Título: La reina del sur
Autor: Arturo Pérez-Reverte
Editorial: DeBolsillo
Género: novela contemporánea, intriga, aventura
Páginas: 544
Publicación: mayo 2015 (primera edición: 2002)
ISBN: 9788490626597
«Sonó el teléfono y supo que la iban a matar. Lo supo con tanta certeza que se quedó inmóvil, la cuchilla en alto, el cabello pegado a la cara entre el vapor del agua caliente que goteaba en los azulejos. Bip-bip. Se quedó muy quieta, conteniendo el aliento como si la inmovilidad o el silencio pudieran cambiar el curso de lo que ya había ocurrido. Bip-bip. Estaba en la bañera, depilándose la pierna derecha, el agua jabonosa por la cintura, y su piel desnuda se erizó igual que si acabara de reventar el grifo del agua fría. Bip-bip. En el estéreo del dormitorio, los Tigres del Norte cantaban historias de Camelia la Tejana. La traición y el contrabando, decían, son cosas compartidas.»
Me ha costado bastante buscar una femme fatale para complementar la correspondiente categoría de la Yincana Criminal. No es un tipo de personaje que me atraiga mucho y tampoco he encontrado en las novelas que he leído a lo largo de mi vida una mujer fatal que me ha llamado la atención. Además, no es un personaje con el que comulgue especialmente, sobre todo si nos atenemos a su definición más canónica (en la Wikipedia, por ejemplo, se habla así de este personaje tipo: "Una mujer fatal —de la expresión francesa femme fatale— es un personaje tipo, normalmente una villana que usa la sexualidad para atrapar al desventurado héroe.
Se la suele representar como sexualmente insaciable. Aunque suele ser
malvada, también hay mujeres fatales que en algunas historias hacen de antiheroínas e incluso de heroínas.
En la actualidad, el arquetipo suele ser visto como un personaje que
constantemente cruza la línea entre la bondad y la maldad, actuando sin
escrúpulos sea cual sea su voluntad"). En definitiva, que no encontraba ni una historia ni un personaje que me atrajeran lo suficiente como para leer una novela que encajara en el epígrafe de esta semana.
Luego me acordé de esta Reina del Sur de Arturo Pérez-Reverte y me dije: "voy a probar, a ver si encaja en la categoría". Y es cierto que Teresa Mendoza no encaja en el modelo de femme fatal más tradicional pero sí que se ajusta a la configuración más moderna del personaje tipo, a eso de que actúa sin escrúpulos y se mueve constantemente en la línea que separa la bondad de la maldad. Y si no la bondad, lo que podríamos llamar normalidad.
Sobre todo porque, hasta cierto punto, nos es presentada como una mujer a la que las circunstancias han convertido en lo que es. Tuvo la suerte o la desgracia de nacer donde nació, de tener un novio metido en el tráfico de drogas, de ir a la cárcel y conocer a otra mujer que le propondría otro negocio relacionado con las drogas... Al final la sensación que he tenido es que, bueno, la pobre mujer no tenía otro remedio que dedicarse al contrabando y al narcotráfico. Y eso... pues me ha dejado un poco a medias. Porque, sí, Teresa es una narcotraficante con todas las de la ley pero me hubiera gustado que estuviera... no sé... más convencida de ello.
El resultado final es que una no sabe si es heroína o villana, víctima o verdugo. Y me gusta el juego, la propuesta de que todos podemos ser lo uno y lo otro depende de cómo reaccionemos a lo que nos ocurre o de cómo nos tomemos lo que nos pasa o de las decisiones que tomemos o dejemos de tomar. Pero para una protagonista de estas características con la que me topo... pues me hubiera gustado que su dibujo estuviera más definido, que fuera más fuerte y decidida, aunque en este caso fuera para mal.
Más allá del personaje principal, me ha gustado mucho el ritmo, la estructura y la trama de la novela (incluido un giro final que yo no esperé y que le dio sentido a muchas cosas, al tiempo que dio también un vuelco a la estructura que me gustó mucho). La novela se lee muy fácilmente gracias a la prosa ágil y bien construida de Pérez-Reverte y al propio tema en sí, atractivo e interesante.
De igual modo, también me gustó mucho el juego metaliterario, el guiño a la autoficción que se incluye: el del escritor que recoge documentación y realiza entrevistas para escribir una obra sobre Teresa Mendoza. Cambiar la perspectiva y apoyar la narración en "testimonios reales" me parece que le da un toque muy peculiar a esta novela, un toque que me ha gustado mucho.
Este juego metaliterario también da pie a un cambio de narradores y, por lo tanto, de puntos de vista que también me ha resultado interesante. En la novela escuchamos la voz en primera persona del escritor que se documenta para construir o, mejor, reconstruir la vida de Teresa Mendoza y los capítulos o fragmentos así presentados se van entrelazando con los narrados en tercera persona, en los que sí se nos habla de la vida de la Reina del Sur, desde un punto de vista más objetivo y alejado. Y que, además, no juzga, lo cual me ha resultado curioso teniendo en cuenta el tema de fondo que se trata en la obra.
Y, finalmente, también me ha encantado toda la ambientación de la novela. El autor consigue que la obra sepa a México, a corridos y a narcotráfico. Y aunque es cierto que se queda con esta parte tópica del país (la que le interesa para la novela, claro está), también es verdad que levanta como pocos ante los ojos del lector un ambiente perfecto que es más que un mero escenario en el que situar la acción y que hace no solo que la novela se lea mejor o sea más realista, sino que logra que casi casi se viva, se escuche y se huela.
En definitiva, Pérez-Reverte nos ofrece una gran novela, interesante y bien tramada, ambientada de una forma excepcional y con un personaje principal que despierta muchas preguntas y reflexiones en el lector.
Nos seguimos leyendo.
Luego me acordé de esta Reina del Sur de Arturo Pérez-Reverte y me dije: "voy a probar, a ver si encaja en la categoría". Y es cierto que Teresa Mendoza no encaja en el modelo de femme fatal más tradicional pero sí que se ajusta a la configuración más moderna del personaje tipo, a eso de que actúa sin escrúpulos y se mueve constantemente en la línea que separa la bondad de la maldad. Y si no la bondad, lo que podríamos llamar normalidad.
Sobre todo porque, hasta cierto punto, nos es presentada como una mujer a la que las circunstancias han convertido en lo que es. Tuvo la suerte o la desgracia de nacer donde nació, de tener un novio metido en el tráfico de drogas, de ir a la cárcel y conocer a otra mujer que le propondría otro negocio relacionado con las drogas... Al final la sensación que he tenido es que, bueno, la pobre mujer no tenía otro remedio que dedicarse al contrabando y al narcotráfico. Y eso... pues me ha dejado un poco a medias. Porque, sí, Teresa es una narcotraficante con todas las de la ley pero me hubiera gustado que estuviera... no sé... más convencida de ello.
El resultado final es que una no sabe si es heroína o villana, víctima o verdugo. Y me gusta el juego, la propuesta de que todos podemos ser lo uno y lo otro depende de cómo reaccionemos a lo que nos ocurre o de cómo nos tomemos lo que nos pasa o de las decisiones que tomemos o dejemos de tomar. Pero para una protagonista de estas características con la que me topo... pues me hubiera gustado que su dibujo estuviera más definido, que fuera más fuerte y decidida, aunque en este caso fuera para mal.
Más allá del personaje principal, me ha gustado mucho el ritmo, la estructura y la trama de la novela (incluido un giro final que yo no esperé y que le dio sentido a muchas cosas, al tiempo que dio también un vuelco a la estructura que me gustó mucho). La novela se lee muy fácilmente gracias a la prosa ágil y bien construida de Pérez-Reverte y al propio tema en sí, atractivo e interesante.
De igual modo, también me gustó mucho el juego metaliterario, el guiño a la autoficción que se incluye: el del escritor que recoge documentación y realiza entrevistas para escribir una obra sobre Teresa Mendoza. Cambiar la perspectiva y apoyar la narración en "testimonios reales" me parece que le da un toque muy peculiar a esta novela, un toque que me ha gustado mucho.
Este juego metaliterario también da pie a un cambio de narradores y, por lo tanto, de puntos de vista que también me ha resultado interesante. En la novela escuchamos la voz en primera persona del escritor que se documenta para construir o, mejor, reconstruir la vida de Teresa Mendoza y los capítulos o fragmentos así presentados se van entrelazando con los narrados en tercera persona, en los que sí se nos habla de la vida de la Reina del Sur, desde un punto de vista más objetivo y alejado. Y que, además, no juzga, lo cual me ha resultado curioso teniendo en cuenta el tema de fondo que se trata en la obra.
Y, finalmente, también me ha encantado toda la ambientación de la novela. El autor consigue que la obra sepa a México, a corridos y a narcotráfico. Y aunque es cierto que se queda con esta parte tópica del país (la que le interesa para la novela, claro está), también es verdad que levanta como pocos ante los ojos del lector un ambiente perfecto que es más que un mero escenario en el que situar la acción y que hace no solo que la novela se lea mejor o sea más realista, sino que logra que casi casi se viva, se escuche y se huela.
En definitiva, Pérez-Reverte nos ofrece una gran novela, interesante y bien tramada, ambientada de una forma excepcional y con un personaje principal que despierta muchas preguntas y reflexiones en el lector.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto 100 libros: 27/100
- Reto 25 españoles: 16/25
- Reto Olvidados: 7
- Reto Leemos en Digital: 7/12
No termina de llamarme esta vez pese a tu buena reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!