Título: Malina Pies Fríos
Texto: David Fernández
Ilustraciones: Alicia Borges
Editorial: Pastel de Luna
Género: álbum ilustrado
Páginas: 40
Publicación: 2015
ISBN: 978-84-16427-01-7
Malina es una esquimal muy friolera, y eso es un problema, pues vive en un lugar donde hasta el nombre da frío: El Polo Norte.
Un día de pesca, Malina descubre algo que le anima a partir en busca del calor.
Pero antes, tendrá que pasar “la prueba del iglú”, un rito ancestral para demostrar que ya es una esquimal adulta, libre de abandonar su aldea.
¿Conseguirá Malina superar la prueba?
Este es uno de esos libros por los que sientes un flechazo a primera vista. A finales de abril me llegó un mail hablándome del nacimiento de una nueva editorial de libros infantiles, Pastel de Luna, y les pregunté que si tenían disponible algún libro para reseñar. No me respondieron pero la semana pasada recibí dos títulos: Naricillas negras y este, cada uno de ellos perteneciente a las dos colecciones de las que dispone la editorial: una, Lejano Oriente reunirá, según explica la nota de prensa, "libros procedentes de editoriales del Este de Asia, especialmente de escritores e ilustradores de Japón, China y Corea del Sur. Libros de muchísima calidad y éxito contrastado en esa parte del mundo" (y a ella pertenece Naricillas negras, que reseñaré en breve) y la otra, Cosecha propia, que, anuncian, "constará de libros producidos por la propia editorial. Muy cuidados e ilustrados por magníficos artistas, en los que la imaginación está al poder" (colección en la que se incluye Malina Pies Fríos, libro que realmente muestra esa calidad y ese cuidado del que habla la nota de presentación).
Así que no podía estar más feliz, porque Malina me había entrado por los ojos ya desde la portada. Me han encantando sus ilustraciones, la caracterización de esa Malina que siempre tiene los pies helados y que colecciona lágrimas congeladas pero que es valiente y tenaz y sigue intentando cumplir su sueño de conocer la playa a pesar de los obstáculos que va encontrando.
Los tonos fríos utilizados en las ilustraciones apoyan el contexto polar en el que se desarrolla la historia y contagia el sentimiento de frío de Malina.
La historia, por su parte, mezcla la dulzura de Malina, su tristeza por no poder conocer el sol, su entrega a los sueños, el humor de las pruebas a las que se va enfrentado y la ternura de un final que, aunque hermoso, espero que no lance un mensaje del tipo: "renuncia a tus sueños por quienes te quieren". Yo ya me encargué de hablar del tema con Lucía, porque es verdad que no hay calor como el del hogar pero también es cierto que los niños han de volar libres y ser capaces de elegir sus destinos y perseguir sus sueños.
Le deseo buenísima suerte a esta editorial recién nacida cuyo nombre proviene de un típico dulce que se regalan las familias de origen chino en la Fiesta de Medio Otoño, celebración que se realiza en honor a la luna, y que cuenta entre sus objetivos acercar la cultura asiática al imaginario de los lectores más pequeños, desviar nuestra mirada al Este y descubrirnos muchas de sus historias y tradiciones, algunas muy desconocidas para nosotros, y disfrutar de su "rica cosmovisión, su imaginación, originalidad y de la gran conexión de sus pueblos con la naturaleza". En definitiva, "con sus libros Pastel de Luna busca que los niños viajen, vuelen con su imaginación hasta Oriente, y por qué no, hasta la misma luna en su celebración". No es mal punto de partida.
Así que no podía estar más feliz, porque Malina me había entrado por los ojos ya desde la portada. Me han encantando sus ilustraciones, la caracterización de esa Malina que siempre tiene los pies helados y que colecciona lágrimas congeladas pero que es valiente y tenaz y sigue intentando cumplir su sueño de conocer la playa a pesar de los obstáculos que va encontrando.
Los tonos fríos utilizados en las ilustraciones apoyan el contexto polar en el que se desarrolla la historia y contagia el sentimiento de frío de Malina.
La historia, por su parte, mezcla la dulzura de Malina, su tristeza por no poder conocer el sol, su entrega a los sueños, el humor de las pruebas a las que se va enfrentado y la ternura de un final que, aunque hermoso, espero que no lance un mensaje del tipo: "renuncia a tus sueños por quienes te quieren". Yo ya me encargué de hablar del tema con Lucía, porque es verdad que no hay calor como el del hogar pero también es cierto que los niños han de volar libres y ser capaces de elegir sus destinos y perseguir sus sueños.
Le deseo buenísima suerte a esta editorial recién nacida cuyo nombre proviene de un típico dulce que se regalan las familias de origen chino en la Fiesta de Medio Otoño, celebración que se realiza en honor a la luna, y que cuenta entre sus objetivos acercar la cultura asiática al imaginario de los lectores más pequeños, desviar nuestra mirada al Este y descubrirnos muchas de sus historias y tradiciones, algunas muy desconocidas para nosotros, y disfrutar de su "rica cosmovisión, su imaginación, originalidad y de la gran conexión de sus pueblos con la naturaleza". En definitiva, "con sus libros Pastel de Luna busca que los niños viajen, vuelen con su imaginación hasta Oriente, y por qué no, hasta la misma luna en su celebración". No es mal punto de partida.
Nos seguimos leyendo.
¡Qué buena pinta tiene! Me encantan los libros con ese tipo de ilustraciones, y a mis niños también, así que intentaré hacerme con él.
ResponderEliminar¡Un beso!
Qué bonito se ve! Voy a tener que echarle un ojito.
ResponderEliminarBesotes!!!
Bueno qué cosa más mona!
ResponderEliminarBesotes