Título: Arrugas
Autor: Paco Roca
Editorial: Astiberri
Género: novela gráfica
Páginas: 104
Publicación: noviembre 2007
ISBN: 978-84-96815-39-1
Emilio, un antiguo ejecutivo bancario, es internado en una residencia de ancianos por su familia tras sufrir una nueva crisis de Alzheimer. Allí, aprende a convivir con sus nuevos compañeros –cada uno con un cuadro “clínico” y un carácter bien distinto– y los cuidadores que los atienden. Emilio se adentra en una rutina diaria de cadencia morosa con horarios prefijados –la toma de los medicamentos, la siesta, las comidas, la gimnasia, la vuelta a la cama...–, y en su pulso con la enfermedad para intentar mantener la memoria y evitar ser trasladado a la última planta, la de los impedidos, cuenta con la ayuda de Miguel, su compañero de habitación...
Paco Roca aborda en Arrugas temas delicados, hasta ahora escasamente tratados en historieta, como son el Alzheimer y la demencia senil. Y lo hace de un modo intimista y sensible, con algunos apuntes de humor pero sin caer en ningún momento en la caricatura. El aire de verosimilitud que se respira en el relato se ha visto propiciado por un cuidadoso trabajo de documentación. Paco Roca comenzó a recopilar anécdotas de los padres y familiares ancianos de sus amigos y visitó residencias de ancianos para saber cómo era la vida en ellas, un material de primera mano que le ha servido para estructurar una consistente ficción. La edición francesa de Arrugas, de la mano de la editorial Delcourt, ha sido todo un éxito de ventas y crítica que se ha reeditado a los pocos meses de su publicación.
Por todo lo que había leído o escuchado sobre él y por quiénes me lo recomendaron, sabía que este libro me iba a gustar. Pero no pensé que tanto, la verdad. Arrugas me ha emocionado, me ha conmovido, me ha hecho pensar, me ha hecho recordar, ha hecho que valore lo que tengo y lo que puedo perder, que me arrepienta de no haber estado tan cerca de mis abuelos como debería haber estado antes de que murieran, me ha hecho pensar en el futuro de mis padres y hasta considerar qué haré yo frente a sus posibles enfermedades.
Creo que es uno de los grandes puntos a favor de esta obra: que todos podemos sentirnos identificados, que todos hemos tenido a un ser querido o cercano que haya padecido Alzheimer o demencia senil o que, en el fondo, ninguno estamos libres de padecerlo en el futuro. Y, por eso, algo en principio tan ajeno al lector como la vida de unos ancianos en una residencia se vuelvo algo cercano, algo incluso personal.
Roca sabe llenar la obra de emociones sin caer en lo sensiblero. Logra hacer reflexionar sin que parezca que justo ese es su objetivo, es decir, sin que la obra sea una novela de tesis encaminada a defender un mensaje en concreto. Y sabe cómo insinuar mucho más de lo que dice, bien a través de los diálogos, bien a través de unas ilustraciones llenas de mensajes.
La gran labor de documentación llevada a cabo por el autor consigue que la historia perfile una serie de personajes y de situaciones extremadamente verosímiles que logran captar no solo la atención del lector, sino también su capacidad para empatizar, para emocionarse y para convivir con ellos. Y es que Roca consigue meterte de lleno en esa residencia y que, durante la lectura, te sientas como uno más, lo cual, inevitablemente, conduce a una reflexión sobre el paso del tiempo y cuál será tu propio futuro.
Me ha gustado mucho también la manera en la que nos habla de la amistad en la tercera edad, la forma en la que Miguel, el compañero de habituación de Emilio, el protagonista de la novela, cuida de él y cómo, a pesar de ser un poco rufián, se compromete con él y le protege. Además, Miguel pone un contrapunto tan divertido como punzante a la historia, puesto que es un personaje descarado, sarcástico, que llama a las cosas por su nombre (a pesar de que eso pueda herir a quienes le rodean) y que sigue apostando por la libertad a cualquier edad.
En definitiva, una obra llena de sensibilidad y de mensaje, tierna y dura a la vez, que pone frente al lector temas demasiado olvidados por la literatura general y que es capaz de emocionar y hacer reflexionar en pocas páginas. Un auténtico regalo.
La adaptación cinematográfica es bastante fiel (con algunos pequeñísimos cambios) a la novela gráfica, aunque convertir una obra gráfica de poco más de cien páginas en un largometraje de casi hora y media supone añadir algunas escenas y alguna subtrama más (como la de la piscina, que no aparece en la novela y que provoca dos cosas diferentes en el contexto del film: ahonda en la crítica de las residencias como aparca-ancianos que pretenden dar una imagen de cara a la galería que no se siempre se corresponde con lo que se vive día a día y un punto muy dramático en un momento concreto de la cinta) y potenciar el ritmo lento de la obra literaria.
No obstante, creo que este ritmo lento le sienta muy bien a la película porque, por un lado, muestra ese tiempo casi cansino de las residencias de ancianos, casi opuesto al que se vive fuera, ese tiempo fuera de la sociedad, que también es el ritmo propio de los ancianos; y, por otro, refuerza la belleza de las animaciones (fieles a la novela gráfica) y la reflexión.
Estrenada en 2012, Arrugas consiguió dos premios Goya: al mejor guión adaptado y a la mejor película de animación, premios que se suman al Premio Nacional de Cómic que obtuvo Paco Roca por la novela gráfica en 2008 y que no vienen más que a confirmar que esta es una gran historia. Se cuente con el soporte y las herramientas con los que se cuenta.
Nos seguimos leyendo.
Creo que es uno de los grandes puntos a favor de esta obra: que todos podemos sentirnos identificados, que todos hemos tenido a un ser querido o cercano que haya padecido Alzheimer o demencia senil o que, en el fondo, ninguno estamos libres de padecerlo en el futuro. Y, por eso, algo en principio tan ajeno al lector como la vida de unos ancianos en una residencia se vuelvo algo cercano, algo incluso personal.
Roca sabe llenar la obra de emociones sin caer en lo sensiblero. Logra hacer reflexionar sin que parezca que justo ese es su objetivo, es decir, sin que la obra sea una novela de tesis encaminada a defender un mensaje en concreto. Y sabe cómo insinuar mucho más de lo que dice, bien a través de los diálogos, bien a través de unas ilustraciones llenas de mensajes.
La gran labor de documentación llevada a cabo por el autor consigue que la historia perfile una serie de personajes y de situaciones extremadamente verosímiles que logran captar no solo la atención del lector, sino también su capacidad para empatizar, para emocionarse y para convivir con ellos. Y es que Roca consigue meterte de lleno en esa residencia y que, durante la lectura, te sientas como uno más, lo cual, inevitablemente, conduce a una reflexión sobre el paso del tiempo y cuál será tu propio futuro.
Me ha gustado mucho también la manera en la que nos habla de la amistad en la tercera edad, la forma en la que Miguel, el compañero de habituación de Emilio, el protagonista de la novela, cuida de él y cómo, a pesar de ser un poco rufián, se compromete con él y le protege. Además, Miguel pone un contrapunto tan divertido como punzante a la historia, puesto que es un personaje descarado, sarcástico, que llama a las cosas por su nombre (a pesar de que eso pueda herir a quienes le rodean) y que sigue apostando por la libertad a cualquier edad.
En definitiva, una obra llena de sensibilidad y de mensaje, tierna y dura a la vez, que pone frente al lector temas demasiado olvidados por la literatura general y que es capaz de emocionar y hacer reflexionar en pocas páginas. Un auténtico regalo.
FIEL ADAPTACIÓN CINEMATOGRÁFICA
La adaptación cinematográfica es bastante fiel (con algunos pequeñísimos cambios) a la novela gráfica, aunque convertir una obra gráfica de poco más de cien páginas en un largometraje de casi hora y media supone añadir algunas escenas y alguna subtrama más (como la de la piscina, que no aparece en la novela y que provoca dos cosas diferentes en el contexto del film: ahonda en la crítica de las residencias como aparca-ancianos que pretenden dar una imagen de cara a la galería que no se siempre se corresponde con lo que se vive día a día y un punto muy dramático en un momento concreto de la cinta) y potenciar el ritmo lento de la obra literaria.
No obstante, creo que este ritmo lento le sienta muy bien a la película porque, por un lado, muestra ese tiempo casi cansino de las residencias de ancianos, casi opuesto al que se vive fuera, ese tiempo fuera de la sociedad, que también es el ritmo propio de los ancianos; y, por otro, refuerza la belleza de las animaciones (fieles a la novela gráfica) y la reflexión.
Estrenada en 2012, Arrugas consiguió dos premios Goya: al mejor guión adaptado y a la mejor película de animación, premios que se suman al Premio Nacional de Cómic que obtuvo Paco Roca por la novela gráfica en 2008 y que no vienen más que a confirmar que esta es una gran historia. Se cuente con el soporte y las herramientas con los que se cuenta.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto Olvidados: 5
- Reto Book&Moovie: 3/6
- Reto Novela Gráfica: 1/3
Es una historia muy bien tratada y muy tierna. Le cogí un montón de cariño a los protagonistas.
ResponderEliminarMuchas gracias por la reseña; todo lo que leo sobre el libro y la película son cosas muy buenas.
ResponderEliminar¡Besos!
Me gustan mucho las ediciones de Astiberri, tiene un catálogo que siempre me llama la atención (sobre todo el de novela gráfica). Me gusta lo que nos cuentas de "Arrugas", ¿crees que sería adecuado como regalo para alguien a quién le acaban de diagnósticar la enfermedad o es demasiado duro? Gracias.
ResponderEliminarAuténtica joya literaria del género de la novela gráfica que plantea un tema difícil de manera clara, sencilla por parte de Paco Roca, un autor que cada obra que publica sorprende cada vez más por su calidad.
ResponderEliminarLa película no he tenido todavía la oportunidad de verla, pero está entre mis tareas pendientes.
Besos
Fan total de Paco Roca. Realismo y sensibilidad al cien por cien.
ResponderEliminarMe encantó el cómic y la película. Ojalá más lectores se animaran con el género, que hay mucha joya que queda escondida por desconocimiento. 1beso!
ResponderEliminarMe encantó, una historia muy muy bien contada. Me parece muy buena opción para tirar con la novel gráfica y lanzarse.
ResponderEliminarBesotes
El libro no lo he leido, pero la peli la vi hace tiempo y me encantó. Me recordó muchísimo a mis abuelas, sobre todo a una que la pobre tenía demencia senil y tuvo que acabar en una residencia sus días :(
ResponderEliminarEs la ternura personificada esta historia.
Besazos