Título: Harry Potter y la piedra filosofal
Autora: J. K. Rowling
Editorial: Salamandra
Género: novela, LIJ, infantil, juvenil
Páginas: 256
Publicación: 2000
ISBN: 978-84-7888-445-2
Harry Potter se ha quedado huérfano y vive en casa de sus abominables tíos y del insoportable primo Dudley. Harry se siente muy triste y solo, hasta que un buen día recibe una carta que cambiará su vida para siempre. En ella le comunican que ha sido aceptado como alumno en el colegio interno Hogwarts de magia y hechicería. A partir de ese momento, la suerte de Harry da un vuelco espectacular. En esa escuela tan especial aprenderá encantamientos, trucos fabulosos y tácticas de defensa contra las malas artes. Se convertirá en el campeón escolar de quidditch, especie de fútbol aéreo que se juega montado sobre escobas, y se hará un puñado de buenos amigos... aunque también algunos temibles enemigos. Pero sobre todo, conocerá los secretos que le permitirán cumplir con su destino. Pues, aunque no lo parezca a primera vista, Harry no es un chico común y corriente. ¡Es un verdadero mago!
Este año tengo un grupo de niños estupendo en el club de 9-10 años: son maduros, leen un montón y disfrutan muchísimo hablando de lo que leen y con las actividades que vamos haciendo. Total, un regalo para mí. Hablando un día con ellos me contaron que ninguno había leído a Harry Potter (aunque sí habían visto las pelis, al menos, algunas), así que empecé a pensar en proponerles que lo leyeramos juntos. Al principio, me dio un poco de cosilla, porque es una lectura para niños algo mayores... pero los veía tan dispuestos y, sobre todo, tan preparados, que nos lanzamos. Les propuse ir leyéndolo poco a poco y he de decir que no han tenido ningún problema y que nos lo hemos pasado bomba leyendo juntos, charlando de los temas que se pueden ir abordando al hilo de la lectura y poniendo en práctica todas las actividades que se me han ocurrido o que he ido encontrando por internet (entre ellas, hacer una búsqueda del tesoro imitando la compra de materiales en el callejón Diagon, fabricar nuestra varita o nuestra corbata de cada casa, etc.).
Y es que, mercadotecnia cinematógrafica al margen, Harry Potter engancha y lo hace, creo yo, por dos buenas razones: por el atractivo que supone para los niños todo el mundo de la magia y por la propia historia en sí, por ese antihéroe criado como un marginado y que, sin embargo, tiene dentro de sí el poder (y la esperanza) para salvar el mundo.
El internado y todo lo que tiene que ver con el mundo del colegio y las relaciones con los compañeros y amigos también son un buen punto de enganche para los niños, punto de engache para el que la función empática y de identificación es fundamental. Es muy fácil sentir un punto de conexión con Harry porque, aunque no hayamos sido criados como él, ni seamos mágicos ni hayamos salvado al mundo del malvado más maléfico de todos los tiempos... todos nos hemos sentido alguna vez inferiores, apartados, fascinados por nuestras propias capacidades sin descubrir.
No menos importante a la hora de atraer a los niños a la lectura es el componente de aventura que tiene la saga. Creo que en este caso es menor que en el otras entregas porque la presentación de los personajes y del mundo en el que habitan se lleva buena parte de las páginas de la obra. Pero el final es trepidante y deja con ganas de más.
Tanto es así, que vamos a lanzarnos a por el segundo. Ellos quieren seguir y yo... ¿cómo les voy a negar a unos niños que quieren leer el "capricho" de hacerlo? Y más, siendo una saga que a mí encanta, que ya se ha convertido en un (merecido) clásico de la literatura infantil y juvenil y que tiene chicha que mascar y digerir en la lectura y en las reuniones.
Nos seguimos leyendo.
Y es que, mercadotecnia cinematógrafica al margen, Harry Potter engancha y lo hace, creo yo, por dos buenas razones: por el atractivo que supone para los niños todo el mundo de la magia y por la propia historia en sí, por ese antihéroe criado como un marginado y que, sin embargo, tiene dentro de sí el poder (y la esperanza) para salvar el mundo.
El internado y todo lo que tiene que ver con el mundo del colegio y las relaciones con los compañeros y amigos también son un buen punto de enganche para los niños, punto de engache para el que la función empática y de identificación es fundamental. Es muy fácil sentir un punto de conexión con Harry porque, aunque no hayamos sido criados como él, ni seamos mágicos ni hayamos salvado al mundo del malvado más maléfico de todos los tiempos... todos nos hemos sentido alguna vez inferiores, apartados, fascinados por nuestras propias capacidades sin descubrir.
No menos importante a la hora de atraer a los niños a la lectura es el componente de aventura que tiene la saga. Creo que en este caso es menor que en el otras entregas porque la presentación de los personajes y del mundo en el que habitan se lleva buena parte de las páginas de la obra. Pero el final es trepidante y deja con ganas de más.
Tanto es así, que vamos a lanzarnos a por el segundo. Ellos quieren seguir y yo... ¿cómo les voy a negar a unos niños que quieren leer el "capricho" de hacerlo? Y más, siendo una saga que a mí encanta, que ya se ha convertido en un (merecido) clásico de la literatura infantil y juvenil y que tiene chicha que mascar y digerir en la lectura y en las reuniones.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto 100 libros: 12/100
- Reto Genérico: 11 (1/1 infantil)/40
- Reto Olvidados: 3
- Reto Mujeres Laureadas: 1/5
Es mi libro de la infancia y es una buena opción para los niños
ResponderEliminarun beso
Unos libros que tengo que releer!
ResponderEliminarBesotes!!!