jueves, 26 de septiembre de 2013

"Tocarnos la cara", de Belén Gopegui: indagando en la esencia del comportamiento humano

   La reseña de Anika entre Libros que rescato hoy habla de una novela ambientada en el mundo del teatro, por lo que tiene cierta relación con este Mes de los Libros sobre libros que está a puntito de acabar.


TOCARNOS LA CARA
(Tocarnos la cara, 1995)
Belén Gopegui

Editorial DeBolsillo
Colección Contemporánea
© Random House Mondadori, 2012
1ª Edición, Septiembre 2012
Género y tags: Narrativa, novela, teatro experimental, literatura española
ISBN: 9788499899961
           208 Páginas


    Argumento:


   Un excéntrico profesor de teatro pone en marcha un proyecto experimental junto a un reducido grupo de alumnos. Se trata de convertirse en el espejo del cliente, en devolverle su propio reflejo, decir lo que él necesita escuchar y, así, ayudarle a reencontrar el rumbo perdido o a cerrar un capítulo abierto. Mientras exploran la psicología ajena en busca de modelos que les sirvan para dar la réplica al cliente, también indagarán en sus propias personalidades, en su manera de reaccionar, de comportarse, de sentir y de amar.

Opinión:
 
   Hay ocasiones en las que necesitamos ensayar frente al espejo lo que vamos a decir a otra persona. ¿Qué pasaría si el espejo pudiera respondernos? ¿O si pudiéramos tocarnos la cara, nuestra propia cara, consolarnos y curar la herida que la vida nos ha infringido? Convertirse en un espejo vivo que dé la réplica exacta en el momento justo es el objetivo de un pequeño grupo de teatro experimental, de teatro marginal, de teatro minoritario, capitaneado por el profesor Simón Cátero. Pero ponerse en la piel del otro, llegar a conocerle tan profundamente como para prever sus reacciones y necesidades, adelantar su curación no es fácil. Máxime cuando el proyecto, llamado “El probador”, propone traer a desconocidos para cumplir el papel de soñador en busca de un reflejo en el espejo, clientes anónimos (aunque buscados en el entorno de cada uno de los integrantes del grupo) a quienes dar la réplica ideal, la que les despierte del letargo y les haga encontrar la fuerza suficiente para obligar a la vida a moldearse, a ajustarse a sus deseos.
  La investigación de los actores/alumnos sobre los sentimientos, las reacciones, las necesidades y los anhelos del ser humano les llevará a indagar en sus propias vidas, a involucrarse en las existencias del resto del grupo hasta configurar un complicado “minué de sentimientos” en el que todos se ven envueltos. A ello habrá que sumar sus experiencias pasadas, individuales y en grupo (puesto que, antes de este alocado proyecto, todos se conocían, al ser alumnos de Simón en su academia), ofreciendo, así, una amplia paleta de sensaciones y frustraciones, de esperanzas y fracasos, de personalidades diferentes y complejas que tratan de acoplarse y funcionar como un solo organismo.
   La novela profundiza, pues, en el mundo sentimental del ser humano, uniendo al mero experimento teatral una compleja investigación psicológica de gran interés para el lector. Una maraña de sentimientos y de formas de afrontar la vida que irá descubriendo a medida que discurren las páginas de la novela para él y del calendario para los protagonistas.
   Narrada en primera persona por una de las participantes en el proyecto, Sandra, la novela cambia en sus últimos capítulos. El primer cambio nos trae al presente: si durante toda la narración Sandra ha estado utilizando el pasado para analizar minuciosamente los hechos ocurridos, a pocas páginas para el final comienza a contarnos la conclusión de la historia en presente, llevándola, pues, hasta el momento en el que están sucediendo las cosas, hasta el momento en el que el desenlace está teniendo lugar. El segundo cambio hace que Simón tome las riendas de la narración en el último capítulo y ofrezca su punto de vista sobre todo lo ocurrido, aportando, además, una interpretación sobre la forma de actuar de la propia Sandra. Un epílogo que profundiza en todo lo narrado anteriormente y abre las puertas al futuro por venir.
   Sandra asume la narración (para poner orden en el caos, confiesa) como si de un observador alejado se tratara. Está implicada en los hechos, sí, y ofrece sus reflexiones personales y su particular análisis de las situaciones pero en ocasiones se coloca por encima de ellos y describe las relaciones entre los miembros del grupo como si de un ensayo teatral o un partida de ajedrez se tratara, intentando desenmascarar las reglas ocultas, las tretas y estrategias de cada uno, las maniobras que buscan una reacción frente a un determinada acción.
   La visión de la vida como ensayo teatral está muy presente en toda la novela, ahondando en todas esas ocasiones en las que llevamos a cabo una acción equivocada y deseamos que sólo hubiera sido un entrenamiento, una preparación que pudiera borrarse de un plumazo sin dejarnos las consecuencias impresas en nuestro corazón.
  En una novela que indaga en el teatro, el componente metaliterario está muy presente. Así, encontramos reflexiones sobre la historia del teatro y su función, la vida como teatro, referencias a la poética de Aristóteles y a grandes autores teatrales como Artaud y su “Teatro de la Crueldad” o meditaciones sobre el quehacer del escritor literario.
   En definitiva, nos encontrarnos ante una novela sobre la vida y el teatro, sobre la representación y los sentimientos, sobre la psicología y el ser humano, que ahonda en las diferentes dimensiones de la personalidad con un estilo sencillo pero poético que nos ofrece algunas imágenes y metáforas dignas de ser recordadas.

   Nos seguimos leyendo.

3 comentarios:

  1. Parafraseando una popular canción: Teatro, la vida es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro

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  2. Me gusta el planteamiento de esta novela. No la conocía así que me la llevo apuntada.
    Besotes!!!

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  3. mes estoy leyendo ahora "La escala de los mapas" , tomo en cuenta tu reseña. besos

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