Ficha técnica:
Título: Con la cabeza en otra parte Texto: André Bouchard Ilustraciones: Quentin Blake Editorial: Combel Páginas: 34 Género: Álbum ilustrado, infantil (a partir de 3 años)
Publicación: Septiembre 2009 ISBN: 978-84-9825-484-6
Sinopsis:
¿Te imaginas que tu padre perdiera la cabeza? ¿Te imaginas qué podría ocurrir? ¿Qué ventajas podría tener un padre descabezado? Los protagonistas de este libro no tienen que imaginarlo porque les sucedió de verdad. Y todas las aventuras que vivieron dieron para reír... ¡y mucho!
Si necesitas una buena dosis de absurda realidad, este es tu libro. Si quieres reírte a carcajadas, este es tu libro. Si alguna vez te has imaginado qué pasaría si tuvieras poder para manipular la mente de tus padres y que hicieran lo que tú quisieras, este es tu libro. Si has sentido que vas por el mundo como pollo sin cabeza y que no sabes ni dónde la has dejado... este también es tu libro.
Porque tanto el texto de Bouchard como las ilustraciones de Blake inciden en la comicidad y el absurdo de una situación, tristemente, demasiado frecuente: la de los padres (y madres, me permito añadir) que viven sin vivir en ellos, absortos en su trabajo o con el pensamiento siempre puesto en las tareas pendientes en vez de en disfrutar de lo que estás haciendo ahora mismo. Sobre todo si lo están haciendo con sus hijos.
Un día, papá llega a casa sin cabeza y toda la acción de este libro tiene que ver con cómo se toma la familia esa nueva situación. La madre aprovechará al padre descerebrado para endosarle todas las tareas del hogar mientras que los hijos sacarán provecho de su bolsillo. Pero, para evitar el qué dirán, antes le fabricarán otra cabeza de papel, no vaya a ser que culpen a mamá de no saber ni dónde ha guardado la testa del cabeza de familia.
Aventuras, situaciones disparatadas y, sobre todo, mucho humor, para un libro que plantea una realidad igual pero al mismo diferente a lo cotidiano.
Como pega le pongo que por mucho humor y absurdo que le echen a la historia, mantienen los roles de género tradicionales: papá trabaja (y mucho) mientras que mamá se ocupa de las tareas de casa, hasta tal punto que se angustia cuando el padre aparece descabezado porque la gente le echará la culpa a ella (si no saben dónde está cabeza del papá... ¡qué desorden habrá en la casa! Por culpa de mamá, claro). Es fácil que los mayores capten cierta dosis de ironía en esa atribución de roles y en cómo la madre se aprovecha de que papá no piensa para que haga todas las tareas de la casa (¡y sin protestas!) mientras ella descansa... pero no creo que los niños más pequeños puedan darse cuenta, así que lo único que verán es la realidad tradicional de siempre, la que se supone que estamos intentando cambiar. Con lo cual... ¿qué mensaje les llega a ellos, los hombres y mujeres del futuro?
Nos seguimos leyendo.
Porque tanto el texto de Bouchard como las ilustraciones de Blake inciden en la comicidad y el absurdo de una situación, tristemente, demasiado frecuente: la de los padres (y madres, me permito añadir) que viven sin vivir en ellos, absortos en su trabajo o con el pensamiento siempre puesto en las tareas pendientes en vez de en disfrutar de lo que estás haciendo ahora mismo. Sobre todo si lo están haciendo con sus hijos.
Un día, papá llega a casa sin cabeza y toda la acción de este libro tiene que ver con cómo se toma la familia esa nueva situación. La madre aprovechará al padre descerebrado para endosarle todas las tareas del hogar mientras que los hijos sacarán provecho de su bolsillo. Pero, para evitar el qué dirán, antes le fabricarán otra cabeza de papel, no vaya a ser que culpen a mamá de no saber ni dónde ha guardado la testa del cabeza de familia.
Aventuras, situaciones disparatadas y, sobre todo, mucho humor, para un libro que plantea una realidad igual pero al mismo diferente a lo cotidiano.
Como pega le pongo que por mucho humor y absurdo que le echen a la historia, mantienen los roles de género tradicionales: papá trabaja (y mucho) mientras que mamá se ocupa de las tareas de casa, hasta tal punto que se angustia cuando el padre aparece descabezado porque la gente le echará la culpa a ella (si no saben dónde está cabeza del papá... ¡qué desorden habrá en la casa! Por culpa de mamá, claro). Es fácil que los mayores capten cierta dosis de ironía en esa atribución de roles y en cómo la madre se aprovecha de que papá no piensa para que haga todas las tareas de la casa (¡y sin protestas!) mientras ella descansa... pero no creo que los niños más pequeños puedan darse cuenta, así que lo único que verán es la realidad tradicional de siempre, la que se supone que estamos intentando cambiar. Con lo cual... ¿qué mensaje les llega a ellos, los hombres y mujeres del futuro?
Nos seguimos leyendo.
Parece divertido, aunque tienes razón y los niños más pequeños verán lo mismo, que es algo que debería ir cambiando, besotes
ResponderEliminarjejeje, parece divertido...ya la portada ;D
ResponderEliminarUna buena reflexión final la tuya.
ResponderEliminarNo conocía el libro, y creo que siempre es buena una dosis de humor y risas, así que sin dudarlo me lo apunto para cuando lo necesite!
Un beso!
Parrece muy divertido! le tendré que echar un ojito si tropiezo con él.
ResponderEliminarBesotes!!!