Título: Elegía
Autor: Philip Roth
Editorial: Mondadori
Género: novela contemporánea
Páginas: 160
Publicación: Noviembre 2006
ISBN: 9788439720355
La nueva novela de Philip Roth es una historia íntima y universal sobre la pérdida, el arrepentimiento y el estoicismo. El autor de La conjura contra América (Literatura Mondadori, 2005) desvía ahora su atención hacia la lucha crónica de un hombre contra la mortalidad. El destino del protagonista de la novela comienza con la primera y abrumadora confrontación con la muerte en las idílicas playas de sus veranos infantiles, pasando por los problemas familiares y los logros profesionales en su edad adulta, hasta llegar a su vejez, momento en el que se siente desgarrado al comprobar el deterioro de sus contemporáneos y el suyo propio. Creativo publicitario de éxito con una agencia de publicidad en Nueva York, el protagonista es padre de dos hijos de un primer matrimonio, que lo desprecian, y de una hija de un segundo matrimonio, que lo adora, además del amado hermano de un buen hombre cuyo bienestar físico despierta en él una amarga envidia y el solitario ex marido de tres mujeres con quien ha mantenido matrimonios desastrosos. Es, por fin, alguien que acaba siendo aquello que no quería llegar a ser. Elegía hace referencia a una obra de teatro alegórica y anónima del siglo XV, un clásico del antiguo drama inglés, cuyo tema es la evocación de la vida en la muerte.
Mi primer encuentro con Philip Roth ha sido muy positivo. Me ha gustado
mucho su Elegía, aunque la idea que me hice sobre lo que iba a ocurrir
en la novela cuando empecé a leerla resultó ser muy diferente de lo que
realmente fue. Y es que Roth comienza su historia con el entierro del
protagonista, un publicista que conocemos, en primera instancia, por lo
que algunos personajes, muy cercanos a él, nos cuentan en su funeral.
Ese comienzo y ese título me hicieron pensar que a lo mejor íbamos a
conocer al personaje central solo de forma indirecta, a través de
lo que el resto de personajes nos fueran contando de él. Pero no es así.
Pasada la escena del entierro, el narrador en tercera persona
omnisciente comienza a hablarnos de un personaje al que, no obstante,
conocemos básicamente a través de sus encuentros con el dolor y la
enfermedad, sus relaciones sentimentales y su desencuentro con sus
hijos, además de a través de la profunda huella que dejaron en él sus
padres y su hermano.
He tenido la sensación, mientras leía, de que este tipo de narrador me alejaba un poco del personaje, contenía la emoción y la reflexión de un hombre que hace memoria de su vida y es sabedor de que sus hechos y decisiones pasadas le han condenado a la soledad en la que vive durante sus últimos días. Porque, en el fondo, Roth nos habla de la soledad, de la enfermedad que se comparte y la que se sufre en soledad, de las consecuencias de nuestros actos y del valor necesario para afrontarlas.
En este sentido, me ha parecido realmente interesante la relación con sus hijos. No todos le comprenden, algunos le prejuzgan y eso marca su cariño (o falta de cariño) para toda la vida. También es significativa la relación con su hermano, en general estrecha pero que también cae en baches de los que resulta complicado salir, ya sea por desidia, ya sea por la vergüenza que da el haber dejado de hacer algo a tiempo y que no hace más que crecer a lo largo de los meses y los años.
Durante buena parte del libro he sentido que el narrador nos cuenta la vida del publicista a través de las mujeres con las que la ha compartido, bien como madre, esposas, amantes, enfermeras o hijas. La relación del protagonista con las féminas me ha resultado muy peculiar, digna de ser analizada con un detenimiento que no tiene cabida en una reseña como esta.
Es imposible leer este libro y no pensar en la vida como carrera de fondo con acciones y reacciones, en lo equivocados que estamos a veces los hijos con respecto a nuestros padres, en lo poco que conocemos (a veces) a aquellos con quienes compartimos la vida o quienes nos la han dado.
Roth nos ofrece en Elegía una novela contenida que tira cabos al lector para permitirle reflexionar sobre algunos de los grandes temas de vida y que mantiene una estructura circular muy adecuada a la historia que nos cuenta. Y es que, al fin y al cabo, algo de circular hay en la vida y en el ciclo vital.
Nos seguimos leyendo.He tenido la sensación, mientras leía, de que este tipo de narrador me alejaba un poco del personaje, contenía la emoción y la reflexión de un hombre que hace memoria de su vida y es sabedor de que sus hechos y decisiones pasadas le han condenado a la soledad en la que vive durante sus últimos días. Porque, en el fondo, Roth nos habla de la soledad, de la enfermedad que se comparte y la que se sufre en soledad, de las consecuencias de nuestros actos y del valor necesario para afrontarlas.
En este sentido, me ha parecido realmente interesante la relación con sus hijos. No todos le comprenden, algunos le prejuzgan y eso marca su cariño (o falta de cariño) para toda la vida. También es significativa la relación con su hermano, en general estrecha pero que también cae en baches de los que resulta complicado salir, ya sea por desidia, ya sea por la vergüenza que da el haber dejado de hacer algo a tiempo y que no hace más que crecer a lo largo de los meses y los años.
Durante buena parte del libro he sentido que el narrador nos cuenta la vida del publicista a través de las mujeres con las que la ha compartido, bien como madre, esposas, amantes, enfermeras o hijas. La relación del protagonista con las féminas me ha resultado muy peculiar, digna de ser analizada con un detenimiento que no tiene cabida en una reseña como esta.
Es imposible leer este libro y no pensar en la vida como carrera de fondo con acciones y reacciones, en lo equivocados que estamos a veces los hijos con respecto a nuestros padres, en lo poco que conocemos (a veces) a aquellos con quienes compartimos la vida o quienes nos la han dado.
Roth nos ofrece en Elegía una novela contenida que tira cabos al lector para permitirle reflexionar sobre algunos de los grandes temas de vida y que mantiene una estructura circular muy adecuada a la historia que nos cuenta. Y es que, al fin y al cabo, algo de circular hay en la vida y en el ciclo vital.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto 100 libros: 94/100
794 /100??!! xdd
ResponderEliminarEste no me termina de llamar pero gracias <3
Jajajaja. Menos mal que me lo dices, que ni había caído :S. ¡Cambiado!
EliminarCon las reseñas que estoy viendo estos días, me queda claro que tengo que estrenarme con este autor y dejar fuera mis miedos.
ResponderEliminarBesotes!!!
NO he leído nada aún de este autor y tengo que estrenarme con él.
ResponderEliminarBs.
Lidia, me encanta tu lectura de esta novela, una de las que más me gusta del autor. Y es que Roth es así, nos guste más o menos, no hay modo de escaparse. Siempre te hace reflexionar.
ResponderEliminarGracias por participar en el homenaje, un beso muy fuerte!!!
Con las reseñas que estoy leyendo me están entrando ganas de ponerme con algo de este autor. Besos.
ResponderEliminarPor ahora he decidido , después de estrenarme con Némesis, continuar con La mancha humana pero Elegía caerá también, que me gusta la temática y las reflexiones que promueve...
ResponderEliminarBesines,
Qué gran elección habernos estrenado con Roth! Después de leer La mancha humana, voy a continuar con Némesis, pero está claro que Elegía también tengo que leérmelo.
ResponderEliminarUn beso!