Título: ISHQ: El color de las granadas
Autor: Juan Andrés Moya Montañez
Editorial: Arola Editors
Género: novela romántica, prosa poética, ficción histórica
Páginas: 256
Publicación: 3/3/2015
ISBN: 978-84-94487-19-4
¿Qué lleva al heredero de un imperio a renunciar a todo cuanto posee, a la enormidad de su linaje, a su propia magnificencia? ¿Qué podría ser más importante que un reino indestructible? Quizá la más leve y vulnerable de las criaturas.
Cuando el hombre más poderoso del mundo, aquel que podría disponer de toda mujer, desea
a la única que le está vetada, comprende que sus riquezas son sólo polvo, que su trono no es más que barro; que es tan pobre como el más ruin de los miserables.
Porque lo que no han logrado destruir ejércitos infinitos ni héroes sobrehumanos puede
quebrarse bajo la mirada de una esclava. Porque no hay rey ni fortaleza ni armadura que someta el amor de una mujer.
No mentía Kayena cuando advertía en la convocatoria de la lectura conjunta en la que se encuadra esta reseña que este no es un libro convencional. No lo es, como ella bien decía, ni en fondo ni en forma.
No lo es en su fondo, porque es muy extraño ver una novela con sabor a cuento, a fábula, a leyenda. Moya Montañez recrea una atmósfera sensual cercana a Las mil y una noches para contarnos una historia de amor pura y dura. De amor, de renuncia y de sacrifico. Una historia en la que los amantes están dispuestos a morir el uno por el otro y lo demuestran, no como los amores de boquilla que vemos en otras novelas actuales. El autor rescata, así, un concepto del amor total, puro, mítico. Un amor cuya chispa salta a primera vista y que no necesita el sexo para mantenerse vivo. Un amor ancestral, un amor más allá de la muerte, un amor que realmente durante para siempre, no conoce fin y es tan inabarcable como el océano. Un amor de leyenda, un amor de literatura de otro tiempo, un amor que sabe a Romeo y Julieta, y a los poemas de Lope de Vega y Garcilaso de la Vega.
Y también, a Rubén Darío. Porque, como decía, esta novela tampoco es convencional en su forma, en el lenguaje que utiliza y en el trabajo de orfebre que realiza con las palabras y sus significados. Moya Montañez nos ofrece una novela poesía, una obra narrativa tremendamente poética tanto por el uso de figuras (las metáforas, símiles e imágenes son constantes y muy bien construidas) como por la musicalidad y la sensualidad (la capacidad de apelar a los sentimientos y las sensaciones) que transmiten. Un uso del lenguaje y una exploración de sus posibilidades que a mí me ha recordado al Modernismo y a Rubén Darío, una época literaria a la que también le gustó recrear ambientes exóticos, escenarios ricos y ornamentados y cubrirse de oro, terciopelo y especias para contar sus historias. Justo como en esta novela.
Más allá del tema (el amor inmortal que describió tan bien Quevedo: "polvo serán, más polvo enamorado") y de la forma (adecuada al contenido y al contexto histórico y literario al que recuerda), esta novela también propone otros temas de reflexión importantes como el bien común frente al bien privado, lo personal y lo colectivo, el sentido del deber, las renuncias a las que obliga el poder, el concepto del amor, el amor no correspondido, las obligaciones del matrimonio, el concepto de esclavitud, los sistemas sociales y sus jerarquías...
En definitiva, una novela que se sale de lo común, que nos propone una literatura y un concepto del amor ancestral de la que destaco el grandísimo trabajo que el autor ha realizado con el lenguaje y la capacidad para hacer sentir y evocar que ha logrado a través de las metáforas, las imágenes y los símiles. Como pega, solo le pongo algunos errores de puntuación y que la maquetación en el archivo epub no está bien ejecutada. Por lo demás, una delicia para cualquier paladar al que le gusten las delicatesen literarias.
Nos seguimos leyendo.
Agradezco al autor el envío de este ejemplar y a Kayena la organización de la lectura conjunta/simultánea que me ha permitido leerlo.
Autoeditado cuando escribí la reseña, he cambiado la portada y los datos de edición después de que el libro haya sido publicado por la editorial Arola Editors tras haber sido una de las dos ganadoras del I Concurso Internacional "Vuela la Cometa".
No lo es en su fondo, porque es muy extraño ver una novela con sabor a cuento, a fábula, a leyenda. Moya Montañez recrea una atmósfera sensual cercana a Las mil y una noches para contarnos una historia de amor pura y dura. De amor, de renuncia y de sacrifico. Una historia en la que los amantes están dispuestos a morir el uno por el otro y lo demuestran, no como los amores de boquilla que vemos en otras novelas actuales. El autor rescata, así, un concepto del amor total, puro, mítico. Un amor cuya chispa salta a primera vista y que no necesita el sexo para mantenerse vivo. Un amor ancestral, un amor más allá de la muerte, un amor que realmente durante para siempre, no conoce fin y es tan inabarcable como el océano. Un amor de leyenda, un amor de literatura de otro tiempo, un amor que sabe a Romeo y Julieta, y a los poemas de Lope de Vega y Garcilaso de la Vega.
Y también, a Rubén Darío. Porque, como decía, esta novela tampoco es convencional en su forma, en el lenguaje que utiliza y en el trabajo de orfebre que realiza con las palabras y sus significados. Moya Montañez nos ofrece una novela poesía, una obra narrativa tremendamente poética tanto por el uso de figuras (las metáforas, símiles e imágenes son constantes y muy bien construidas) como por la musicalidad y la sensualidad (la capacidad de apelar a los sentimientos y las sensaciones) que transmiten. Un uso del lenguaje y una exploración de sus posibilidades que a mí me ha recordado al Modernismo y a Rubén Darío, una época literaria a la que también le gustó recrear ambientes exóticos, escenarios ricos y ornamentados y cubrirse de oro, terciopelo y especias para contar sus historias. Justo como en esta novela.
Más allá del tema (el amor inmortal que describió tan bien Quevedo: "polvo serán, más polvo enamorado") y de la forma (adecuada al contenido y al contexto histórico y literario al que recuerda), esta novela también propone otros temas de reflexión importantes como el bien común frente al bien privado, lo personal y lo colectivo, el sentido del deber, las renuncias a las que obliga el poder, el concepto del amor, el amor no correspondido, las obligaciones del matrimonio, el concepto de esclavitud, los sistemas sociales y sus jerarquías...
En definitiva, una novela que se sale de lo común, que nos propone una literatura y un concepto del amor ancestral de la que destaco el grandísimo trabajo que el autor ha realizado con el lenguaje y la capacidad para hacer sentir y evocar que ha logrado a través de las metáforas, las imágenes y los símiles. Como pega, solo le pongo algunos errores de puntuación y que la maquetación en el archivo epub no está bien ejecutada. Por lo demás, una delicia para cualquier paladar al que le gusten las delicatesen literarias.
Nos seguimos leyendo.
Agradezco al autor el envío de este ejemplar y a Kayena la organización de la lectura conjunta/simultánea que me ha permitido leerlo.
ACTUALIZACIÓN
Autoeditado cuando escribí la reseña, he cambiado la portada y los datos de edición después de que el libro haya sido publicado por la editorial Arola Editors tras haber sido una de las dos ganadoras del I Concurso Internacional "Vuela la Cometa".
Leí el libro anterior del autor y me sorprendió muchísimo su prosa, mucho más cuidada de lo que solemos encontrar
ResponderEliminarBesos
A pesar de que tiene buena pinta lo que cuentas, lo de la prosa poética me echa un poco para atrás, tantas metáforas y figuras literarias no suelen convencerme, me parece que recargan mucho el texto.
ResponderEliminarUn beso!
A mi la prosa poética también me echa para atrás... Lo de que recarguen tanto, me suele aburrir.
ResponderEliminarEspero que tenga suerte!