miércoles, 13 de noviembre de 2013

"Kafka en la orilla", de Haruki Murakami: el mundo como metáfora

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Ficha técnica:


Título: Kafka en la orilla         Autor: Haruki Murakami Editorial: Tusquets                                                        Género: novela, novela de aprendizaje, realismo mágico japonés   Páginas: 592   Publicación:  Noviembre 2006       ISBN:  978-84-8310-356-2

Sinopsis (editorial):


 Kafka Tamura se va de casa el día en que cumple quince años. Le llevan a ello las malas relaciones con su padre –un famoso escultor convencido de que su hijo repetirá el aciago sino de Edipo– y el vacío producido por la ausencia de su madre; se dirigirá al sur del país, donde encontrará refugio en una peculiar biblioteca y conocerá a la misteriosa señora Saeki. Sus pasos se cruzan con los de otro personaje, Satoru Nakata, sobre quien se ha abatido la tragedia: de niño, durante la segunda guerra mundial, sufrió un accidente del que salió con secuelas y dificultades para comunicarse... salvo con los gatos.
   A estas alturas del año, después de leer y reseñar tres libros para el Reto Murakami, a los que he de añadir Baila, baila, baila, que leí a finales del año pasado, una ya tiene claro que, por muy autor best seller que sea, a Murakami hay que quererle tal y como es si quieres disfrutar de sus libros. De hecho, varias personas (lectores empedernidos) han torcido el gesto cuando les decía que estaba leyendo Kafka en la orilla para preguntar: ¿y no te aburres? Pues yo no lo hago... pero seguro que a mucha gente puede ocurrirle. Porque Murakami es un desafío para muchos lectores, sobre todo para aquellos poco dispuestos a pasar por el aro de los universos paralelos, la incursión del mundo de los sueños en el mundo real y las tramas que no se resuelven con la racionalidad que esperan.
    Da la casualidad que de las dos líneas en las que todo el mundo coincide en dividir la obra de Murakami, todos los que yo he leído caen más del lado del ambiente onírico y el realismo mágico japonés que de la vertiente realista. Este mes tengo previsto leer Tokio blues, novela que todo el mundo encaja en la segunda vertiente, por lo que espero conocer al otro Murakami. Pero el hecho de que todas las novelas que he elegido, hasta ahora, del autor caigan del lado surrealista también me parece significativo: creo que me tienta más ese mundo caótico o, por lo menos, no regido por las leyes de la razón y la lógica de la literatura al uso, que el del mero realismo que podemos encontrar en tantas otras novelas.
    Con todo esto quiero decir que he vuelto a disfrutar con Murakami aunque, para mí, esta ha sido la historia más complicada de seguir de cuantas he leído. El onírico argumento se agarra a una sólida estructura para anclar al lector a la historia. Así, el argumento se divide en dos líneas que discurren de forma alterna a lo largo de la novela (un capítulo para cada una de ellas, sin ninguna alteración del orden, con una cadencia escrupulosa): en la primera de ellas, Murakami nos habla de Kafka Tamura, un joven de 15 años que huye de su casa para no caer en la maldición que le ha echado su padre: como el más clásico Edipo, su padre advierte a Kafka de que acabará enamorándose de su madre, teniendo relaciones sexuales con ella y con su hermana y matándole a él, su propio padre.
    Nakata, por su parte, es el protagonista de la segunda línea argumental. En ella, se nos presenta a este personaje que sufrió un incidente cuando era un niño y perdió su facultad para leer. A cambio, ganó la habilidad de hablar con los gatos. Y con las piedras. ¿Que de qué le vale? Pues hay que estar inmerso en el universo Murakami para entender el grandísimo valor de esta rara competencia.


EL MUNDO ES UNA METÁFORA


   Mientras Kafka huye de un destino que acabará cumpliendo creyendo que así se sentirá liberado de la maldición y podrá comenzar a ser él mismo, Nakata pretende todo lo contrario: cumplir el papel que el universo ha previsto para él. En ese mundo extraño, onírico, irreal pero con sentido propio que Murakami crea, ambas historias están conectadas y ambos propósitos están relacionados. Y es que, si como dice uno de los personajes, "el mundo es una metáfora", el universo Murakami es una metáfora en sí misma, con tantas interpretaciones como lectores. ¿Estamos ligados a un destino escrito o el destino es lo que vamos construyendo con cada paso que damos? Cada lector podrá sacar sus propias conclusiones porque con Murakami nadie tiene una última palabra.
    Junto al tratamiento onírico de la realidad, típico de Murakami, el autor no olvida salpimentar la historia con las referencias culturales (la música, el cine, el arte y la literatura) que tanto enriquecen la lectura y que plantean cuestiones importantes acerca del arte sobre las que reflexionar: "¿Crees que al música posee el poder de cambiar a la gente?", pregunta Kafka a Ôshima. "Por supuesto", responde él (¿ella? Este es un de los personajes más ambiguos y que más reflexión plantean de la obra). Y quien dice la música dice la literatura o el cine o la pintura, como demuestra el propio argumento de la novela.
   En el universo Murakami cabe todo: gatos parlantes, imágenes comerciales que cobran cuerpo, sexo, referencias, cuadros que reflejan la realidad, música con acordes que no son de este mundo, pueblos aislados en los que no existen los recuerdos, sangre, muerte, un tipo de resurrección... Y sobre todo, mucha búsqueda. Por eso creo que esta es una novela de aprendizaje, de ese jovencito de 15 años que busca su identidad, más allá de las maldiciones que le persiguen. Un destino escrito a fuerza de equivocaciones, caídas y errores, de esos que hacen madurar y encontrarte a ti mismo. Y una lección valiosa que aprender: todos estamos conectados; cada decisión que tomamos nos afecta a nosotros mismos y genera una onda expansiva que va cambiando la realidad que nos rodea hasta límites insospechados. A veces, hasta trastocar el mundo de los sueños.
    Nos seguimos leyendo.   


   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto Murakami: 3/5     



12 comentarios:

  1. A mí mi librera me mira también raro cuando le digo que adoro a Murakami, jajaja. Es cuestión de gustos, yo no me aburro nunca con sus libros, y la vertiente onírica de su obra también es la que más me atrae. El que nos traes hoy no lo he leído aún, pero terminará cayendo.
    Besos

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  2. Esta ha sido una de las novelas que más he disfrutado de Murakami y me encantó la cantidad de significados que el encontré, aunque con este autor me suele pasar eso.
    De todas formas sigo fiel a la que hasta ahora ha sido la obra maestra de Murakami para mí: El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas.
    Un saludo.

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  3. Creo que Murakami no es un autor, en principio, hecho para mi, por la profundidad con que trata los temas que aborda en sus novelas. Besos.

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  4. Yo soy de las que no se si seria para mi, aunque siempre digo que para saberlo seguro hay que probar, aunque creo que por lo que cuentas no me animaría con este, besotes

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  5. Precisamente por lo que comentas, tengo muchos recelos a la hora de ponerme con este autor, tengo ente libro, como ya he comentado en alguna ocasión, en una edición muy bonita de Circulo, pero no me atrevo con él, por si no lo entiendo bien. Pero tarde o temprano caerá. Besos.

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  6. Soy casi una recién llegada a Murakami pero desde que leí esta novela no he podido parar de leerlo. Partiendo de que la literatura fantástica es y será siempre mi favorita, esta novela tiene puntos de absoluta emoción (Murakami cierra capítulos de infarto) y el gusto por la belleza descriptiva de su estilo o te engancha o lo detestas.
    Dicho esto, por ahora mi novela favorita es "Al sur de la frontera, al oeste del sol" que es totalmente realista. La música, las dudas, amores adolescentes...

    Lidia

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  7. Del autor solo he leído Crónica del pájaro que da cuerda al mundo y me encantó....tanto que me hice con varios de sus libros, este entre ellos. Pero aún no he sacado tiempo para volver a el.
    Un beso!

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  8. Este libro me gustó mucho aunque reconozco que alguno tramos son algo arduos. Sin embargo, la parte de la biblioteca me pareció magistral. Me hace gracia la gente que lo tacha de demasiado surrealista, que esos luego se leen cada cosa...
    A seguir con el reto.
    Besos

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  9. Yo no creo que me anime nunca con este autor. Quiás demasiado profundo... no lo sé. Pero me alegro de todas formas que hayas disfrutado su lectura.
    Un beso

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  10. Mira que me temo que a mi Murakami no me va a gustar, de momento siempre lo dejo pasar de largo. Besos.

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  11. A mí me gusta el autor pero este aún no lo he catado, y eso que amo a los gatos y todo el mundo que lo ha leído y me conoce me dice que no tarde en hacerlo, a ver si me pongo con él.

    Tokio blues me gustó pero no tanto como Spunik, mi amor, por ejemplo...

    Ya nos contarás.

    Besos

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  12. Y yo sin estrenarme con este autor. Más que nada ya por saber de qué lado estoy, si de las que se aburren o de las que disfrutan...
    Besotes!!!

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