Título: Ofrenda a la tormenta
Autora: Dolores Redondo
Editorial: Destino
Género: novela negra, policíaca
Páginas: 544
Publicación: 29/11/2014
ISBN: 978-84-233-4868-8
Ha pasado ya un mes desde que la inspectora de la Policía Foral recuperó a su hijo y pudo detener a Berasategui. Pero a pesar de que tanto la Guardia Civil como el juez Markina dan por muerta a Rosario, Amaia siente que no está libre de peligro, un desasosiego que sólo Jonan comprende. La muerte súbita de una niña en Elizondo resulta sospechosa: el bebé tiene unas marcas rojizas en el rostro que indican que ha habido presión digital, y además, su padre intenta llevarse el cadáver. La bisabuela de la pequeña sostiene que la tragedia es obra de Inguma, el demonio que inmoviliza a los durmientes, se bebe su aliento y les arrebata la vida durante el sueño. Pero serán los análisis forenses del doctor San Martín los que convencen a Amaia Salazar de investigar otras muertes de bebés, que pronto revelarán un rastro inaudito en el valle. Berasategui muere, entonces, inexplicablemente en su celda, lo que despliega una trepidante investigación que llevará a Amaia al auténtico origen de los sucesos que han asolado el valle de Baztán. Y mientras, desde el bosque, una impresionante tormenta llega para sepultar la verdad más demoledora.
A pesar de lo mucho que disfruté con El guardián invisible y con Legado en los huesos he tardado bastante tiempo en leer este cierre de la Trilogía de Baztán, en parte, por algunas reseñas que he leído que no veían con buenos ojos el fin que Dolores Redondo le ha dado. Y es cierto que es un cierre polémico, porque hay personajes cuyo comportamiento se sale de lo esperado y porque la explicación en sí de toda la trama desarrollada en estas tres novelas puede no ser satisfactoria para muchos lectores, sobre todo por el papel que juega uno de los personajes de la saga.
Como ves, no me resulta fácil reseñar esta novela sin reventar ni el final ni los giros ni las sorpresas que Redondo ha preparado para sus lectores. Es difícil intentar dar una opinión sobre el final de la trilogía si no quieres desvelar nada a nadie. Pero voy a intentarlo.
Lo primero que hay que decir es que el desarrollo de esta tercera novela no tiene nada que envidiar a las dos primeras: el ritmo es ágil, los temas, interesantes; las tramas, atractivas y los personajes continúan su evolución (algunos de ellos de forma muy positiva). Así pues, los amantes de la Trilogía del Baztán seguirán (seguiremos) disfrutando del estilo de Redondo y de su manera de abordar la novela policíaca: crímenes efectistas, protagonismo de la naturaleza y el entorno del Baztán (más protagonista aquí que nunca), relación entre la trama criminal y la personal de la investigadora principal, el valor de lo irracional, lo desconocido o la intuición en nuestras vidas y en las investigaciones policiales y las constantes referencias a la mitología y el folklore de la zona.
La preocupación de Redondo por la maternidad (y la paternidad), presente en toda la saga, continúa también en esta última entrega propiciada, en este caso, por esos bebés muertos a lo largo de los años (como la propia hermana de Amaia Salazar y como a ella misma le pudo ocurrir), la mayoría diagnosticados como muerte súbita pero cuyo fallecimiento esconde el secreto que habrá que desvelar en este libro y que, también, dará sentido a toda la trama que recorre las tres novelas.
Si el Basajaun fue el ser mitológico que protagonizó la primera entrega, y el Tarttalo, la segunda, Inguma hará lo propio en este tercer libro, dotándole de un halo de misterio, tradición y ocultismo que, nuevamente, se opone a la cruda realidad, encarnada en este caso por el grupo al que pertenecía Rosario, que ya apareció en Legado en los huesos y cuyo funcionamiento y objetivos conocemos ahora con todo detalle.
Este último factor une las tramas policiales de cada uno de los libros con la trama personal de la inspectora Salazar, lo que proporciona una tremenda unidad y coherencia a toda la trilogía.
Así pues, Redondo cierra la trilogía que la ha encumbrado a la cima de la novela negra con una entrega coherente con el resto, que mantiene las mismas características y que resuelve los interrogantes que ha ido sembrando a lo largo de las tres novelas. Otra cuestión es, y aquí ya entro en el terreno de la opinión personal, si el final te parece acertado o no. Para mí, la explicación a todo lo que ocurre en las novelas sí tiene sentido y me parece muy interesante la reflexión que plantea pero, ya he dicho, hay actuaciones de personajes concretos que no he acabado de entender y, por lo tanto, compartir. En cualquier caso, creo que el hecho de que compartas o no la decisión que Dolores Redondo ha tomado para cerrar su trilogía no le quita valor al camino que hemos recorrido junto a ella en sus tres libros.
Nos seguimos leyendo.
Como ves, no me resulta fácil reseñar esta novela sin reventar ni el final ni los giros ni las sorpresas que Redondo ha preparado para sus lectores. Es difícil intentar dar una opinión sobre el final de la trilogía si no quieres desvelar nada a nadie. Pero voy a intentarlo.
Lo primero que hay que decir es que el desarrollo de esta tercera novela no tiene nada que envidiar a las dos primeras: el ritmo es ágil, los temas, interesantes; las tramas, atractivas y los personajes continúan su evolución (algunos de ellos de forma muy positiva). Así pues, los amantes de la Trilogía del Baztán seguirán (seguiremos) disfrutando del estilo de Redondo y de su manera de abordar la novela policíaca: crímenes efectistas, protagonismo de la naturaleza y el entorno del Baztán (más protagonista aquí que nunca), relación entre la trama criminal y la personal de la investigadora principal, el valor de lo irracional, lo desconocido o la intuición en nuestras vidas y en las investigaciones policiales y las constantes referencias a la mitología y el folklore de la zona.
La preocupación de Redondo por la maternidad (y la paternidad), presente en toda la saga, continúa también en esta última entrega propiciada, en este caso, por esos bebés muertos a lo largo de los años (como la propia hermana de Amaia Salazar y como a ella misma le pudo ocurrir), la mayoría diagnosticados como muerte súbita pero cuyo fallecimiento esconde el secreto que habrá que desvelar en este libro y que, también, dará sentido a toda la trama que recorre las tres novelas.
Si el Basajaun fue el ser mitológico que protagonizó la primera entrega, y el Tarttalo, la segunda, Inguma hará lo propio en este tercer libro, dotándole de un halo de misterio, tradición y ocultismo que, nuevamente, se opone a la cruda realidad, encarnada en este caso por el grupo al que pertenecía Rosario, que ya apareció en Legado en los huesos y cuyo funcionamiento y objetivos conocemos ahora con todo detalle.
Este último factor une las tramas policiales de cada uno de los libros con la trama personal de la inspectora Salazar, lo que proporciona una tremenda unidad y coherencia a toda la trilogía.
Así pues, Redondo cierra la trilogía que la ha encumbrado a la cima de la novela negra con una entrega coherente con el resto, que mantiene las mismas características y que resuelve los interrogantes que ha ido sembrando a lo largo de las tres novelas. Otra cuestión es, y aquí ya entro en el terreno de la opinión personal, si el final te parece acertado o no. Para mí, la explicación a todo lo que ocurre en las novelas sí tiene sentido y me parece muy interesante la reflexión que plantea pero, ya he dicho, hay actuaciones de personajes concretos que no he acabado de entender y, por lo tanto, compartir. En cualquier caso, creo que el hecho de que compartas o no la decisión que Dolores Redondo ha tomado para cerrar su trilogía no le quita valor al camino que hemos recorrido junto a ella en sus tres libros.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto Genérico: 23 (5/5 misterio)/40
- Reto 25 españoles: 23/25
Otras reseñas de la saga:
Y entrevistas/encuentros con la autora sobre la trilogía:
Cierto, yo hubo algunas cosas que hicieron los personajes en esta ultima parte que no me convencieron del todo... pero a titulo personal. La novela me tuvo totalmente enganchada y la disfrute mucho, asi que sin duda recomiendo la trilogia. Besos
ResponderEliminarA pesar de ese detallito que cuentas de los personajes, es una trilogía que me gustaría leer.
ResponderEliminarBesotes!!!
Sólo he leído el primer libro y por ahora me queda un largo camino así es que paso de puntillas.
ResponderEliminarBesos.
Ahora que ya está completa es hora de ponerme con esta trilogía a pesar de que sé que hay discrepancias con el final. Estupenda reseña
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