Ficha técnica:
Título: El oro del rey (Las aventuras del Capitán Alatriste 4) Autor: Arturo Pérez-Reverte Editorial: Alfaguara Género: novela, novela histórica, novela de aventuras Páginas: 264
Publicación: 2000 ISBN: 9788420442402
Sinopsis (página del autor):
Sevilla, 1626. A su regreso de Flandes, donde han participado en el asedio y rendición de Breda, el capitán Alatriste y el joven mochilero Íñigo Balboa reciben el encargo de reclutar a un pintoresco grupo de bravos espadachines para una peligrosa misión, relacionada con el contrabando del oro que los galeones españoles traen de las Indias. Los bajos fondos de la turbulenta ciudad andaluza, el corral de los Naranjos, la cárcel real, las tabernas de Triana, los arenales del Guadalquivir, son los escenarios de esta nueva aventura, donde los protagonistas reencontrarán traiciones, lances y estocadas, en compañía de viejos amigos y de viejos enemigos.
Después de abordar la Inquisición y la limpieza de sangre y de hablar de las guerras necesarias para mantener vivo el imperio español, Arturo Pérez-Reverte cambia en esta cuarta entrega de Las aventuras del Capitán Alatriste de tema y escenario para situar la acción de la novela en Sevilla y hacer girar la trama en torno a las riquezas llegadas de las Indias. Una trama que va llevando al lector hacia el rescate de una partida "desviada" del oro y la plata del Nuevo Mundo, rescate organizado y ejecutado por el capitán Alatriste, claro está.
Siendo los capítulos más emocionantes de la novela los últimos, en los que se narran los preparativos, la elección de compañeros de andanzas, el acecho, la espera, el abordaje y la lucha con todo lujo de detalles (y sin escatimar algunos pasajes truculentos), toda la obra resulta interesante, puesto que en ella Pérez-Reverte ahonda en diferentes aspectos atractivos para el lector, bien desde el punto de vista de la crítica o el dibujo social de la época, bien desde el de la trama de la saga al completo, además del de la intriga de esta entrega en sí, claro está.
Así, el autor, por boca del narrador, Íñigo Balboa, nos habla del ambiente de la Sevilla del siglo XVII, de sus costumbres, sus pecados, sus habitantes... en un retrato social y demográfico muy interesante. Asimismo, describe el viaje habitual de la riqueza que llegaba de América y poca parada hacía en España, destinada a pagar las deudas contraídas y los enfrentamientos bélicos por el mantenimiento del imperio español y la religión católica. Íñigo nos habla además de esa España corrupta, de esa parte de la riqueza que se queda por el camino y de un oro que, en cualquier caso, nunca llega al pueblo.
Por lo que respecta a la trama de toda la saga, Pérez-Reverte sigue delimitando los contornos de los dos bandos destinados a encontrarse una y otra vez: el de Alatriste, Quevedo, Íñigo, Guadalmedina y compañía enfrentado al de Alquézar y Malatesta, en el que se incluye una Angélica que se confiesa en esta entrega enamorada de Íñigo pero que, como bien le advierte el capitán, nunca abandonará a los de su bando.
Íñigo recupera este pasaje de la historia del capitán desde un futuro en el que todos los protagonistas (menos él) ya han fallecido, como él mismo dice en un momento de la novela, intentando devolverles algo de vida a través de su recuerdo y de la narración de sus andanzas. De ahí el tono melancólico con el que a veces habla de Alatriste, un personaje que, en esta ocasión, es caracterizado (como siempre) por lo que Íñigo nos cuenta de él pero también por lo que otros personajes comentan sobre él (como las opiniones que el capitán merece a quienes participan con él en la aventura de rescatar el oro real, opiniones que muestran la admiración y el respeto que Diego despierta) y también por las intervenciones directas del propio Alatriste. En este sentido, me ha encantado oírle organizando el asalto del barco, dar instrucciones, prever contratiempos y resolver dudas con autoridad, seguridad y mordacidad. El parco en palabras capitán Alatriste nos ofrece en esta entrega una pequeña pildorita de su forma de ser y de expresarse en los contextos adversos, todo un regalo para los seguidores de Diego y admiradores de su personalidad.
Y casi tanto como este perfil de Alatriste me ha gustado el personaje de Saramago, ese mercenario portugués que también participa en la hazaña y que, en lugar de encomendarse a Cervantes o a Lope, recita versos de Camoens antes de enzarzarse en la batalla. Pérez-Reverte rescata así esa literatura que salva vidas, a la que vale la pena agarrarse en cualquier circunstancia, la que ofrece consuelo aún en los momentos previos a jugarse la vida.
Por lo demás, el autor mantiene su tono mordaz, su estilo ágil, sus descripciones en ocasiones detalladas, su magnífica documentación, su vocabulario, sus pullas y su ironía. Más y mejor Alatriste para una saga que estoy deseando continuar.
Siendo los capítulos más emocionantes de la novela los últimos, en los que se narran los preparativos, la elección de compañeros de andanzas, el acecho, la espera, el abordaje y la lucha con todo lujo de detalles (y sin escatimar algunos pasajes truculentos), toda la obra resulta interesante, puesto que en ella Pérez-Reverte ahonda en diferentes aspectos atractivos para el lector, bien desde el punto de vista de la crítica o el dibujo social de la época, bien desde el de la trama de la saga al completo, además del de la intriga de esta entrega en sí, claro está.
Así, el autor, por boca del narrador, Íñigo Balboa, nos habla del ambiente de la Sevilla del siglo XVII, de sus costumbres, sus pecados, sus habitantes... en un retrato social y demográfico muy interesante. Asimismo, describe el viaje habitual de la riqueza que llegaba de América y poca parada hacía en España, destinada a pagar las deudas contraídas y los enfrentamientos bélicos por el mantenimiento del imperio español y la religión católica. Íñigo nos habla además de esa España corrupta, de esa parte de la riqueza que se queda por el camino y de un oro que, en cualquier caso, nunca llega al pueblo.
Por lo que respecta a la trama de toda la saga, Pérez-Reverte sigue delimitando los contornos de los dos bandos destinados a encontrarse una y otra vez: el de Alatriste, Quevedo, Íñigo, Guadalmedina y compañía enfrentado al de Alquézar y Malatesta, en el que se incluye una Angélica que se confiesa en esta entrega enamorada de Íñigo pero que, como bien le advierte el capitán, nunca abandonará a los de su bando.
Íñigo recupera este pasaje de la historia del capitán desde un futuro en el que todos los protagonistas (menos él) ya han fallecido, como él mismo dice en un momento de la novela, intentando devolverles algo de vida a través de su recuerdo y de la narración de sus andanzas. De ahí el tono melancólico con el que a veces habla de Alatriste, un personaje que, en esta ocasión, es caracterizado (como siempre) por lo que Íñigo nos cuenta de él pero también por lo que otros personajes comentan sobre él (como las opiniones que el capitán merece a quienes participan con él en la aventura de rescatar el oro real, opiniones que muestran la admiración y el respeto que Diego despierta) y también por las intervenciones directas del propio Alatriste. En este sentido, me ha encantado oírle organizando el asalto del barco, dar instrucciones, prever contratiempos y resolver dudas con autoridad, seguridad y mordacidad. El parco en palabras capitán Alatriste nos ofrece en esta entrega una pequeña pildorita de su forma de ser y de expresarse en los contextos adversos, todo un regalo para los seguidores de Diego y admiradores de su personalidad.
Y casi tanto como este perfil de Alatriste me ha gustado el personaje de Saramago, ese mercenario portugués que también participa en la hazaña y que, en lugar de encomendarse a Cervantes o a Lope, recita versos de Camoens antes de enzarzarse en la batalla. Pérez-Reverte rescata así esa literatura que salva vidas, a la que vale la pena agarrarse en cualquier circunstancia, la que ofrece consuelo aún en los momentos previos a jugarse la vida.
Por lo demás, el autor mantiene su tono mordaz, su estilo ágil, sus descripciones en ocasiones detalladas, su magnífica documentación, su vocabulario, sus pullas y su ironía. Más y mejor Alatriste para una saga que estoy deseando continuar.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Desafío100 libros: 70/100
- Reto Sumando: 14/2013
- Reto Capitán Alatriste 4/7
Otros títulos de la saga reseñados en el blog:
- El capitán Alatriste (Las aventuras del Capitán Alatriste 1)
- Limpieza de sangre (Las aventuras del Capitán Alatriste 2)
- El sol de Breda (Las aventuras del Capitán Alatriste 3)
A mí me gustaron todos, quizás el que menos "El sol de Breda". Sigue disfrutando de Don Diego :-)
ResponderEliminarUn beso shakiano!!!
Lo tengo pendiente y con muchas ganas
ResponderEliminarBesos
Si voy a coger prontito el último libro de mi estantería, que me estás picando!
ResponderEliminarBesotes!!!