Título: Perdida
Autor: Gillian Flynn
Editorial: RojayNegra
Género: novela de intriga, thriller
Páginas: 576
Publicación: 21/03/2013
ISBN: 9788439726821
En un caluroso día de verano, Amy y Nick se disponen a celebrar su quinto aniversario de bodas en North Carthage, a orillas del río Mississippi. Pero Amy desaparece esa misma mañana sin dejar rastro. A medida que la investigación policial avanza las sospechas recaen sobre Nick. Sin embargo, este insiste en su inocencia. Es cierto que se muestra extrañamente evasivo y frío, pero ¿es capaz de matar?
Perdida es una obra maestra, un thriller psicológico brillante con una trama tan apasionante y giros tan inesperados que es imposible parar de leer. Una novela sobre el lado más oscuro del matrimonio; los engaños, las decepciones, la obsesión, el miedo. Una radiografía actual de los medios de comunicación y su capacidad para modelar la opinión pública. Pero sobre todo es la historia de amor entre dos personas perdidamente enamoradas.
Reconozco que no me he sacado esta novela de la cabeza en mucho tiempo. La fui leyendo y, bien, vale, está interesante. Hacia la mitad, cuando el argumento da un giro de 180 grados, me quedé completamente atrapada en la historia. Cuando la terminé pensé: "oye, pues está muy bien la novela. ¡Qué interesante ha sido! ¡Cuántos temas sobre los que reflexionar!". Al cabo de un par de semanas, vi la película (para poder incluir esta reseña en el Reto Book and Moovie) y todo lo que sentí leyendo la novela se intensificó con el poder de la imagen y con el hecho de poner cara a unos personajes que te has imaginado. Yo soy (y siempre lo seré) más de libro que de película pero confieso que esta vez la película me ha hecho ver el libro de otra manera, con más profundidad, con más hondura. Incluso, diría, con más verosimilitud.
Porque, seamos sinceros, la verosimilitud es una de las cuestiones que más se puede poner en tela en juicio en esta historia. Voy a intentar hablar de ella sin desvelar demasiado pero es que tengo que hacer referencia a ella. Si has leído el libro o visto la película sabrás a qué me refiero: hay un personaje en la historia que, de puro retorcido, puede suspender la credibilidad del lector o del espectador más crítico o menos crédulo. Le pasó a mi chico con la película: al principio no se enganchó pero cuando le conté lo que iba a pasar, el giro que iba a dar le empezó a gustar. Y a medida que iba viendo lo que ocurría en la segunda parte, comenzó a decirme, entre asqueado, golpeado por lo que se contaba y sorprendido por el argumento, que eso no se lo tragaba nadie. Yo, que soy bastante más crédula que él y que tengo la teoría de que, desgraciadamente, hay de todo en este mundo y de que la realidad siempre supera a la ficción, le contesté que yo sí me lo creía.
¡Y tanto que me lo creo! Tanto, tanto, que llevo dándole vueltas a la historia desde entonces, valorando el criterio moral de quien hace algo así, calculando qué haría yo en una situación como la que vive Nick, horrorizándome por quien pueda vivir así o tener una personalidad como la que se muestra en la historia y pidiendo que nunca jamás se me cruce alguien así en el camino.
Perdida me ha parecido un thriller psicológico más que correcto que crece a medida que avanza. Cuando empecé a leerlo me pareció una novela interesante aunque su comienzo se me hizo un poco convencional y empecé a pensar: "otra vez que me han engañado. Otra vez que te venden una novela como el no va más y luego no lo es tanto" (le saqué una foto al envoltorio en el que me llegó el ejemplar que he leído, de parte de RojayNegra porque me impactó). Pero, al continuar leyendo y, sobre todo, al final y después de pensar mucho en lo que Flynn nos cuenta, me di cuenta de que, efectivamente, no he leído nada como esta novela. No porque sea excepcional o una obra maestra de la literatura pero sí que creo que pocas más (si es que hay alguna) me han dado tantos quebraderos de cabeza, tantas reflexiones y tantas pesadillas.
Creo que Flynn aúna muy bien trama y argumento, es decir, que la manera en que nos cuenta la historia, las estrategias y técnicas literarias que elige para hacernos llegar el argumento están muy bien seleccionadas para crear el efecto que quiere conseguir. Así, Perdida es una historia contada a dos voces (ambos, marido y mujer, Nick y Amy, nos hablan en primera persona: Nick de forma directa y Amy, a través de un diario en la primera parte y también directamente en la segunda), de manera que recibimos las dos versiones de lo que va ocurriendo (y de lo que sucedió antes de comenzar la novela) de manera simultánea y sin intermediarios. De esta manera, se va creando en el lector la impresión de perplejidad que nos producen quienes nos cuentan lo mismo de forma totalmente opuesta, por un lado, y por otro, también nos vamos dejando arrastrar por una de las cuestiones de fondo que plantea Flynn con la obra: los prejuicios, los juicios que nos formamos de los demás solo por su apariencia o las cosas que nos cuentan otros.
En este sentido, la autora plantea una amplia reflexión sobre la realidad que nos muestran los medios de comunicación y sobre si esa realidad es la que es o es una construcción que pretende otro tipo de fines (audiencia, dinero, prestigio, defender una serie de valores a toda costa, aunque la verdad se quede en el camino). Y, también, sobre el poder que estos tienen sobre la gente, sobre su capacidad para convencernos, para mover nuestras conciencias para cambiar nuestras opiniones a veces sin que nosotros mismos nos demos cuenta. Es más, la autora también nos hace reflexionar sobre la parte de nosotros mismos que proyectamos en personajes públicos o en personas que en un momento determinado se convierten en públicos. En un momento dado, Nick dice algo así como "me odian porque proyectan su mierda en mí" y creo que también dice mucho de nuestra manera de juzgar a los demás y de nuestra necesidad de presuponer los peores defectos en alguien a quien no conocemos (o no conocemos demasiado) solo por su aspecto físico o por una decisión mal tomada o por una sospecha.
Pero Flynn no solo incide en la imagen exterior que proyectamos sino que llega a poner en duda si, en realidad, conocemos a quienes queremos, a las personas con las que vivimos cada día de nuestra vida. Y justo en este tema radica otro de los aspectos más escalofriantes de la historia. Otro tema en el que no he podido dejar de pensar.
Finalmente, la fractura que se produce hacia la mitad de la obra, de la que ya he hablado en esta reseña, también contribuye, por un lado, a crear intriga y, por otro, a aumentar la sensación de perplejidad que genera toda la novela. Es un punto de inflexión de tal magnitud que hace que te replantees todo lo que has leído hasta el momento. Y, desde luego, vuelve a incidir en lo que he dicho antes sobre cómo prejuzgamos a los demás y sobre las impresiones apriorísticas que extraemos de la realidad. Indirectamente, creo que esta fractura también nos hace pensar en los cálculos que vamos haciendo los lectores a medida que leemos sobre lo que va a pasar, en nuestras expectativas sobre la historia y en cómo se van cumpliendo o no a medida que leemos. Y, por supuesto, en qué pasa cuando lo que habíamos previsto o la idea que nos habíamos hecho sobre el libro no tienen nada que ver con lo que realmente nos cuenta o hacia dónde nos lleva.
Tanto ese final como toda la obra en general hacen pensar también las trampas del matrimonio, en cómo algunas mujeres ven a sus maridos como un proyecto que manejar a su antojo y cómo muchos maridos temen más a sus mujeres que a la policía. La convivencia, los "monos bailarines" de los que hablan los protagonistas (los hombres que "bailan" alrededor de sus esposas), las manipulaciones emocionales, el chantaje, las luchas de poder que se establecen dentro de una pareja también son algunos de los temas sobre los que reflexionar tras la lectura de la novela.
Otra de las cuestiones sobre las que hace pensar la obra, y que tiene que ver con lo que he dicho antes sobre el poder de los medios de comunicación, es cómo la televisión nos educa. No solo, como decía antes, respecto a ideologías u opiniones sino, también, respecto a nuestra propia educación sentimental o comportamental. Cuando Nick se empieza a ver acosado por la prensa y la policía, en varias ocasiones hace referencia a cómo se supone que debe comportarse un marido inocente y habla, incluso, de series de televisión policíacas como fuente de formación en este sentido: la tele nos dice cómo debemos comportarnos si somos culpables o si somos inocentes. Y creo que es así para muchas cosas, aunque no nos demos cuenta.
Acabo (que ya va siendo hora) con un breve comentario sobre la película que, aunque por razones obvias elimina escenas y personajes, sí es bastante fiel a la novela. De hecho, la propia Gillian Flynn participó en el guión, y eso se nota. Al principio no me gustaron muchos los actores ni sus gestos pero creo que es cierto que ese laconismo y es falta de expresión que vi en ciertos momentos le va bien a la historia e, incide, como dije al principio, en que la reacción del espectador frente a lo que vea sea más impactante. La iluminación y el ritmo también le sientan bien a una película a la que solo le pondría le pega de la duración (casi dos horas y media), aunque es cierto que no se hace larga. O, vamos, a mí no se me hizo larga.
Nos seguimos leyendo.
Porque, seamos sinceros, la verosimilitud es una de las cuestiones que más se puede poner en tela en juicio en esta historia. Voy a intentar hablar de ella sin desvelar demasiado pero es que tengo que hacer referencia a ella. Si has leído el libro o visto la película sabrás a qué me refiero: hay un personaje en la historia que, de puro retorcido, puede suspender la credibilidad del lector o del espectador más crítico o menos crédulo. Le pasó a mi chico con la película: al principio no se enganchó pero cuando le conté lo que iba a pasar, el giro que iba a dar le empezó a gustar. Y a medida que iba viendo lo que ocurría en la segunda parte, comenzó a decirme, entre asqueado, golpeado por lo que se contaba y sorprendido por el argumento, que eso no se lo tragaba nadie. Yo, que soy bastante más crédula que él y que tengo la teoría de que, desgraciadamente, hay de todo en este mundo y de que la realidad siempre supera a la ficción, le contesté que yo sí me lo creía.
¡Y tanto que me lo creo! Tanto, tanto, que llevo dándole vueltas a la historia desde entonces, valorando el criterio moral de quien hace algo así, calculando qué haría yo en una situación como la que vive Nick, horrorizándome por quien pueda vivir así o tener una personalidad como la que se muestra en la historia y pidiendo que nunca jamás se me cruce alguien así en el camino.
ESTRATEGIAS LITERARIAS BIEN ELEGIDAS
Así era el paquete en el que recibí "Perdida" |
Creo que Flynn aúna muy bien trama y argumento, es decir, que la manera en que nos cuenta la historia, las estrategias y técnicas literarias que elige para hacernos llegar el argumento están muy bien seleccionadas para crear el efecto que quiere conseguir. Así, Perdida es una historia contada a dos voces (ambos, marido y mujer, Nick y Amy, nos hablan en primera persona: Nick de forma directa y Amy, a través de un diario en la primera parte y también directamente en la segunda), de manera que recibimos las dos versiones de lo que va ocurriendo (y de lo que sucedió antes de comenzar la novela) de manera simultánea y sin intermediarios. De esta manera, se va creando en el lector la impresión de perplejidad que nos producen quienes nos cuentan lo mismo de forma totalmente opuesta, por un lado, y por otro, también nos vamos dejando arrastrar por una de las cuestiones de fondo que plantea Flynn con la obra: los prejuicios, los juicios que nos formamos de los demás solo por su apariencia o las cosas que nos cuentan otros.
En este sentido, la autora plantea una amplia reflexión sobre la realidad que nos muestran los medios de comunicación y sobre si esa realidad es la que es o es una construcción que pretende otro tipo de fines (audiencia, dinero, prestigio, defender una serie de valores a toda costa, aunque la verdad se quede en el camino). Y, también, sobre el poder que estos tienen sobre la gente, sobre su capacidad para convencernos, para mover nuestras conciencias para cambiar nuestras opiniones a veces sin que nosotros mismos nos demos cuenta. Es más, la autora también nos hace reflexionar sobre la parte de nosotros mismos que proyectamos en personajes públicos o en personas que en un momento determinado se convierten en públicos. En un momento dado, Nick dice algo así como "me odian porque proyectan su mierda en mí" y creo que también dice mucho de nuestra manera de juzgar a los demás y de nuestra necesidad de presuponer los peores defectos en alguien a quien no conocemos (o no conocemos demasiado) solo por su aspecto físico o por una decisión mal tomada o por una sospecha.
Pero Flynn no solo incide en la imagen exterior que proyectamos sino que llega a poner en duda si, en realidad, conocemos a quienes queremos, a las personas con las que vivimos cada día de nuestra vida. Y justo en este tema radica otro de los aspectos más escalofriantes de la historia. Otro tema en el que no he podido dejar de pensar.
Finalmente, la fractura que se produce hacia la mitad de la obra, de la que ya he hablado en esta reseña, también contribuye, por un lado, a crear intriga y, por otro, a aumentar la sensación de perplejidad que genera toda la novela. Es un punto de inflexión de tal magnitud que hace que te replantees todo lo que has leído hasta el momento. Y, desde luego, vuelve a incidir en lo que he dicho antes sobre cómo prejuzgamos a los demás y sobre las impresiones apriorísticas que extraemos de la realidad. Indirectamente, creo que esta fractura también nos hace pensar en los cálculos que vamos haciendo los lectores a medida que leemos sobre lo que va a pasar, en nuestras expectativas sobre la historia y en cómo se van cumpliendo o no a medida que leemos. Y, por supuesto, en qué pasa cuando lo que habíamos previsto o la idea que nos habíamos hecho sobre el libro no tienen nada que ver con lo que realmente nos cuenta o hacia dónde nos lleva.
UN THRILLER PSICOLÓGICO QUE MEJORA A MEDIDA QUE AVANZA
Todas estas estrategias literarias logran que, como decía, la novela mejore a medida que avanzamos en su lectura. Y, así, un thriller entretenido se convierte en una novela engañosa y escalofriante y que, además, tiene un final (del no que no voy a decir nada más, por supuesto) que también te deja descolocada.Tanto ese final como toda la obra en general hacen pensar también las trampas del matrimonio, en cómo algunas mujeres ven a sus maridos como un proyecto que manejar a su antojo y cómo muchos maridos temen más a sus mujeres que a la policía. La convivencia, los "monos bailarines" de los que hablan los protagonistas (los hombres que "bailan" alrededor de sus esposas), las manipulaciones emocionales, el chantaje, las luchas de poder que se establecen dentro de una pareja también son algunos de los temas sobre los que reflexionar tras la lectura de la novela.
Otra de las cuestiones sobre las que hace pensar la obra, y que tiene que ver con lo que he dicho antes sobre el poder de los medios de comunicación, es cómo la televisión nos educa. No solo, como decía antes, respecto a ideologías u opiniones sino, también, respecto a nuestra propia educación sentimental o comportamental. Cuando Nick se empieza a ver acosado por la prensa y la policía, en varias ocasiones hace referencia a cómo se supone que debe comportarse un marido inocente y habla, incluso, de series de televisión policíacas como fuente de formación en este sentido: la tele nos dice cómo debemos comportarnos si somos culpables o si somos inocentes. Y creo que es así para muchas cosas, aunque no nos demos cuenta.
Acabo (que ya va siendo hora) con un breve comentario sobre la película que, aunque por razones obvias elimina escenas y personajes, sí es bastante fiel a la novela. De hecho, la propia Gillian Flynn participó en el guión, y eso se nota. Al principio no me gustaron muchos los actores ni sus gestos pero creo que es cierto que ese laconismo y es falta de expresión que vi en ciertos momentos le va bien a la historia e, incide, como dije al principio, en que la reacción del espectador frente a lo que vea sea más impactante. La iluminación y el ritmo también le sientan bien a una película a la que solo le pondría le pega de la duración (casi dos horas y media), aunque es cierto que no se hace larga. O, vamos, a mí no se me hizo larga.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto 100 libros: 6/100
- Reto Genérico: 5(1/2thriller)/40
- Reto Book&Moovie: 2/6
Lo leí hace tiempo y me gustó un montón :D Atrapa!!
ResponderEliminarQué reseñón! No he leído aún la novela ni vista la peli. A ver si le hago hueco prontito.
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo lo leí este mes y la verdad me gustó muchísimo, tengo ganas de seguir con la autora. Besinos.
ResponderEliminarLe tengo ganas, que tiene muy buenas críticas =)
ResponderEliminarBesotes
Cuando todo el mundo lo leía yo di un paso al lado, pero ahora sí me gustaría darle una oportunidad.
ResponderEliminarUn besito.