Rescato hoy una reseña que hice hace unos meses para Anika entre Libros y que habla de la que considero ya mi tierra de adopción: Guadalajara. Un libro diferente, de difícil clasificación, pero que creo gustará a quienes disfruten con las obras testimoniales, las biografías y las que recogen tradiciones y costumbres.
Título: La felicidad en la tierra
Título Original: (La felicidad en la tierra, 1999)
Autor: Manuel Leguineche
Editorial: Stella Maris Colección: Stella Selección1
Título Original: (La felicidad en la tierra, 1999)
Autor: Manuel Leguineche
Editorial: Stella Maris Colección: Stella Selección1
Copyright:
© Herederos de Manuel Leguineche, 2015
© Editorial Stella Maris, 2015
Edición: 1ª Edición: Septiembre 2015
ISBN: 9788416541171
Tapa: Blanda
Etiquetas: recuerdos, animales, diario, literatura española, memorias, mezcla de géneros, perros, reflexiones, periodismo, viajes, vida rural, condición humana, caza y pesca, cuaderno de campo, Guadalajara, naturalismo
Nº de páginas: 440
ISBN: 9788416541171
Tapa: Blanda
Etiquetas: recuerdos, animales, diario, literatura española, memorias, mezcla de géneros, perros, reflexiones, periodismo, viajes, vida rural, condición humana, caza y pesca, cuaderno de campo, Guadalajara, naturalismo
Nº de páginas: 440
Argumento:
A caballo entre el diario, las memorias y el libro de viajes, "La felicidad de la tierra" nos propone una serie de reflexiones sobre la condición humana y la relación con el lugar en el que vive. Así, la pugna entre campo o ciudad o la necesidad de conectar más con nuestras raíces se convierten en temas de primera magnitud, según la filosofía de vida de Manu Leguineche.Opinión:
Decía Manu Leguineche que escribir le ayudaba a
ordenar el mundo y creo que esta obra es un buen ejemplo de un tipo
de escritura más para sí mismo que para los demás (aunque resultará
interesante a quien la lea), que pretende ahondar en la naturaleza
del ser humano, en su relación con los demás y, sobre todo, en su
relación con el medio en el que vive.
El autor inicia esta serie de escritos, sin orden ni fecha
concreta pero en los que sí se percibe el paso del tiempo, en 1986
y va desgranando sus andanzas y pensamientos al tiempo que nos
permite conocer las gentes con las que comparte vida, de forma
puntual o frecuente. Así, van apareciendo por estas páginas desde
insignes personalidades como Camilo José Cela a
gentes corrientes, con sus grandes y pequeñas historias, de los
pueblos cercanos a la casa en el monte en la que vive el
periodista. Una cosa que me ha gustado mucho en este sentido es que
para Leguineche todos parecen ser iguales, todos valen lo mismo y,
así, llama por su nombre de pila a todos ellos, sean célebres
escritores o ilustres jugadores de dominó del bar del pueblo.
Con un lenguaje poético y lleno de connotaciones, el autor va
vertiendo sus reflexiones sobre innumerables temas en estas páginas
que son diario, pero también memorias y también cuaderno de viajes.
Así, hay mucho de la vida intelectual de
Leguineche en esta obra (citas de autores a los
que lee o comentarios de libros o tertulias radiofónicas a las que
asiste) como también hay mucho de su vida íntima, aislada y casi
casi ermitaña en un monte de Guadalajara.
Dentro de los muchos temas de reflexión que se van planteando a
lo largo de la obra, uno de los que más se repiten y que más
trascendencia tienen (y que, incluso, queda reflejado en el título
de la obra) es la importancia de la tierra, de las cosas sencillas,
del entorno en el que vivimos, de nuestras raíces y de una
filosofía de vida que propone volver a lo natural, a lo animal… a
lo humano.
Stella Maris reedita ahora esta obra ya descatalogada y
publicada originariamente en 1999 del periodista fallecido
en 2014 aunque hay que señalar que la edición incluye
algunas erratas en forma de palabras cuyas sílabas aparecen
separadas cuando deberían ir juntas.
"La felicidad de la tierra" es, pues, un libro
tremendamente personal que nos muestra al
Leguineche en lo que es y en lo que piensa, en lo
que muestra de cara a la galería y en lo que guarda para sí, en lo
que lee y vive y también en lo que escribe.
Nos seguimos leyendo.
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