He pensado mucho en este libro mientras paseaba por los paisajes inventados de Eurodisney. Me he acordado muchas veces sobre lo que decía Eco en esta recopilación de artículos sobre la hiperrealidad y la sustitución de la realidad a través de productos manufacturados creados exclusivamente para hacerte disfrutar, para envolverte en un mundo diferente, para que creas en la magia y en que todo es posible, para que regreses a tu infancia y te hagas la ilusión, aunque solo sea durante unos días o unas horas, de que todos somos Peter Pan y jamás dejaremos de ser niños. Así que como he pensado bastante sobre ello en estos días, he decidido rescatar hoy la reseña que publiqué en Anika entre Libros. Un buen libro para hacer reflexionar al lector sobre la diferencia entre lo que es la realidad y lo que nos venden que es.
LA ESTRATEGIA DE LA ILUSION
(Semiologia quotidiana, 1984) Umberto Eco Editorial DeBolsillo Colección Filosofía © Gruppo Editoriale Fabbri, Bompiani, Sonzogno, Etas S.p.A. © RHM, 2012 © Edgardo Oviedo, traducción 1ª Edición, Mayo 2012 Género y tags: Ensayo, Filosofía, Semiología, Filosofía del Lenguaje, Pragmática, literatura italiana ISBN: 9788499895109 367 Páginas |
Umberto Eco
recoge en este volumen una serie de artículos periodísticos y
reflexiones, elaborados en las décadas de los 60, 70 y 80, en los que
ofrece una visión crítica sobre la realidad cotidiana del momento. Así,
posa su incisiva mirada sobre el arte, la moda, los medios de
comunicación o el fútbol, desentrañando su función social y su
significado oculto con la intención de mostrar la otra cara de la
cotidianidad al lector, fomentando así el espíritu crítico con el que Eco nos anima a enfrentarnos al mundo.
Opinión:
Tanto el título en castellano como el original dan buenas pistas del objetivo y del contenido de este volumen: Eco
pretende en él hacer semiología de la vida cotidiana, es decir,
desentrañar la realidad del día a día, descubriendo la estrategia oculta
que convierte esa realidad en ilusión, en artificio, y descifrando su
significado verdadero.
Enlace a la publicación original en Anika entre Libros.
El autor nos invita a buscar los
resortes ocultos de la realidad. Y como el movimiento se demuestra
andando, predica con el ejemplo: se sitúa por encima de la realidad,
alejado del dolor o de la felicidad, de la belleza artística, del
significado de los mensajes que recibimos cada día para descifrar las
implicaciones, símbolos y conexiones que los ponen en relación, aunque
no siempre seamos capaces de verlo. Destripa la realidad para descubrir
el gato encerrado y para enseñarnos a no quedarnos con lo superficial,
con la ilusión que nos quieren vender, y buscar el sentido oculto a toda
situación, a todo mensaje.
Eco
divide estos mensajes en seis grupos, que constituyen los
grandes bloques de la obra, dentro de los cuales estructura una serie de
artículos que, desde perspectivas diferentes, confluyen en el análisis
semiológico de tales mensajes. Así, dedica el primer bloque a la
reflexión sobre la hiperrealidad y estudia algunos de los elementos más
llamativos de la cultura norteamericana, sobre todo, su obsesión por la
reproducción absolutamente detallista (hiperrealista) de diferentes
parcelas de la realidad: desde el arte europeo (con museos que exhiben
copias no ya sólo de piezas arte griegas o romanas, sino
reconstrucciones de cómo pudieron ser en su origen, antes de que el
tiempo y la devastación dejaran a la Venus de Milo sin brazos o al
Partenón en ruinas) hasta el propio pasado americano (con recreaciones
de ciudades típicas del oeste), pasando por lugares exóticos, como la
Polinesia, o meros productos de la fantasía, como Disneyworld.
Eco
dedica el segundo bloque a no de sus temas favoritos y a uno
de los más estudiados por el semiólogo: la Edad Media. En los artículos
incluidos en este bloque, realiza un recorrido histórico y simbólico a
través de esta época (no tan oscura como nos han querido hacer ver
tradicionalmente) y busca los paralelismos con el tercer cuarto del
siglo XX.
El tercer bloque, “Dioses del subsuelo”,
ahonda en los mensajes que nos llegan a través de los medios de
comunicación y las fuentes de comunicación social y cultural: la prensa,
la televisión, el cine, la literatura… Pero también reflexiona sobre
los héroes actuales, la mitología, el papel de las religiones, la razón o
las leyes, en una serie de artículos que abordan desde la pena de
muerte (a través de un diálogo de corte platónico muy interesante y
logrado), el terrorismo o la cuota mínima de violencia que persiste en
toda sociedad y que debe ser liberada de algún modo.
El cuarto bloque intenta extraer la
verdad de la gran ilusión que construyen para nosotros los medios de
comunicación. Así, analiza la espectacularización de la cultura, la
utilidad o la falacia de las modas culturales o la falsificación de la
realidad como modo de actuación. Especialmente interesantes son, en este
bloque, sus reflexiones sobre la función sustitutiva del deporte en las
sociedades modernas: el deporte televisado sustituye al ejercicio
físico, la cháchara deportiva sustituye al debate político, etc.
El arte, el cine, la fotografía, es
decir, la parte más visual de la cultura, centran el quinto bloque de la
obra, en el que también analiza detenidamente la manipulación que
ejercen los informativos de televisión, las razones del éxito y la
pervivencia de una película como Casablanca o la nueva
condición del hombre moderno: la sustitución de la memoria por la
imagen. En este penúltimo bloque encontramos uno de los artículos más
sorprendentes de la obra y que mejor muestran el modo de proceder de Eco
en toda ella: a raíz de un hecho tan trivial como vestir unos
pantalones vaqueros, el filósofo analiza no ya sólo lo que ese simple
gesto produce en nosotros (la comodidad o incomodidad, cómo las hechuras
cambian nuestra modo de caminar…) sino que desentraña la vestimenta
como código social y cultural, incidiendo especialmente en el vestuario
femenino como forma de represión, y exponiendo una teoría sobre la
conexión entre lo que vestimos, cómo nos comportamos y sentimos dentro
de ese vestido y nuestra forma de pensar y reflexionar sobre el mundo.
Eco cierra La estrategia de la ilusión
con una serie de artículos filosóficos que abordan cuestiones como el
lenguaje, la interpretación de los pensadores clásicos o las estrategias
de lo cómico y lo trágico. Eco
rescata aquí figuras como la de Santo Tomás de Aquino y teorías propias
tan conocidas como la distinción entre apocalípticos e integrados.
Así pues, toda la realidad, hasta los
aspectos más triviales (aunque quizá sería mejor decir sobre todo los
aspectos más triviales) es objeto de reflexión y análisis crítico en
esta obra. Una obra que vio la luz originariamente en la década de los
80 y que mantiene en muchos aspectos su vigencia. Sin embargo, es
imposible no preguntarse qué pensará Eco
de algunos de los temas estudiados (como los medios de comunicación o
la copia de libros a través de las fotocopias, una forma de piratería
que hoy nos parece tan ingenua y lejana), tras la revolución digital y
la globalización de la cultura y el conocimiento.
Con su punzante ironía y un estilo directo y certero, Umberto Eco
ofrece en estos pequeños ensayos una visión crítica de la realidad,
desde su perspectiva más cotidiana y reveladora. Una buena manera de
mostrarnos la cara oculta de nuestra existencia y de desnudar la
ilusión.
Nos seguimos leyendo.
Una reseña interesante e instructiva. Pero no creo que em anime con este libro, te lo tengo que reconocer.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me lo apunto,muy interesante.
ResponderEliminarPersonalmente, de Umberto Eco, mi favorito sigue siendo El Nombre de la Rosa. Hubiera sido El Péndulo de Foucault, pero no puedo perdonarle la "cagada" que cometió al hablar del código Vigennere. Cualquiera con conocimientos de criptografía siente un gran dolor en el estómago al leerlo. Si no hubiera sido por eso, como digo, pensaría que es mejor incluso que El Nombre de la Rosa, pero bueno...
ResponderEliminarLo leí hace un tiempo porque el de la ilusión es un tema que me interesa muchísimo y, como casi todo lo de Eco, me gustó mucho. Creo que es un libro al que, en este momento de mi vida, debería volver, que tengo la ilusión descontrolada.
ResponderEliminarBesos
Una gran reseña, Lidia. Me apunto el libro; me ha interesado mucho.
ResponderEliminar¡Saludos!