Título: El amor que te mereces
Autora: Daria Bignardi
Editorial: Duomo ediciones
Género: novela contemporánea
Páginas: 336
Publicación: 03/04/2012
ISBN: 978-84-322-0467-8
Antonia es una escritora de novela negra. Tiene treinta años y vive en Bolonia con un comisario de policía, de quien espera su primer hijo. Cuando descubre un secreto por mucho tiempo ocultado en el seno familiar por parte de su propia madre, emprende un inesperado viaje a Ferrara, una ciudad envuelta en misterios y silencios. Cree que allí hay una historia que contar. Sin embargo, pronto emergen las preguntas que se esconden no sólo detrás de esos secretos, sino también tras un sendero más íntimo, un camino de emociones cruzadas. ¿Cómo puede ser el amor la fuerza más creativa y a la vez más destructiva? ¿Qué estamos dispuestos a jugarnos? ¿El amor se merece?
Tras cerrar el libro, tengo sensaciones contradictorias respecto a lo que he vivido junto a él en los últimos días, el tiempo que hemos pasado juntos. Hay cosas que me han gustado mucho y hay otras que me han dejado un poco a medias. Voy a ver si aclaro mis impresiones.
Quizá habría que comenzar diciendo que no considero que esta sea ni una novela negra ni un thriller, a pesar de que haya una cierta investigación de una desaparición y de que algunos de los comentarios que recoge la editorial sobre la obra sí hablan de thriller, concretamente, de thriller de sentimientos. Sí hay muchos sentimientos pero no acabo yo de pillar lo del thriller de sentimientos.
Me ha gustado mucho el estilo de Daria Bignardi (tan sereno, tan lleno de frases maravillosas, de belleza, de sugerencias). Su prosa es hermosa y calmada y nos va enredando en la verdad de muchas de sus afirmaciones y en cómo están expresadas tales verdades. He llenado el libro de subrayados porque hay muchas frases que quiero guardar para siempre, porque me han tocado, porque me han transmitido mucho, porque me han tocado.
Esta belleza formal está, para mí, muy conectada con la belleza de la ambientación, la belleza de la Italia que contempla Antonia, una de los dos narradoras de esta historia. Sin grandes descripciones ni alardes, Bignardi logra que visites Ferrara y que descubras algunos de sus rincones con Antonia. A base de pequeñas descripciones, de sugerencias y de referencias, la autora va construyendo ante los ojos del lector (y en su mente) la Italia que quiere mostrar. Una Italia bella y serena cuya caracterización se me parece a la prosa de la propia autora.
También me ha gustado la elección de los personajes y su caracterización. Son lo suficientemente interesantes como para quieras recorrer con ellos el camino que te propone la autora a través de sus historias. Creo que están llenos de humanidad, de dudas, de imperfecciones y de todo aquello que nos hace perfectamente imperfectos, maravillosamente humanos.
También las historias que nos cuenta Bignardi me han parecido interesantes. Muchas de ellas son auténticas sorpresas que no te esperas. En este sentido, me ha parecido que esta es una novela un poco cebolla: la abres esperando encontrar una cosa y vas descubriendo varios niveles dentro de ella, varias historias, giros y reflexiones que te van llevando por caminos no esperados.
Y aquí, en el tema de las reflexiones, es donde viene mi esa sensación incómoda que me ha quedado tras acabar el libro. Me parece que hay muchos temas interesantes que se tocan en la novela: el amor que ahoga, el amor que no es suficiente, el amor incondicional, el amor que acompaña; cómo se sintieron los judíos que se salvaron por pura suerte del holocausto y cómo vivieron y cómo sobrevivieron a ese grandísimo dolor las generaciones posteriores; el amor de pareja, el capricho por alguien que no es tu pareja, la incondicionalidad del amor que transita por encima de lo correcto desde el punto de vista ético, moral o policial; el embarazo y lo que supone para la mujer, las relaciones entre padres e hijos, entre abuelos y nietos... Hay tantas y tantas cuestiones que me han llamado la atención, que me han interesado... Pero me ha dado la sensación de que la autora solo las deja ahí, que no profundiza, que no analiza nada. No me parece que haya tampoco una propuesta de reflexión, un hilo tendido al lector para que él saque sus propias conclusiones. Y ahí la novela se me ha quedado un poco corta. He echado de menos un mayor desarrollo (tanto en profundidad como en emociones) de todos estos temas interesantísimos. Me hubiera encantado que la novela me ofreciera algo más en este sentido.
Aún así, sí me parece una novela bella y sugerente que merece la pena leer. Una novela que abre un gran interrogante en la mente del lector: ¿se merece el amor? O, lo que es más inquietante, ¿se deja de merecer? Y entonces, ¿qué amor es que tú te mereces?
Nos seguimos leyendo.
Agradezco a la editorial que me enviara este ejemplar para su reseña.
Quizá habría que comenzar diciendo que no considero que esta sea ni una novela negra ni un thriller, a pesar de que haya una cierta investigación de una desaparición y de que algunos de los comentarios que recoge la editorial sobre la obra sí hablan de thriller, concretamente, de thriller de sentimientos. Sí hay muchos sentimientos pero no acabo yo de pillar lo del thriller de sentimientos.
Me ha gustado mucho el estilo de Daria Bignardi (tan sereno, tan lleno de frases maravillosas, de belleza, de sugerencias). Su prosa es hermosa y calmada y nos va enredando en la verdad de muchas de sus afirmaciones y en cómo están expresadas tales verdades. He llenado el libro de subrayados porque hay muchas frases que quiero guardar para siempre, porque me han tocado, porque me han transmitido mucho, porque me han tocado.
Esta belleza formal está, para mí, muy conectada con la belleza de la ambientación, la belleza de la Italia que contempla Antonia, una de los dos narradoras de esta historia. Sin grandes descripciones ni alardes, Bignardi logra que visites Ferrara y que descubras algunos de sus rincones con Antonia. A base de pequeñas descripciones, de sugerencias y de referencias, la autora va construyendo ante los ojos del lector (y en su mente) la Italia que quiere mostrar. Una Italia bella y serena cuya caracterización se me parece a la prosa de la propia autora.
También me ha gustado la elección de los personajes y su caracterización. Son lo suficientemente interesantes como para quieras recorrer con ellos el camino que te propone la autora a través de sus historias. Creo que están llenos de humanidad, de dudas, de imperfecciones y de todo aquello que nos hace perfectamente imperfectos, maravillosamente humanos.
También las historias que nos cuenta Bignardi me han parecido interesantes. Muchas de ellas son auténticas sorpresas que no te esperas. En este sentido, me ha parecido que esta es una novela un poco cebolla: la abres esperando encontrar una cosa y vas descubriendo varios niveles dentro de ella, varias historias, giros y reflexiones que te van llevando por caminos no esperados.
Y aquí, en el tema de las reflexiones, es donde viene mi esa sensación incómoda que me ha quedado tras acabar el libro. Me parece que hay muchos temas interesantes que se tocan en la novela: el amor que ahoga, el amor que no es suficiente, el amor incondicional, el amor que acompaña; cómo se sintieron los judíos que se salvaron por pura suerte del holocausto y cómo vivieron y cómo sobrevivieron a ese grandísimo dolor las generaciones posteriores; el amor de pareja, el capricho por alguien que no es tu pareja, la incondicionalidad del amor que transita por encima de lo correcto desde el punto de vista ético, moral o policial; el embarazo y lo que supone para la mujer, las relaciones entre padres e hijos, entre abuelos y nietos... Hay tantas y tantas cuestiones que me han llamado la atención, que me han interesado... Pero me ha dado la sensación de que la autora solo las deja ahí, que no profundiza, que no analiza nada. No me parece que haya tampoco una propuesta de reflexión, un hilo tendido al lector para que él saque sus propias conclusiones. Y ahí la novela se me ha quedado un poco corta. He echado de menos un mayor desarrollo (tanto en profundidad como en emociones) de todos estos temas interesantísimos. Me hubiera encantado que la novela me ofreciera algo más en este sentido.
Aún así, sí me parece una novela bella y sugerente que merece la pena leer. Una novela que abre un gran interrogante en la mente del lector: ¿se merece el amor? O, lo que es más inquietante, ¿se deja de merecer? Y entonces, ¿qué amor es que tú te mereces?
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto 100 libros: 11/100
- Reto Genérico: 9 (1/3 familiares)/40
¡Qué gracias me ha hecho leer que esta es una novela un poco cebolla! Me anoto la lectura que no está nada mal lo que nos cuentas.
ResponderEliminarSaludos.