Título: El último tuareg
Autor: Alberto Vázquez-Figueroa
Editorial: MR
Género: novela contemporánea, thriller, exótica
Páginas: 352
Publicación: 6/3/2014
ISBN: 978-84-270-4095-3
Más de treinta años después de la publicación de su mítica novela Tuareg, Alberto Vázquez-Figueroa vuelve sobre el tema que mejor conoce: la vida de los «señores de las arenas» y la eterna lucha que mantienen por intentar conservar las antiquísimas costumbres que han hecho de ellos un pueblo admirado y respetado.
En esta ocasión la trama se desarrolla en la inmensa soledad del desierto del norte de Mali, donde la barbarie de los extremistas que intentan crear un Estado islamista radical está salpicando de sangre el buen nombre de los tuaregs. Contra su voluntad, Gacel Mugtar, un pacífico camionero gran conocedor del desierto, es uno de los encargados de hacer cumplir el código de honor de su raza ejecutando sin piedad y dondequiera que se encuentren a todos aquellos renegados o mercenarios que no renuncien a la violencia. Pero la peor batalla que se verá obligado a librar no será contra los fanáticos, sino contra su propia conciencia.
Probablemente yo nunca hubiera leído a Alberto Vázquez-Figueroa si no hubiera sido por mi chico, fiel seguidor de uno de los escritores más prolíficos de la literatura española. Cuando empezamos a vivir juntos me recomendó leer El anillo verde y recuerdo que me encantó, por las reflexiones que planteaba, por cómo estaba contado y también porque me recordaba a El reencuentro de Viola y el Barón, una preciosísima canción de Pedro Guerra que siempre me ha encantado. Pero no había vuelto a leer nada suyo, a pesar de que mi marido habla de él un día sí y otro también, de su capacidad para narrar, de las fuentes que utiliza, de las verdades que se esconden entre sus ficciones literarias.
Así que cuando vi El último tuareg entre las novedades literarias, no me lo pensé demasiado y me hice con él. Eso sí, le propuse a mi chico que lo leyéramos juntos, sobre todo porque él ya había leído Tuareg y Los ojos del tuareg y pensé que podría rellenar mis huecos, si había algo que no entendía o que se me escapaba. No ha sido así y he disfrutado muchísimo de la lectura de esta entrega que llega treinta años después de aquel primer Tuareg. Ahora solo espero poder sacar tiempo para leer las dos primeras.
El último tuareg es un thriller con mucho fondo que mantiene la tensión y el interés a lo largo de toda la novela. Vázquez-Figueroa sabe cómo construir una trama que no decaiga, que te mantenga pegado a las páginas de la novela y darle vida con unos personajes creíbles y muy humanos, que parecen personas atrapadas en un libro.
Creo que esa es una de las mayores cualidades de Vázquez-Figueroa: atrapar la realidad y plasmarla en forma de novela. Quizá porque piense que si parece ficción duele menos. O simplemente porque la literatura sirve para poner el acento en determinadas situaciones que o no tienen cabida en los medios de comunicación o hay tantos intereses creados que es imposible ofrecer sobre ellas una visión no sesgada.
Vázquez-Figueroa profundiza en este caso en el extremismo religioso radical, en el conflicto israelí, en la violencia extrema que se está viviendo en la zona y a la que no siempre prestamos la atención debida y en la suerte (o la mala suerte) de quienes son elegidos (elegidos... o condenados) para luchar en una guerra basada en unos intereses demasiado alejados del corazón humano.
Junto a estos grandes temas, el autor desliza otros asuntos conflictivos que funcionan a modo de denuncias en el contexto de la novela, como el problema del agua o el mercado negro farmacéutico.
El ansia de poder y dominación, el destino del hombre humilde, la dignidad perdida (o a punto de perderse) de determinadas nacionalidades o colectivos humanos son algunos de los puntos de reflexión de una novela excelentemente levantada que, a pesar de que se lee muy deprisa, porque el suspense no te deja salir de su páginas, deja un poso en el lector y abre interrogantes y denuncias que pueden cambiar su forma de ver la realidad en la que vivimos.
Nos seguimos leyendo. Así que cuando vi El último tuareg entre las novedades literarias, no me lo pensé demasiado y me hice con él. Eso sí, le propuse a mi chico que lo leyéramos juntos, sobre todo porque él ya había leído Tuareg y Los ojos del tuareg y pensé que podría rellenar mis huecos, si había algo que no entendía o que se me escapaba. No ha sido así y he disfrutado muchísimo de la lectura de esta entrega que llega treinta años después de aquel primer Tuareg. Ahora solo espero poder sacar tiempo para leer las dos primeras.
El último tuareg es un thriller con mucho fondo que mantiene la tensión y el interés a lo largo de toda la novela. Vázquez-Figueroa sabe cómo construir una trama que no decaiga, que te mantenga pegado a las páginas de la novela y darle vida con unos personajes creíbles y muy humanos, que parecen personas atrapadas en un libro.
Creo que esa es una de las mayores cualidades de Vázquez-Figueroa: atrapar la realidad y plasmarla en forma de novela. Quizá porque piense que si parece ficción duele menos. O simplemente porque la literatura sirve para poner el acento en determinadas situaciones que o no tienen cabida en los medios de comunicación o hay tantos intereses creados que es imposible ofrecer sobre ellas una visión no sesgada.
Vázquez-Figueroa profundiza en este caso en el extremismo religioso radical, en el conflicto israelí, en la violencia extrema que se está viviendo en la zona y a la que no siempre prestamos la atención debida y en la suerte (o la mala suerte) de quienes son elegidos (elegidos... o condenados) para luchar en una guerra basada en unos intereses demasiado alejados del corazón humano.
Junto a estos grandes temas, el autor desliza otros asuntos conflictivos que funcionan a modo de denuncias en el contexto de la novela, como el problema del agua o el mercado negro farmacéutico.
El ansia de poder y dominación, el destino del hombre humilde, la dignidad perdida (o a punto de perderse) de determinadas nacionalidades o colectivos humanos son algunos de los puntos de reflexión de una novela excelentemente levantada que, a pesar de que se lee muy deprisa, porque el suspense no te deja salir de su páginas, deja un poso en el lector y abre interrogantes y denuncias que pueden cambiar su forma de ver la realidad en la que vivimos.
Agradezco a Ediciones Martínez Roca el envío de este ejemplar.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto100 libros: 35/100
- Reto Genérico: 27 (2exóticos)/40
No he leído nada de este autor. Me gusta lo que cuentas. Quiero leer sobre África y las novelas de Vázquez Figueroa son una propuesta interesante. Gracias por la recomendación!
ResponderEliminarTengo muchas ganas de leerlo ya que Tuareg me gusto mucho, besotes
ResponderEliminarTuareg me encantó. Los ojos del tuareg me decepcionó un poco. Y éste no me importaría leerlo
ResponderEliminarYo he leído muchos libros de este autor, en tiempos era de mis escritores preferidos
Besos
Pues me vas a juntar con tu marido porque yo también soy una fan incondicional. Te recomendaría que leyeras Tuareg, para mí es su mejor libro. Aunque se han vendido como una continuación los 3 libros son totalmente independientes, Los ojos del tuareg no es de los mejores pero yo leo todo lo que ha escrito. Creo que su mejor definición la ha hecho él mismo, probablemente no será un gran escritor pero sí que sabe contar historias y mantenerte en vilo.
ResponderEliminarPues al principio no me llamaba mucho, pero he visto muy buenas opiniones de él <3
ResponderEliminarNo me acaba de llamar la atención...de momento lo dejaré pasar.
ResponderEliminarGracias por tu reseña.
Besos
Tuareg la leí hace años y me encantó. Pero no he vuelto a animarme con este autor. Y parece que ya es hora de que lo haga, que este libro tiene también muy buena pinta.
ResponderEliminarBesotes!!!
Lo tuve en la mano hace un par de días en la biblio y estuve tentada de llevármelo, en la próxima visita si sigue ahí se viene conmigo. Besos.
ResponderEliminarTengo este autor pendiente, creo que solo he leído un libro de él
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