Títulos: Mil años de cuentos y Mil años de cuentos de miedo
Autor: VV.AA.
Editorial: Edelvives
Género: relatos
Voy a aprovechar este Mes de la No Novela para hablar de algunos de los libros que leo por trabajo y que no incluyo en mis lecturas mensuales porque, a veces, no los leo enteros, sino solo los capítulos o los cuentos que me interesan para tal o cual sesión. Por lo tanto, no serán reseñas completas sino comentarios que te pueden ayudar a hacerte una idea de qué puedes encontrar en ellos, si es que te resultan interesantes.
Empiezo por estos dos, que se han convertido poco menos que en mis libros de cabecera últimamente. El de cuentos de miedo lo estuve trabajando para buscar un relato no demasiado largo que pudiera ser dramatizable, para hacer una pequeña función en las clases extraescolares de teatro. Y del otro (que son dos volúmenes) me quedo con un puñadito de cuentos que añadir a mi repertorio.
Estas dos compilaciones tiene, para mí, varios aspectos muy muy positivos. El primero está claro: su variedad. Hay muchos cuentos y muy diferentes, muchos extraídos de la tradición oral, así que es fácil que alguno se adapte a lo que necesitas. Lo segundo, su clasificación: los cuentos, además de temáticamente, están clasificados por edad a la que van dirigidos y tiempo de lectura, lo que facilita mucho la labor de buscar un relato para una actividad determinada, como es mi caso. Además, al comienzo de cada cuento hay una pequeña ficha con los personajes y el escenario, lo cual me vino genial para mi sesión teatral. Y por si todo eso fuera poco, al final se incluyen una serie de índices en los que los cuentos están diferenciados siguiendo estos criterios, así que aún es más fácil buscar un relato para niños de 8 años o uno que dure cinco minutos.
Y ahora viene lo malo: estos dos volúmenes forman parte de una amplia colección editada por Edelvives que incluye otras compilaciones temáticas, como cuentos del mar, mitología, naturaleza... pero muchos de ellos están descatalogados, así que es difícil hacerse con ellos. Así que en este caso, como casi siempre... ¡benditas bibliotecas!
En resumen, dos volúmenes que me han resultado muy interesantes, muy fáciles de manejar y, sobre todo, de muchísima utilidad.
Nos seguimos leyendo.
Empiezo por estos dos, que se han convertido poco menos que en mis libros de cabecera últimamente. El de cuentos de miedo lo estuve trabajando para buscar un relato no demasiado largo que pudiera ser dramatizable, para hacer una pequeña función en las clases extraescolares de teatro. Y del otro (que son dos volúmenes) me quedo con un puñadito de cuentos que añadir a mi repertorio.
Estas dos compilaciones tiene, para mí, varios aspectos muy muy positivos. El primero está claro: su variedad. Hay muchos cuentos y muy diferentes, muchos extraídos de la tradición oral, así que es fácil que alguno se adapte a lo que necesitas. Lo segundo, su clasificación: los cuentos, además de temáticamente, están clasificados por edad a la que van dirigidos y tiempo de lectura, lo que facilita mucho la labor de buscar un relato para una actividad determinada, como es mi caso. Además, al comienzo de cada cuento hay una pequeña ficha con los personajes y el escenario, lo cual me vino genial para mi sesión teatral. Y por si todo eso fuera poco, al final se incluyen una serie de índices en los que los cuentos están diferenciados siguiendo estos criterios, así que aún es más fácil buscar un relato para niños de 8 años o uno que dure cinco minutos.
Y ahora viene lo malo: estos dos volúmenes forman parte de una amplia colección editada por Edelvives que incluye otras compilaciones temáticas, como cuentos del mar, mitología, naturaleza... pero muchos de ellos están descatalogados, así que es difícil hacerse con ellos. Así que en este caso, como casi siempre... ¡benditas bibliotecas!
En resumen, dos volúmenes que me han resultado muy interesantes, muy fáciles de manejar y, sobre todo, de muchísima utilidad.
Nos seguimos leyendo.
¡Qué pena que sea tan complicado dar con estas joyitas! Lo cierto es que me han encantado. Muchas veces en clase también me encuentro con la tarea de adaptar cuentos para pequeñas representaciones con los niños, y es complicado dar con cosas interesantes, que no estén demasiado trilladas y que sean adaptables.
ResponderEliminarBesos.
¡Uy, pues sé yo de alguien a quien le iban a encantar esos cuentos de miedo!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu reseña, Lidia.
Qué buena pinta tienen! A mi los cuentos me gustan mucho. Me alegro de que los hayas disfrutado.
ResponderEliminarBesos
Qué buena pinta tienen! Voy a probar suerte en la biblioteca a ver si los encuentro. Cruzo los dedos...
ResponderEliminarBesotes!!!
Pintan genial
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