Cervantes nos muestra su cara más poética en este capítulo, aunque (como reprocha uno de los asistentes al funeral de Grisóstomo) el contenido del poema no tiene mucho que ver con la historia del pastor y Marcela que conocemos hasta ahora. El propio texto justifica la inclusión de este poema que los expertos consideran escrito antes que el Quijote.
Obra poética de Grisóstomo/Cervantes al margen, este capítulo sirve para resolver (por fin) el cuento del pastor y Marcela. ¡Y de qué manera! Al fin conocemos el punto de vista de la injuriada Marcela y... ¿qué puedo decir? ¡Ole, ole y ole! ¡Qué mujer! ¡Qué razonamientos! ¡Qué valentía! Sorprende un personaje así por la modernidad de su pensamiento y su forma de actuar. Y no solo porque sea una novela del Siglo de Oro. Creo que hoy (tristemente) seguiría asombrando una mujer con esas ideas. En un mundo hipersexualizado, rendido a la belleza y al ser sexy, en el que el ser guapa y tener buen cuerpo abre todas (o casi todas) las puertas no deja de chocar una mujer que no utiliza su belleza para conseguir ningún fin. Y conste que hablo de la imagen social generalizada no de lo que cada mujer hace o deja de hacer con su belleza. Solo hay que ver una oferta de trabajo que vi el otro día en el que se pedía una talla 95 para ser reportera de televisión. Y justo esta semana ha sido polémico otro anuncio parecido para ser azafata del Salón del Cómic de Barcelona. En fin.
Creo que Cervantes transmite muy bien la frustración que debe sentir la incomprendida Marcela. Y, desde luego, lo que muestra de forma bien clarita es la reacción que su elegido modo de vida despierta en los hombres: por un lado, crueldad y enfado ("fiero basilisco de estas montañas" es lo más bonito que le llaman en el capítulo de hoy) y, por otro, el sentimiento de protección que inspira a Don Quijote, quien enseguida ve una ocasión propicia para su propia causa. En cualquier caso, ni unos ni otro respetan y aceptan la independencia y la autosuficiencia de Marcela.
Y así acaba (y así nos lo hace notar el narrador) la segunda parte de la novela. La semana que viene estrenamos la tercera.
Nos seguimos leyendo.Obra poética de Grisóstomo/Cervantes al margen, este capítulo sirve para resolver (por fin) el cuento del pastor y Marcela. ¡Y de qué manera! Al fin conocemos el punto de vista de la injuriada Marcela y... ¿qué puedo decir? ¡Ole, ole y ole! ¡Qué mujer! ¡Qué razonamientos! ¡Qué valentía! Sorprende un personaje así por la modernidad de su pensamiento y su forma de actuar. Y no solo porque sea una novela del Siglo de Oro. Creo que hoy (tristemente) seguiría asombrando una mujer con esas ideas. En un mundo hipersexualizado, rendido a la belleza y al ser sexy, en el que el ser guapa y tener buen cuerpo abre todas (o casi todas) las puertas no deja de chocar una mujer que no utiliza su belleza para conseguir ningún fin. Y conste que hablo de la imagen social generalizada no de lo que cada mujer hace o deja de hacer con su belleza. Solo hay que ver una oferta de trabajo que vi el otro día en el que se pedía una talla 95 para ser reportera de televisión. Y justo esta semana ha sido polémico otro anuncio parecido para ser azafata del Salón del Cómic de Barcelona. En fin.
Creo que Cervantes transmite muy bien la frustración que debe sentir la incomprendida Marcela. Y, desde luego, lo que muestra de forma bien clarita es la reacción que su elegido modo de vida despierta en los hombres: por un lado, crueldad y enfado ("fiero basilisco de estas montañas" es lo más bonito que le llaman en el capítulo de hoy) y, por otro, el sentimiento de protección que inspira a Don Quijote, quien enseguida ve una ocasión propicia para su propia causa. En cualquier caso, ni unos ni otro respetan y aceptan la independencia y la autosuficiencia de Marcela.
Y así acaba (y así nos lo hace notar el narrador) la segunda parte de la novela. La semana que viene estrenamos la tercera.
Comentarios de otros capítulos:
- Capítulo I: Que trata de la condición y ejercicio del famoso hidalgo Don Quijote de La Mancha
- Capítulo II: Que trata de la primera salida que de su tierra hizo el ingenioso Don Quijote
- Capítulo III: Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo Don Quijote de armarse caballero
- Capítulo IV: De lo que le sucedió a nuestro caballero cuando salió de la venta
- Capítulo V: Donde se prosigue la narración de la desgracia de nuestro caballero
- Capítulo VI: Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo
- Capítulo VII: De la segunda salida de nuestro buen caballero Don Quijote de La Mancha
- Capítulo VIII: Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación
- Capítulo IX: Donde se concluye y da fin a la estupenda batalla que el gallardo vizcaíno y el valiente manchego tuvieron
- Capítulo X: De lo que más le avino a Don Quijote con el vizcaíno y del peligro en que se vio con una turba de yangüeses
- Capítulo XI: De lo que le sucedió a Don Quijote con unos cabreros
- Capítulo XII: De lo que contó un cabrero a los que estaban con Don Quijote
- Capítulo XIII: Donde se da fin al cuento de la pastora Marcela, con otros sucesos
Tienes razón, Lidia. Hoy en día hay que seguir luchando contra muchas de las ideas que hay de la mujer (flipo con lo que cuentas de la oferta de trabajo y demás). Marcela es un ejemplo a seguir, por su valentía y por saber decir las cosas claramente sin un atisbo de flaqueza. Qué manera de hablar, chica! jeje.
ResponderEliminarSabía yo que Marcela era una mujer excepcional dentro de un mundo hipermachista :)
ResponderEliminarBs.
Gran personaje el de Marcela!
ResponderEliminarBesotes!!!