Título: El chino
Autor: Henning Mankell
Editorial: Tusquets
Género: novela, intriga
Páginas: 480
Publicación: noviembre 2008
ISBN: 978-84-8383-095-6
Una helada mañana de enero de 2006, un fotógrafo hace un descubrimiento aterrador: en el pueblecito sueco de Hesjövallen aparecen brutalmente asesinadas diecinueve personas. La policía sospecha que es obra de un perturbado; pero la jueza Birgitta Roslin, que se interesa por el caso en cuanto sabe que entre las víctimas figura la familia adoptiva de su madre, sostiene otra teoría. Una cinta de seda roja encontrada en la nieve le pone en la pista de un sospechoso llegado de fuera, y de una inquietante trama oculta que parece arrancar en Pekín. Birgitta ignora que todo se remonta a una vieja historia del año 1860, cuando miles de chinos fueron llevados a Estados Unidos a trabajar casi como esclavos en la construcción del ferrocarril en la costa oeste. Las consecuencias de esa dramática odisea, encarnada en los descendientes de los hermanos Wu, San y Gou Si, llegan hasta la conflictiva pero poderosa China del siglo XXI, donde cruentas luchas de poder en el seno del Partido Comunista Chino están decidiendo el futuro del país a las puertas de los Juegos Olímpicos. Pero su persecución del asesino, en solitario y al margen de la policía, se interrumpe en cuanto Birgitta siente en la nuca el aliento frío de quienes quieren acabar con su vida.
Con tanto lío como tuve en el último trimestre del año y con el cierre de reseñas para los diferentes retos a los que me apunté en 2015, no me había dado cuenta de que aún no había publicado esta reseña, así que aprovecho el Mes de la novela negra para darle salida.
No sé si fue la sinopsis o la trayectoria de Mankell la que hizo que pensara que esta novela era una novela negra negrísima. Sin embargo, a pesar de su arranque (¡extraordinario!), el tema de la obra fue virando y mi sensación es que también el género, aunque es cierto que la reflexión sobre el mal, la venganza y la muerte se mantienen hasta la última página. Y de qué manera.
El resultado ha sido, para mí, una obra irregular. Una novela que por momentos me ha atrapado y me ha enganchado de manera fulminante y por momentos me ha dicho más bien poco. Como he dicho, creo que el arranque es muy bueno y que te deja casi sin aliento. Prácticamente todo un pueblo asesinado. Ahí es nada. Me hubiera encantando que se desarrollase mucho más la investigación policial, las pistas, las conclusiones... pero Mankell se centra más en la parte visible (ruedas de prensa, escenario del crimen, escenificaciones para la opinión pública...) que en la investigación en sí. Y sí, me parece interesante el enfoque que le da, creo que es un aporte diferente al género, pero se me queda cojo sin la otra parte.
Un parte que, de alguna manera, recae en la jueza Brigitta Roslin y que también se desarrolla de una forma poco convencional que sorprenderá a los amantes del género. Roslin va por libre, movida por una crisis personal, un problema de salud puntual y el empujón que le da su relación familiar con algunos de los asesinados. Creo que todo ello confiere a la obra otro matiz diferente a la novela policíaca a la que estamos habitual, menos... no sé cómo decirlo, sistemático, oficial... no sé.
Pero este enfoque también abre la puerta a la dimensión personal, a todo lo que tiene que ver con Roslin, su familia, su trabajo y sus sentimientos. Otro apunte, pues, que distancia a esta obra de la novela policíaca canónica. Pero lo que la aparta definitivamente, desde mi punto de vista, por supuesto, es la inclusión de la historia del chino. Sin dejar de tener su aquel, toda esa subtrama (fundamental para la resolución de los crímenes, obviamente) rebaja el ritmo de la novela y le da un tono diferente. Gracias a esta vertiente entra en la obra la reflexión sobre el futuro, la obligación de labrarse su propio camino pero de no olvidar nuestras raíces, la venganza y el odio que se perpetúa. O de qué ha de tener una persona para que germine en él el odio de un antepasado, qué condiciones anteriores tienen que darse en él para que asuma el deber de vengar un hecho que ocurrió más de un siglo antes.
Junto a todo ello, hay un tercer eje que también cambia el ritmo y el enfoque de la obra: todo lo que tiene que ver con la cultura china, su idiosincrasia, su historia y sus ideologías. Una parte que tiene mucha importancia en esta obra pero que a mí no me ha llegado a convencer, en el contexto de esta novela.
En definitiva, mi primer acercamiento al recientemente fallecido Mankell ha sido un poco tibio, un poco agridulce. Me ha gustado su manera de escribir y su forma de involucrarse en las historias que cuenta pero no he llegado a captar el porqué de algunas de sus decisiones tanto en cuanto a la trama como al argumento o los temas tratados. No obstante, mi intención es seguir leyendo a Mankell, porque me ha gustado su estilo y su militancia respecto al mundo en el que vivimos, su mirada a esos asuntos hacia los que pocos miran, su implicación en la comprensión del mundo de hoy en día.
Nos seguimos leyendo.
No sé si fue la sinopsis o la trayectoria de Mankell la que hizo que pensara que esta novela era una novela negra negrísima. Sin embargo, a pesar de su arranque (¡extraordinario!), el tema de la obra fue virando y mi sensación es que también el género, aunque es cierto que la reflexión sobre el mal, la venganza y la muerte se mantienen hasta la última página. Y de qué manera.
El resultado ha sido, para mí, una obra irregular. Una novela que por momentos me ha atrapado y me ha enganchado de manera fulminante y por momentos me ha dicho más bien poco. Como he dicho, creo que el arranque es muy bueno y que te deja casi sin aliento. Prácticamente todo un pueblo asesinado. Ahí es nada. Me hubiera encantando que se desarrollase mucho más la investigación policial, las pistas, las conclusiones... pero Mankell se centra más en la parte visible (ruedas de prensa, escenario del crimen, escenificaciones para la opinión pública...) que en la investigación en sí. Y sí, me parece interesante el enfoque que le da, creo que es un aporte diferente al género, pero se me queda cojo sin la otra parte.
Un parte que, de alguna manera, recae en la jueza Brigitta Roslin y que también se desarrolla de una forma poco convencional que sorprenderá a los amantes del género. Roslin va por libre, movida por una crisis personal, un problema de salud puntual y el empujón que le da su relación familiar con algunos de los asesinados. Creo que todo ello confiere a la obra otro matiz diferente a la novela policíaca a la que estamos habitual, menos... no sé cómo decirlo, sistemático, oficial... no sé.
Pero este enfoque también abre la puerta a la dimensión personal, a todo lo que tiene que ver con Roslin, su familia, su trabajo y sus sentimientos. Otro apunte, pues, que distancia a esta obra de la novela policíaca canónica. Pero lo que la aparta definitivamente, desde mi punto de vista, por supuesto, es la inclusión de la historia del chino. Sin dejar de tener su aquel, toda esa subtrama (fundamental para la resolución de los crímenes, obviamente) rebaja el ritmo de la novela y le da un tono diferente. Gracias a esta vertiente entra en la obra la reflexión sobre el futuro, la obligación de labrarse su propio camino pero de no olvidar nuestras raíces, la venganza y el odio que se perpetúa. O de qué ha de tener una persona para que germine en él el odio de un antepasado, qué condiciones anteriores tienen que darse en él para que asuma el deber de vengar un hecho que ocurrió más de un siglo antes.
Junto a todo ello, hay un tercer eje que también cambia el ritmo y el enfoque de la obra: todo lo que tiene que ver con la cultura china, su idiosincrasia, su historia y sus ideologías. Una parte que tiene mucha importancia en esta obra pero que a mí no me ha llegado a convencer, en el contexto de esta novela.
En definitiva, mi primer acercamiento al recientemente fallecido Mankell ha sido un poco tibio, un poco agridulce. Me ha gustado su manera de escribir y su forma de involucrarse en las historias que cuenta pero no he llegado a captar el porqué de algunas de sus decisiones tanto en cuanto a la trama como al argumento o los temas tratados. No obstante, mi intención es seguir leyendo a Mankell, porque me ha gustado su estilo y su militancia respecto al mundo en el que vivimos, su mirada a esos asuntos hacia los que pocos miran, su implicación en la comprensión del mundo de hoy en día.
Nos seguimos leyendo.
¡Hola!! Yo solo he leído dos libros de Mankell: "El chino" y "La quinta mujer" Los dos me gustaron mucho, pero más El chino. Creo que a mí me convenció más que a ti, no cómo novela negra, más bien por el conjunto. Además la cultua oriental me fascina.
ResponderEliminarBesos
Este lo tengo apuntado en mi lista de pendientes. Un beso :)
ResponderEliminarA mi me ha gustado menos aún que a ti. Tenía buenas expectativas y no se cumplieron para nada.
ResponderEliminarBesos
Este es el que tengo fichado para empezar a leer al autor =)
ResponderEliminarBesotes
¡Hola!
ResponderEliminarUna pena que tenga un comienzo tan extraordinario y que luego la novela sea más bien irregular. La verdad es que es muy llamativo el comienzo con todo un pueblo asesinado.
De todas formas tengo ganas de leer algo del autor y no descarto darle una oportunidad a este libro en concreto.
Un beso
No lo he leído, pero le tengo muchas ganas al autor
ResponderEliminara ver si me animo
un besote
Hola, guapa. Acabo de descubrir tu blog y me quedo por aquí. Me ha gustado mucho. ¡Felicidades! Un beso y, si te apetece, ¡nos leemos! (Yo también tengo un blog literario) ;)
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