Ficha técnica:
Título: Los ojos amarillos de los cocodrilos Autora: Katherine Pancol Editorial: La esfera de los libros Género: novela contemporánea Páginas: 552
Publicación: 2010 ISBN: 9788497349239
Sinopsis (editorial):
Joséphine Cortès es una mujer fracasada: su marido le ha abandonado, su hija mayor no le respeta, nadie valora su trabajo como experta en historia medieval y, además, ha vivido siempre bajo la sombra dominante del éxito de su hermana, la bella y rica Iris.
Pero Joséphine tiene algo que Iris no posee: sensibilidad, bondad y...otras muchas cosas que ni tan siquiera ella sospecha.
Esta es la historia de Joséphine. Pero es también la historia de muchas otras mujeres, las que somos, las que querríamos ser, las que nunca seremos y aquellas que quizás seamos algún día.
Una novela como la vida misma.
Una novela como la vida misma. Este es el reclamo que siempre me atrajo de este libro y el que he podido comprobar durante su lectura. Una lectura que no he hecho sola, he estado acompañadísima (y estupendamente acompañada) por las siete mujeres que forman el Club de Lectura de los viernes en la biblioteca de Azuqueca de Henares. Más allá de nuestras discusiones sobre la forma de actuar de determinados personajes (sobre todo de la protagonista), creo que todas hemos corroborado que esta novela es como la vida misma, porque todas nos hemos encontrado en sus páginas, todas hemos hallado una pregunta o una respuesta a nuestra propia vida en sus historias y todas nos hemos topado con un modelo o un contramodelo de persona que tenemos cerca o al que quisiéramos parecernos o al que detestamos entre sus personajes.
Unos personajes que son, para mí, lo mejor de la novela. Más allá de lo que les ocurre a cada uno de ellos (que no es poco, aunque la dosificación de la intriga es bastante lenta: el caso es que no dejan de pasar cosas pero son tan cotidianas que, en realidad, solo hay cuatro o cinco grandes giros en toda la novela), me ha gustado encontrarme que todos ellos están en proceso de muda, están cambiando de piel, están viviendo un momento crucial de sus vidas, un momento para ajustar cuentas con el pasado y preparar las baldosas del camino futuro.
Además de estar en proceso de cambio, Pancol nos presenta a unos protagonistas muy contrapunteados entre sí y, al mismo tiempo, muy semejantes. Me explico. Jo, la protagonista, tiene dos hijas, Hortense y Zoé, con dos personalidades totalmente opuestas: Hortense es fría, calculadora, vanidosa y muy preocupada por el dinero y la belleza, mientras que Zoé es físicamente menos agraciada pero más cariñosa y con valores, en principio, más altruistas que su hermana. El mismo modelo se repite en la familia de Jo: ella es el patito feo de la familia, más parecida a Zoé, mientras que su hermana Iris es pura luz y fachada, igual que Hortense y que Henriette, la madre de Jo e Iris. Y, dentro de este modelo bipolar, es curioso cómo la autora asocia lo blandito y lo redondito a las personas tiernas y cariñosas mientras que asocia lo duro y lo estirado a las personas más superficiales y egoístas. Prueba de ello es, por ejemplo, que el mote de Henriette entre los trabajadores de su marido es "la escoba", una metáfora visual con mucha fuerza en el contexto de la novela, no solo por la imagen física de Henriette sino porque (y esto es una lectura totalmente personal) es la que está llena de basura, aunque se crea lo más de lo más.
Estos personajes en evolución sustentan una trama con su dosis de intriga, con algunos misterios sin resolver pero que, sobre todo, se centra en cómo superar el día a día, cómo enfrentar los reveses que nos va dando la vida y, sobre todo, cómo saldar cuentas con nuestro pasado para que nos deje vivir tranquilos y felices el futuro.
Y junto a la trama y los personajes, Pancol va salpimentando la lectura con infinidad de temas que han dado mucho juego en nuestras reuniones semanales: la autoestima, el desgaste de la pareja, la siempre difícil adolescencia, la capacidad de manejar a los demás a su antojo que tienen algunas personas, la influencia de nuestros padres en lo que somos, la literatura, el oficio de escritor, las desigualdades por razón de sexo, la mentira, la farsa de algunas vidas, la traición...
Todo ello cocido a fuego lento por un estilo claro y directo pero muy trabajado, con frases de esas que guardar y releer una y otra vez porque dicen de forma muy bella pensamientos que todos tenemos alguna vez.
En definitiva, una obra amena que te atrapa y que te llena de reflexiones y de frases que apuntar. Una obra que espero continuar (tiene continuación en El vals lento de las tortugas y Las ardillas de Central Park están tristes los lunes) y que demuestra, como dice Zoé, que la vida es mucho más difícil que el cole. Nada más y nada menos.
Nos seguimos leyendo.
Unos personajes que son, para mí, lo mejor de la novela. Más allá de lo que les ocurre a cada uno de ellos (que no es poco, aunque la dosificación de la intriga es bastante lenta: el caso es que no dejan de pasar cosas pero son tan cotidianas que, en realidad, solo hay cuatro o cinco grandes giros en toda la novela), me ha gustado encontrarme que todos ellos están en proceso de muda, están cambiando de piel, están viviendo un momento crucial de sus vidas, un momento para ajustar cuentas con el pasado y preparar las baldosas del camino futuro.
Además de estar en proceso de cambio, Pancol nos presenta a unos protagonistas muy contrapunteados entre sí y, al mismo tiempo, muy semejantes. Me explico. Jo, la protagonista, tiene dos hijas, Hortense y Zoé, con dos personalidades totalmente opuestas: Hortense es fría, calculadora, vanidosa y muy preocupada por el dinero y la belleza, mientras que Zoé es físicamente menos agraciada pero más cariñosa y con valores, en principio, más altruistas que su hermana. El mismo modelo se repite en la familia de Jo: ella es el patito feo de la familia, más parecida a Zoé, mientras que su hermana Iris es pura luz y fachada, igual que Hortense y que Henriette, la madre de Jo e Iris. Y, dentro de este modelo bipolar, es curioso cómo la autora asocia lo blandito y lo redondito a las personas tiernas y cariñosas mientras que asocia lo duro y lo estirado a las personas más superficiales y egoístas. Prueba de ello es, por ejemplo, que el mote de Henriette entre los trabajadores de su marido es "la escoba", una metáfora visual con mucha fuerza en el contexto de la novela, no solo por la imagen física de Henriette sino porque (y esto es una lectura totalmente personal) es la que está llena de basura, aunque se crea lo más de lo más.
Estos personajes en evolución sustentan una trama con su dosis de intriga, con algunos misterios sin resolver pero que, sobre todo, se centra en cómo superar el día a día, cómo enfrentar los reveses que nos va dando la vida y, sobre todo, cómo saldar cuentas con nuestro pasado para que nos deje vivir tranquilos y felices el futuro.
Y junto a la trama y los personajes, Pancol va salpimentando la lectura con infinidad de temas que han dado mucho juego en nuestras reuniones semanales: la autoestima, el desgaste de la pareja, la siempre difícil adolescencia, la capacidad de manejar a los demás a su antojo que tienen algunas personas, la influencia de nuestros padres en lo que somos, la literatura, el oficio de escritor, las desigualdades por razón de sexo, la mentira, la farsa de algunas vidas, la traición...
Todo ello cocido a fuego lento por un estilo claro y directo pero muy trabajado, con frases de esas que guardar y releer una y otra vez porque dicen de forma muy bella pensamientos que todos tenemos alguna vez.
En definitiva, una obra amena que te atrapa y que te llena de reflexiones y de frases que apuntar. Una obra que espero continuar (tiene continuación en El vals lento de las tortugas y Las ardillas de Central Park están tristes los lunes) y que demuestra, como dice Zoé, que la vida es mucho más difícil que el cole. Nada más y nada menos.
Nos seguimos leyendo.
Este es un libro que empece y tuve que abandonar, quizás no era su momento o no me engancho...besotes
ResponderEliminarLo leí ya hace mucho tiempo, creo que dos años ya...y me gustó aunque se hizo algo pesado y me gustó más la historia de Jo que la de su marido...no he leído los siguientes ni me apetecen..
ResponderEliminarYo lei la trilogía, uno tras otro, hace ahora un año aproximadamente. Me gustó bastante. Quizás el segundo fue el que se me hizo más pesado... pero no adelanto nada! Esperé a ver tu opinión.
ResponderEliminarUn beso!
También aceptables sus continuaciones
ResponderEliminarLeí la trilogía y quitando el tercero, los otros 2 me gustaron bastante.
ResponderEliminarEstos no me apetecen naaaada...
ResponderEliminarBesotes
Al final, le damos la misma nota.
ResponderEliminarNo digo que no me resultaran interesantes algunos personajes, pero se me hizo un tanto lento y aburrido. Y, aunque tengo curiosidad por saber qué fue de algunos ellos, no es tanta como para leer sus continuaciones.
Besos
Me pasa como a Shorby, que no me apetecen nada estos libros.
ResponderEliminarBesotes!!!