Si estás leyendo El Quijote con nosotros... ¿te has fijado que el título de este capítulo no se corresponde con su contenido? La aventura del vizcaíno ya acabó en el anterior y a los yangüeses no se les ha visto el pelo aún. ¿Entonces? Dice Martín de Riquer que lo más probable es que sea, una vez más, una modificación posterior de Cervantes. Se cree que la aventura de los yangüeses iría justo después de la del vizcaíno pero que luego el autor decidió añadir cuatro capítulos en medio, aunque se olvidó de cambiar el título a este décimo. Una muestra más de que El Quijote cuenta la historia de Alonso Quijano pero también la historia de cómo se escribió.
En este capítulo, Cervantes vuelve a ahondar en las grandísimas diferencias entre Quijote y Sancho: uno tan lector y el otro lleva a gala no haber abierto un libro en su vida; uno tan pretendidamente culto que utiliza un lenguaje arcaico hasta para su época y el otro tan ignorante que no sabe lo que son los homicidios ni cómo se pronuncia la palabra; uno tan preocupado por lo que los caballeros hacen o dejan de hacer y el otro con tanto miedo a la realidad de la justicia... Inigualable el contraste de caracteres. Y lo mejor es que el lector lo percibe a través de cómo los personajes hablan y actúan, no hace falta que se lo diga el narrador.
El diálogo entre Quijote y Sancho de este capítulo da pie al humor y a despertar alguna que otra risa o sonrisa en el lector. Yo no he podido evitar reírme (quizá con cierta lástima, todo hay que decirlo) de ese Don Quijote que, a pesar de leer tanto, no ha captado las elipsis propias de la literatura, la supresión de los tiempos muertos o poco importantes que ralentizan la acción y el desarrollo de la trama. Y así, cree que lo que no se cuenta no existe y por eso está seguro de que los caballeros no comen sino en los grandes banquetes de los que se da cuenta en algunos de los capítulos y poco más.
Y cómo no reírse con la advertencia de Don Quijote: "Advertir, hermano Sancho, que esta aventura y las a ésta semejantes no son aventuras de ínsulas, sino de encrucijadas", o sea que se deje de pamplinas y de ínsulas que estas son aventuras de acabar con la cabeza rota y no de ganar un futuro. ¡Pobre Sancho!
Nos seguimos leyendo.En este capítulo, Cervantes vuelve a ahondar en las grandísimas diferencias entre Quijote y Sancho: uno tan lector y el otro lleva a gala no haber abierto un libro en su vida; uno tan pretendidamente culto que utiliza un lenguaje arcaico hasta para su época y el otro tan ignorante que no sabe lo que son los homicidios ni cómo se pronuncia la palabra; uno tan preocupado por lo que los caballeros hacen o dejan de hacer y el otro con tanto miedo a la realidad de la justicia... Inigualable el contraste de caracteres. Y lo mejor es que el lector lo percibe a través de cómo los personajes hablan y actúan, no hace falta que se lo diga el narrador.
El diálogo entre Quijote y Sancho de este capítulo da pie al humor y a despertar alguna que otra risa o sonrisa en el lector. Yo no he podido evitar reírme (quizá con cierta lástima, todo hay que decirlo) de ese Don Quijote que, a pesar de leer tanto, no ha captado las elipsis propias de la literatura, la supresión de los tiempos muertos o poco importantes que ralentizan la acción y el desarrollo de la trama. Y así, cree que lo que no se cuenta no existe y por eso está seguro de que los caballeros no comen sino en los grandes banquetes de los que se da cuenta en algunos de los capítulos y poco más.
Y cómo no reírse con la advertencia de Don Quijote: "Advertir, hermano Sancho, que esta aventura y las a ésta semejantes no son aventuras de ínsulas, sino de encrucijadas", o sea que se deje de pamplinas y de ínsulas que estas son aventuras de acabar con la cabeza rota y no de ganar un futuro. ¡Pobre Sancho!
Comentarios de otros capítulos:
- Capítulo I: Que trata de la condición y ejercicio del famoso hidalgo Don Quijote de La Mancha
- Capítulo II: Que trata de la primera salida que de su tierra hizo el ingenioso Don Quijote
- Capítulo III: Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo Don Quijote de armarse caballero
- Capítulo IV: De lo que le sucedió a nuestro caballero cuando salió de la venta
- Capítulo V: Donde se prosigue la narración de la desgracia de nuestro caballero
- Capítulo VI: Del donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librería de nuestro ingenioso hidalgo
- Capítulo VII: De la segunda salida de nuestro buen caballero Don Quijote de La Mancha
- Capítulo VIII: Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con otros sucesos dignos de felice recordación
- Capítulo IX: Donde se concluye y da fin a la estupenda batalla que el gallardo vizcaíno y el valiente manchego tuvieron
Esta semana no lo he leído, se me pasó durante la semana que el fin de semana no podía, uniré los dis capitulos esta semana próxima
ResponderEliminarMe había dado cuenta de que los yangüeses no aparecían por ningún lado. Un capítulo de transición.
ResponderEliminarPues sí, pobre Sancho...
ResponderEliminarBesotes!!!
Ya me había fijado pero no sabía la explicación
ResponderEliminarBesos
PUes no lo veo meritorio la verdad. SI fuera una novela actual, estaríamos echando pestes con estos errores. Parece que a Cervantes lo hemos encumbrado tanto que hay que perdonarle todo, hasta lo que hace mal.
ResponderEliminarEn mi caso, en cada una de las versiones que tengo del El quijote, este capítulo se llama de formas diferentes según la versión.
Bs.