Título: El secuestro de la primavera
Autor: Joan de Déu Prats Pijoan
Ilustrador: Francesc Infante
Editorial: La Galera
Género: álbum ilustrado
Páginas: 47
Publicación: 1999
ISBN: 84-246-3906-5
Marc Trena, detective privado, debe averiguar quién ha secuestrado a la primavera; y sólo cuenta con su perspicacia y varios sospechosos. Deu Prats y Francesc Infante presentan una trama de detectives con sabor a cine negro americano. Sugerentes ilustraciones con aires cubistas recrean la estética de los 50; hasta los colores utilizados evocan la época. Una historia sencilla con un cuidado tratamiento estético y una visión muy cinematográfica: incluye hasta títulos de crédito. Además, por si alguna vez necesitamos un detective, se adjunta la tarjeta de presentación del mismísimo Marc Trena.
¡Cuánto me ha sorprendido esta obra, que fue Premio de la Generalitat de Cataluña
al mejor libro infantil editado en 2000 y Premio de Cuento Infantil Hospital Sant Joan de Déu
en 1999! Y me ha sorprendido porque desarrolla una historia detectivesca canónica, al más puro estilo de los clásicos del género, pero perfectamente adaptada al público infantil. En ella hay un crimen que resolver (el secuestro de la primavera), una serie de interrogatorios de sospechosos, las deducciones propias del género para dar con esos sospechosos, el descarte de todos ellos hasta llegar con el último y, por lo tanto, culpable (con giro inesperado incluido; si es que no le falta de nada, ya digo).
El método deductivo del protagonista, ese Marc Trena al que no le falta ni el sombrero ni la gabardina, es impecable y las posibles causas que va encontrando para secuestrar a la primavera (y, por lo tanto, los posibles sospechosos) traen hasta la obra cuestiones como el ciclo de la naturaleza, la salud y las alergias o el desarrollo industrial. El resultado es una obra que mantiene el interés y que, además, añade un componente de diversión, sobre todo para los lectores adultos, que irán comparando el desarrollo clásico de una novela detectivesca con el que se produce en este libro.
Por si fuera poco, la estética general de la obra también remite claramente al género detectivesco clásico. Ya he hablado de la gabardina del inspector, que se completa con el uso de tonos tierra y negros con toques de azul y verde. El resultado son una ilustraciones que recuerdan la oscuridad del género pero adecuadas para la edad de los lectores.
Me ha parecido una perfecta manera de ir introduciendo a los más pequeños en el género negro, empezando por la estructura, el planteamiento y el desarrollo más clásicos. En algunos sitios (como en la página del autor) he visto que está recomendado a partir de siete años, mientras que otros (como el Canal Lector) retrasan la edad adecuada para leerlo hasta los nueve años. Mi hija (siete años) lo leyó y le encantó aunque es verdad que ella tiene un nivel de lectura y comprensión bastante alto. Aproveché para hablar de ella sobre el género detectivesco, asociándolo a algo que ella conoce bien: las series de policías (mira que le gusta Castle, aunque tampoco se lo dejo ver demasiado). Y el resultado ha sido muy satisfactorio para ambas.
Una obra para introducir a los niños en el género negro adecuada a su edad y que potencia sus capacidades deductivas y de observación de cuanto les rodea.
El método deductivo del protagonista, ese Marc Trena al que no le falta ni el sombrero ni la gabardina, es impecable y las posibles causas que va encontrando para secuestrar a la primavera (y, por lo tanto, los posibles sospechosos) traen hasta la obra cuestiones como el ciclo de la naturaleza, la salud y las alergias o el desarrollo industrial. El resultado es una obra que mantiene el interés y que, además, añade un componente de diversión, sobre todo para los lectores adultos, que irán comparando el desarrollo clásico de una novela detectivesca con el que se produce en este libro.
Por si fuera poco, la estética general de la obra también remite claramente al género detectivesco clásico. Ya he hablado de la gabardina del inspector, que se completa con el uso de tonos tierra y negros con toques de azul y verde. El resultado son una ilustraciones que recuerdan la oscuridad del género pero adecuadas para la edad de los lectores.
Me ha parecido una perfecta manera de ir introduciendo a los más pequeños en el género negro, empezando por la estructura, el planteamiento y el desarrollo más clásicos. En algunos sitios (como en la página del autor) he visto que está recomendado a partir de siete años, mientras que otros (como el Canal Lector) retrasan la edad adecuada para leerlo hasta los nueve años. Mi hija (siete años) lo leyó y le encantó aunque es verdad que ella tiene un nivel de lectura y comprensión bastante alto. Aproveché para hablar de ella sobre el género detectivesco, asociándolo a algo que ella conoce bien: las series de policías (mira que le gusta Castle, aunque tampoco se lo dejo ver demasiado). Y el resultado ha sido muy satisfactorio para ambas.
Una obra para introducir a los niños en el género negro adecuada a su edad y que potencia sus capacidades deductivas y de observación de cuanto les rodea.
Nos seguimos leyendo.
¿Ves? Justo algo asi es lo que buscaba yo hace unos años. Ahora con mi primo y mi sobrina ya se me ha pasado un poco de largo, pero me encanta saber que existe esa opcion para ir metiendo en el tema a los más pequeños. Besos
ResponderEliminarMe parece muy gracioso el libro.
ResponderEliminarUn saludo
Me ha encantado, queda más que apuntado, besotes
ResponderEliminarQué gracioso se ve el libro. Y me parece que aún podría gustarle a mi hija.
ResponderEliminarBesotes!!!