Título: Gataca
Autor: Franck Thilliez
Editorial: Destino
Género: novela negra, thriller
Páginas: 656
Publicación: 12/01/2012
ISBN: 978-84-233-4581-6
Un padre infanticida apuñalado en su coche en el bosque de Vincennes. El cadáver de una estudiante de biología descubierto en la jaula de un primate, aparentemente asesinada por uno de los animales. Los restos de una familia de neandertales a los que mató un cromañón hallados en una grieta en la cumbre de un macizo alpino. El asesino de niños Grégory Carnot encontrado muerto en su celda. Un médico obstetra que investiga sobre genética salvajemente asesinado en su domicilio de Montmartre. ¿Qué invisible hilo une estos crímenes atroces, cometidos con 30.000 años de diferencia? Destrozada por una terrible pérdida, devorada y espoleada por el odio, Lucie Henebelle se lanza sobre la pista de los asesinos junto a Franck Sharko, igualmente incapaz de olvidar la terrible experiencia vivida. Una investigación que, a través de la genética, les conducirá a las raíces del mal.
El síndrome E nos dejó sin aliento, con el corazón en un puño tras sus
páginas finales. Por eso tenía tantas ganas de leer Gataca y, aunque me
ha gustado un poco menos que el anterior (imposible no comparar y
establecer relaciones) me ha vuelto a conquistar. En realidad, ambos
componen una duología en la que, como el propio Thilliez explica al
final de la obra, pretende reflexionar sobre el mal y la violencia,
desde una perspectiva científica y abordando ambas obras desde dos puntos de
vista diferentes: sincrónica en la primera (es decir, cómo se produce
y/o se contagia la violencia en un momento exacto) y diacrónica en la
segunda (analizando la información genética que, relacionada con la
violencia o la supervivencia -porque al final ambos conceptos van de la
mano en muchas ocasiones- portamos en nuestro ADN).
Thilliez sabe combinar a la perfección una trama capaz de enganchar (con giros a veces insospechados, de los que te dejan helada), unos personajes llenos de matices, de heridas, de vida; y el manejo de una gran cantidad de información científica que, lejos de incomodar al lector y de interrumpir el ritmo trepidante propio del thriller, resulta interesante e incluso sorprendente en muchos casos. Y da que pensar, la verdad.
Thilliez entreteje en las costuras de este thriller bien armado cuestiones y reflexiones tan interesantes como la evolución de las especies, lo primitivo que aún queda en nuestros cerebros de última generación, los mecanismos de autorregulación de la naturaleza, las distintas organizaciones sociales, el daño que causa el hombre a la naturaleza o a sus congéneres, la información que portamos en nuestros genes, la experimentación científica o el debate sobre las conductas y costumbres que tiene su origen en la genética o en los usos sociales y/o religiosos o espirituales.
El autor mantiene los personajes principales de la entrega anterior y nos los presenta con diferentes cambios en su personalidad, fruto de las vivencias experimentadas en el año que transcurre en los primeros capítulos de la obra. El autor juega a los paralelismos (o a los espejos, depende de cómo se mire) y hace que, tal y como ocurriera en El síndrome E, el comienzo por separado de cada uno de los personajes acabe confluyendo en una investigación en común y en una demostración del buen equipo que hacen, en todos los sentidos. De igual modo, Lucie padece en esta entrega algunos de los problemas psicológicos que experimentó Sharko en la anterior, y no digo más sobre este tema. Si lees la obra, sabrás por qué.
Por lo demás, Thilliez vuelve a ofrecernos una nivela bien tejida, con buen ritmo y un estilo directo (aunque ha dejado por el camino buena parte de la truculencia que vimos en El ángel rojo) que va a favor de la trama. Seguiré leyéndole y espero ponerme muy pronto con Atomka.
Nos seguimos leyendo.
Thilliez sabe combinar a la perfección una trama capaz de enganchar (con giros a veces insospechados, de los que te dejan helada), unos personajes llenos de matices, de heridas, de vida; y el manejo de una gran cantidad de información científica que, lejos de incomodar al lector y de interrumpir el ritmo trepidante propio del thriller, resulta interesante e incluso sorprendente en muchos casos. Y da que pensar, la verdad.
Thilliez entreteje en las costuras de este thriller bien armado cuestiones y reflexiones tan interesantes como la evolución de las especies, lo primitivo que aún queda en nuestros cerebros de última generación, los mecanismos de autorregulación de la naturaleza, las distintas organizaciones sociales, el daño que causa el hombre a la naturaleza o a sus congéneres, la información que portamos en nuestros genes, la experimentación científica o el debate sobre las conductas y costumbres que tiene su origen en la genética o en los usos sociales y/o religiosos o espirituales.
El autor mantiene los personajes principales de la entrega anterior y nos los presenta con diferentes cambios en su personalidad, fruto de las vivencias experimentadas en el año que transcurre en los primeros capítulos de la obra. El autor juega a los paralelismos (o a los espejos, depende de cómo se mire) y hace que, tal y como ocurriera en El síndrome E, el comienzo por separado de cada uno de los personajes acabe confluyendo en una investigación en común y en una demostración del buen equipo que hacen, en todos los sentidos. De igual modo, Lucie padece en esta entrega algunos de los problemas psicológicos que experimentó Sharko en la anterior, y no digo más sobre este tema. Si lees la obra, sabrás por qué.
Por lo demás, Thilliez vuelve a ofrecernos una nivela bien tejida, con buen ritmo y un estilo directo (aunque ha dejado por el camino buena parte de la truculencia que vimos en El ángel rojo) que va a favor de la trama. Seguiré leyéndole y espero ponerme muy pronto con Atomka.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto 100 libros: 93/100
Tengo muchas ganas de leer a este escritor, además es uno de mis eternos pendientes, besotes
ResponderEliminarNo he leído nada del autor ttodavía. A El síndrome E le tengo muchas ganas., me lo han recomendado varias veces. Un saludo
ResponderEliminarLos tengo pendientes, qué ganas de leerlos. Un saludo.
ResponderEliminarahhh en un post anterior creí que se refería al libro en el que está basada la película de Gataca, ya veo que no es así.
ResponderEliminarUn abrazo,
Ale.
Pues aunque no es mi tipo de libro puede que le de una oportunidad <3
ResponderEliminarTodavía no me he estrenado con Thilliez, me llama la atención a medias.
ResponderEliminarUn besote.
Tengo muchísimas ganas de leer a este autor, todos lo estais poniendo genial.
ResponderEliminarUn beso!
Aún no me he estrenado con este autor. A ver cuándo me animo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ha sido un gran descubrimiento esta serie!
ResponderEliminarBesos
Lo leeré más adelante
ResponderEliminarA mí también me ha gustado mucho y me ha encantado como ha fusionado la ciencia con la historia.
ResponderEliminarPor lo que creo nos encontraremos en la lectura de Atomka.
Un beso.