveses de la suerte, en las mosquitas muertas que son capaces de cambiarte la vida, en la falta de escrúpulos, en el egoísmo, en la incomunicación, en los malentendidos, en la perseverancia, en los baches y en cómo muchas veces encuentras a tus verdaderos amigos, o a tu amor verdadero, a una familia postiza pero que te comprende mejor que la verdadera donde y cuando menos te lo esperas.
    La autora nos habla en esta novela de las situaciones que se enquistan y nos hace encallar; de la manipulación emocional, de la memoria selectiva y de lo que somos capaces de hacerles a nuestros hijos o a las personas a las que se supone que más queremos. Pero también nos habla de personas que son capaces de salvar la vida a otras a fuerza de solidaridad, generosidad, empatía, amistad, cariño, paciencia y honestidad.
    Romero echa mano de algunos tópicos (hombre rico, chica no tanto; hombre guapísimo, chica no tanto) para dar vida a una nueva Cenicienta bastante menos superficial que la del cuento de toda la vida. Pero, eso sí, también cuenta con su hada madrina (dos, en este caso: Carmen, la anciana gruñona que le da soporte económico, y Conchi, la amiga inesperada que en vez de varita mágica tiene la capacidad de inventar maravillosos zapatos de tacón. Y cómodos, que ya es difícil -yo es que soy muy de manoletinas, como Eva-), su príncipe azul y su malvada madrastra (y aquí también podemos encontrar el rol divido: Carmen ejerce de malvada madrastra para Ander, o así lo percibe él, pero Eva tiene su propio antagonista, además, del propio Ander. Pero no voy a decir quién es para no fastidiar uno de los giros mejor conseguidos de la novela).    
    Otro de los giros que me ha gustado mucho es la resolución, al final, de uno de los misterios que van recorriendo la obra: ¿quiénes son Jane y Rochester, los confidentes tuiteros cuyos mensajes directos vamos leyendo durante buena parte de la obra?
    La referencia a la red social es una muestra más de la época social que queda perfectamente retratada en la novela, la nuestra. Una época con sus modas (algunas pasajeras y otras más duraderas), sus ventajas y sus grandes errores (la crisis, los profesionales que han de trabajar en lo que pueden y no en lo que quieren o para lo que se han preparado, los desahucios...), que queda aquí fijada para la posteridad con sus luces y sus sombras.
    En definitiva, una novela ágil, cuyos personajes te atrapan desde la primera página, cuya trama y su dosis de intriga te mantienen pegada a la obra hasta el final, llena de sorpresas, reflexiones y profundidad que tiene, como en las buenas boticas, un poquito de todo lo que hace falta en la vida: amor, amistad, familia, buenos zapatos y hasta algún revés que te haga ver la realidad como es.
   Nos seguimos leyendo.

 Agradezco a Libros que hay que leer que organizara el sorteo en el que me tocó este ejemplar y a la autora que me se prestara a ello y me lo enviara.

   Incluyo este libro en los siguientes retos:

• Reto 100 libros: 37/100
• Reto Genérico: 25 (1/2 autoeditado)/40
• Reto 25 españoles: 19/25
• Reto Leemos en Digital: 9/12
• Reto Libros Autoeditados: 1/6