Título: Lo que el hielo atrapa
Autor: Bruno Nievas
Editorial: Ediciones B
Género: novela histórica, aventuras
Páginas: 456
Publicación: enero 2015
ISBN: 978-84-666-5596-5
La gran expedición de Shackleton al Polo Sur. Más que una novela, una aventura.
La nueva novela del autor de Realidad aumentada y Holocausto Manhattan. Por su tono épico y emocionante recuerda a las novelas clásicas de aventuras.
Londres, agosto de 1914. Ernest Shackleton, tras haber fracasado en su intento de alcanzar el Polo Sur en dos ocasiones, intenta reunir fondos para llevar a cabo la única gesta que queda por realizar: atravesar la Antártida. Sin embargo, los rumores de guerra son inequívocos y la expedición parece condenada antes de partir. No lejos de su despacho, en el East End, Zara Foley trata de ocultarse. Un acto terrible e imperdonable la persigue, junto a toda la policía de Londres. Huyendo de la miseria, el hambre y el cadalso, se da de bruces con Shackleton… y con una posible escapatoria a la horca.
Lo que el hielo atrapa es una novela de aventuras que traslada al lector del Londres de inicios del siglo XX a la Antártida, a bordo de la última gran expedición romántica del hombre, y en la que algunos de sus participantes encontraron algo más que a sí mismos.
Tenía pendiente leer este libro desde hace muuuucho tiempo y por fin he logrado hacerle hueco. Y, la verdad, no entiendo por qué he tardado tanto, porque me ha parecido una novela llena de emociones, lecciones y aventuras.
Bruno Nievas nos traslada a las expediciones a la Antártida de principios del siglo XX, concretamente, a la organizada por Ernest Shackleton en 1914, llamada la Expedición Imperial Transantártica o Expedición Endurance. Y logra meternos de lleno en ella e, incluso, hacernos pasar frío. Porque una ya iba preparada para pasar vicisitudes, pero la verdad es que los miembros de la considerada última expedición importante de la edad heroica de la exploración a la Antártida lo pasaron realmente mal.
Eso hace que esta sea una genuina novela de aventuras: un viaje que se complica, escollos que superar, frío, falta de alimento, sacrificios, sufrimiento, desaliento... Nievas refleja muy bien tanto el infierno (helado, pero infierno al fin y al cabo) exterior que pasaron los 27 expedicionarios como el interior, con sus conflictos y sus rendiciones.
Me ha encantado ver el heroísmo de este grupo de hombres y una mujer. Nievas explica en nota final que este dato no es histórico, no hay constancia de que una mujer les acompañara en la expedición real, pero en varios escritos de los expedicionarios se hace referencia a una "presencia" que les ayudó a sobrevivir, y el autor ha querido pensar que se trató de una mujer tan valiente como cualquier hombre. La verdad es que la introducción de Zara da al relato un giro muy interesante y permite abordar ciertas cuestiones morales que le sientan muy bien a la novela. Zara es un contrapunto muy atractivo para el argumento y sirve, también, para poner aún más en valor la figura de Shackleton.
Porque, sin duda alguna, el gran protagonista de la obra es Shackleton y su personalidad. Su arrojo, su obsesión por mantener al grupo unido, animado y, sobre todo, vivo; su moralidad, sus ideas revolucionarias, su calidad humana... Son, desde luego, valores y formas de entender la vida que habría que exportar.
La trama avanza a muy buen ritmo y casi no hay tregua para el lector. En la segunda mitad, la razón es obvia: las vicisitudes a las que han de enfrentarse los expedicionarios son tantas y tan variadas (Nievas consigue hacernos ver tal cantidad de problemas que es como haber viajado con ellos pero, afortunadamente, sin moverte del sofá calentito de tu casa) que no dejan de pasar cosas continuamente.
El ritmo podría haber sido más lento al principio, durante la presentación de los personajes y la preparación del viaje, pero el autor utiliza una técnica que me ha encantado, que da profundidad a los personajes, que fomenta la intriga y que logra que te metas en el libro casi sin mirar: a la narración de la preparación del viaje y la elección del pasaje, Nievas va añadiendo pedazos del pasado de los expedicionarios, lo que permite ir conociendo su espíritu aventurero desde que eran niños o descubriendo las razones que cada uno tiene para subirse al Endurance. Estas narraciones intercaladas logran que empaticemos con los personajes desde el principio y que les veamos como el grupo de aventureros, soñadores, revolucionarios y perseverantes que fueron.
Así pues, Bruno Nievas nos regala una magnífica recreación de un episodio histórico lleno de emociones y aventuras. Logra, además, llenar tal relato de hondura, gracias a las reflexiones que introduce y, sobre todo, del trazado de unos personajes realmente humanos. Y consigue, así, una novela en la que ritmo no decae que, además de divertirnos (y hacernos sufrir) con sus mil peripecias, nos muestra el verdadero valor del compañerismo, del heroísmo, del afán por ir más allá y por la supervivencia. Una historia épica que me ha encantado.
Nos seguimos leyendo.
Bruno Nievas nos traslada a las expediciones a la Antártida de principios del siglo XX, concretamente, a la organizada por Ernest Shackleton en 1914, llamada la Expedición Imperial Transantártica o Expedición Endurance. Y logra meternos de lleno en ella e, incluso, hacernos pasar frío. Porque una ya iba preparada para pasar vicisitudes, pero la verdad es que los miembros de la considerada última expedición importante de la edad heroica de la exploración a la Antártida lo pasaron realmente mal.
Eso hace que esta sea una genuina novela de aventuras: un viaje que se complica, escollos que superar, frío, falta de alimento, sacrificios, sufrimiento, desaliento... Nievas refleja muy bien tanto el infierno (helado, pero infierno al fin y al cabo) exterior que pasaron los 27 expedicionarios como el interior, con sus conflictos y sus rendiciones.
Me ha encantado ver el heroísmo de este grupo de hombres y una mujer. Nievas explica en nota final que este dato no es histórico, no hay constancia de que una mujer les acompañara en la expedición real, pero en varios escritos de los expedicionarios se hace referencia a una "presencia" que les ayudó a sobrevivir, y el autor ha querido pensar que se trató de una mujer tan valiente como cualquier hombre. La verdad es que la introducción de Zara da al relato un giro muy interesante y permite abordar ciertas cuestiones morales que le sientan muy bien a la novela. Zara es un contrapunto muy atractivo para el argumento y sirve, también, para poner aún más en valor la figura de Shackleton.
Porque, sin duda alguna, el gran protagonista de la obra es Shackleton y su personalidad. Su arrojo, su obsesión por mantener al grupo unido, animado y, sobre todo, vivo; su moralidad, sus ideas revolucionarias, su calidad humana... Son, desde luego, valores y formas de entender la vida que habría que exportar.
La trama avanza a muy buen ritmo y casi no hay tregua para el lector. En la segunda mitad, la razón es obvia: las vicisitudes a las que han de enfrentarse los expedicionarios son tantas y tan variadas (Nievas consigue hacernos ver tal cantidad de problemas que es como haber viajado con ellos pero, afortunadamente, sin moverte del sofá calentito de tu casa) que no dejan de pasar cosas continuamente.
El ritmo podría haber sido más lento al principio, durante la presentación de los personajes y la preparación del viaje, pero el autor utiliza una técnica que me ha encantado, que da profundidad a los personajes, que fomenta la intriga y que logra que te metas en el libro casi sin mirar: a la narración de la preparación del viaje y la elección del pasaje, Nievas va añadiendo pedazos del pasado de los expedicionarios, lo que permite ir conociendo su espíritu aventurero desde que eran niños o descubriendo las razones que cada uno tiene para subirse al Endurance. Estas narraciones intercaladas logran que empaticemos con los personajes desde el principio y que les veamos como el grupo de aventureros, soñadores, revolucionarios y perseverantes que fueron.
Así pues, Bruno Nievas nos regala una magnífica recreación de un episodio histórico lleno de emociones y aventuras. Logra, además, llenar tal relato de hondura, gracias a las reflexiones que introduce y, sobre todo, del trazado de unos personajes realmente humanos. Y consigue, así, una novela en la que ritmo no decae que, además de divertirnos (y hacernos sufrir) con sus mil peripecias, nos muestra el verdadero valor del compañerismo, del heroísmo, del afán por ir más allá y por la supervivencia. Una historia épica que me ha encantado.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto 100 libros: 61/100
- Reto Yincana Histórica: 6/35
Ni me importaría nada leerla por todo lo que cuentas, pero ahora mismo con tanto pendiente la tengo que dejar pasar.
ResponderEliminarUn beso ;)
Pues no me importaría leerlo, no pinta mal =)
ResponderEliminarBesotes