"Ashford Park", de Lauren Willig: una novela llena de intriga, amor y secretos

       Ficha técnica:

Título: Ashford Park                      Autora: Lauren Willig

Editorial: Espasa        Género: novela, saga familiar, novela romántica, novela histórica             Páginas: 430     

Publicación: 28/05/2013       ISBN: 978-84-670-3490-5

Sinopsis (editorial):

  Lauren Willig, cuyos bestsellers aparecen siempre en las listas de los libros más vendidos del New York Times, teje en Ashford Park una red de deseo, poder y pérdidas que nos lleva desde los cerrados círculos de la sociedad británica hasta los rascacielos de Manhattan y las arenosas colinas rojizas de Kenia, y desde la Primera Guerra Mundial hasta el mundo de hoy.

   "Cuando Downton Abbey se encontró con Memorias de África", dice Book Page sobre esta novela (tal y como aparece en la contraportada) y creo que es una buena manera de ofrecer pistas al lector sobre lo que va a encontrar en ella. No solo porque los escenarios (o dos de los principales escenarios) de la obra recuerden a esas dos referencias, sino porque, en el fondo, todo es dual en la obra de Willig: hay dos historias superpuestas, dos líneas temporales, dos ejes temáticos y dos mujeres que definen cada una de estas dos historias. Dos mujeres y dos historias diferentes, pero, claro está, unidas, por la trama en sí, por su parentesco pero también por sutiles paralelismos entre la trayectoria de una y otra que la autora va trazando a lo largo de la novela, además de por cierto parecido físico y determinados tics que ambas comparten, como el apretar los puños hasta clavarse las uñas en las palmas de las manos en momentos de tensión.
   Estas dos mujeres son Addie y Clemmie, abuela y nieta. En el presente narrativo (que no es presente actual, pues la autora sitúa la acción en 1999), Addie tiene 99 años y su salud está bastante deteriorada. De hecho, una confusión mental (el hecho de que llame a Clemmie con el nombre de Bea) es el detonante de las sospechas de la nieta de que algo no es como le han contado. La presencia de Addie en el presente es poco significativa, donde esta mujer cobra protagonismo es en el eje temporal pasado, eje que la autora presenta en dos momentos y dos coordenadas geográficas diferentes. Aunque el prólogo de la novela está situado en Kenia y fechado en 1926, este hilo argumental no se retomará hasta la segunda parte de la obra, aunque lo que se narra en él contribuye a que el lector vaya apostando por qué va a pasar en la historia y, por lo tanto, sea un elemento que tirará de la intriga que va moviendo la obra. Esa sería, pues, la primera ubicación espacio-temporal del hilo argumental relacionado con Addie (de ahí lo de Memorias de África, claro, aunque lo histórico está muy difuminado en esta novela, aparece solo como marco de la historia o telón de fondo). La segunda ubicación espacio-temporal, que ocupa la primera parte de la novela, está radicada en Ashford Park, Londres, en 1906, y de ahí el guiño a Downton Abbey. En ese momento, Addie tiene casi seis años, sus padres acaban de morir y es adoptada por el hermano de su padre y su familia y conducida a Ashford Park. La apocada y retraída Addie será protegida y guiada (en todos los sentidos) por su prima Bea, pocos años mayor que ella, convirtiendo su parentesco en algo mucho más profundo: se sienten más hermanas que primas, aunque a lo largo de la obra se nos muestran momentos de confrontación, traiciones, inseguridades, mentiras y cierta envidia mutua entre ambas. 
    Por su parte, el hilo argumental más cercano al presente se desarrolla en Nueva York (aunque hay viajes a Londres que ofrecen nuevos datos que engordan el misterio) es protagonizado por Clemmie, una mujer totalmente entregada a su trabajo como abogada, que acaba de romper su compromiso matrimonial y que se pregunta si el rumbo que ha tomado su vida es el que realmente desea para su futuro.
      Willig arma ambas tramas con continuos saltos temporales que van ofreciendo pistas al lector para que vaya haciendo cábalas e intente descubrir los secretos que va escondiendo a lo largo de la narración. Algunos de esos secretos o giros narrativos son un poco previsibles pero otros me han pillado con el pie cambiado, así que he disfrutado mucho de esta novela. Creo que la intriga está bien dosificada y que los saltos temporales siguen cierto orden, van adquiriendo una cierta alternancia que da ritmo a la lectura y, en cierto modo, tranquiliza a lector sobre lo que irá ocurriendo (o más bien, dónde y cuándo irá ocurriendo) lo que vaya leyendo a continuación.
     Ashford Park es una de esas novelas que hablan de mujeres, de familias con secretos que ocultar, de traiciones, de decisiones equivocadas, de sueños frustrados y de personas capaces de cumplir sus deseos. Una novela tremendamente ágil, que te engancha nada más comenzar, que te propone continuos saltos y enigmas y que te deja con la satisfacción de haber leído una buena historia bien contada. Mi única pega es que me hubiera gustado conocer más a Bea: siendo uno de los personajes clave de la novela, en realidad, su caracterización queda un poco desdibujada. La conocemos por lo que hace y por lo que Addie piensa sobre ella, pero poco sabemos de sus razones y, sobre todo, del peso de sus frustraciones, que tiene que ser enorme. Me hubiera gustado que la autora hubiera profundizado un poco más en ella, porque me parece el personaje más peculiar de todos: una mujer que tiene un destino marcado pero a la que la suerte (o la mala suerte) va llevando por otros derroteros. Una mujer que tenía todas las papeletas para triunfar y ser feliz y que, sin embargo, no encontró su lugar en el mundo. Al menos, no en el mundo narrado en la novela. 
  Nos seguimos leyendo.

    Incluyo este libro en los siguientes retos:

•   Desafío100 libros: 73/100
• Reto Sumando: 12/2013 
•  Reto Autores de la A a la Z: W