lunes, 25 de marzo de 2013

"Es raro ser niña" y "Una niña estadísticamente feliz", de Mildre Hernández: la verdad que se hace evidente a través de los ojos y las palabras de los niños


Ficha técnica:


Título: Es raro ser niña             Autor: Mildre Hernández
Editorial: Legua                               Género: novela corta, LIJ  Páginas: 93 
Publicación:  Septiembre 2011             ISBN: 978-84-938841-4-7

Sinopsis (editorial):


   La autora nos presenta a Cuasi, la protagonista de esta historia entrañable y sincera. Cuasi es una niña casi adolescente que levanta cuestiones sobre la identidad y la superación personal dentro del mundo actual, de su mundo, de su vida cotidiana. Imaginación, humor y reflexión son los elementos constituyentes de un libro rico en valores humanos.

Ficha técnica:


Título: Una niña estadísticamente feliz                         Autor: Mildre Hernández
Editorial: Legua                              Género: novela corta, LIJ               Páginas: 101 
Publicación:  Febrero 2012        ISBN: 978-84-938358-5-4

Sinopsis (contraportada):

   Una niña estadísticamente feliz es una historia que deja huella, que emociona y de la que se pueden sacar muchas conclusiones leyendo entre líneas sobre cómo los niños entienden la vida y sus conflictos. Esta obra es una prolongación de Es raro ser niña, encontrándonos de nuevo con Cuasi, su protagonista, voz de la autora quien nos vuelve a demostrar su extraordinaria capacidad narrativa, siendo destacable la sencillez con que se expresa, la fina ironía, el sentido del humor y la agudeza de su razonamiento. Una niña estadísticamente feliz supone una lectura recomendable tanto para niños como para lectores de cualquier edad (Ana Gómez Abad www.kayenalibros.blogspot.com)
    Cada vez me afianzo más en mi idea de que si escuchásemos a los niños con la atención que nosotros les exigimos a ellos aprenderíamos mucho más nosotros de ellos que ellos de nosotros. Lo confirmo casi a diario con mi hija y muchas de sus "luciadas" pero, de un tiempo a esta parte, veo revalidada esta teoría también desde el punto de vista literario. Últimamente he leído bastantes libros que consiguen transmitir esa mirada limpia de la infancia, esa mirada sin prejuicios, que ve el mundo tal y como es, sin necesidad de leer entre líneas, de interpretar, de urdir una explicación, de tergiversarlo para acomodarlo a la visión que tenemos de él. Me pasó con La insólita amargura del pastel de limón, con Pequeñas historias de la calle Saint Nicolas, con La abuela Lola, con La luz en casa de los demás y, ahora, con esta Cuasi que es para pensar, anotar y hacer propia casi cada frase que dice.
    Cuasi cuenta retazos de su historia con la mirada limpia y sin tapujos de los niños. Su falta de prejuicios y convenciones sociales, su sentido del humor y su ironía convierten su testimonio en un agudo análisis de la sociedad actual y, sobre todo, del entorno más cercano a la niña: su familia y su colegio. Su mirada franca de niña sin curtir nos obliga a leer entre líneas (como adultos que somos y que todo complicamos) para mirarnos en algunos de los personajes como si fueran un espejo capaz de mostrarnos la verdad descarnada y sacar nuestras propias conclusiones sobre nosotros mismos y nuestra forma de ver y tratar a los niños y a los que nos rodean. 
     Reseño los dos libros juntos porque, en el fondo, podrían ser uno solo. En el primero, la autora nos presenta a esta Cuasi maravillosa y nos ofrece algunos retazos de su vida pasada para entender el punto en el que se encuentra. En el segundo, la levísima trama (andamiaje argumental que no se echa de menos, porque lo que importan son las personas y las palabras en esta obra cargada de metáforas, imágenes, comparaciones, ironía, crítica y capacidad de análisis) se centra en la experiencia de Cuasi con el psicólogo y con los niños que comparten terapia con ella. 
   Si la trama carece de importancia, no ocurre lo mismo con los personajes. Cuasi nos va hablando y presentando a las personajes que la rodean, personajes inusuales en algunos casos (como esa madre boxeadora a la que la niña quiere imitar) que se mezclan con personajes tan habituales como dolorosamente reales (como ese padre que no hace más que trabajar y trabajar para adelantar trabajo... pero ¿para qué? Porque el tiempo que ha ganado adelantando trabajo solo le sirve para trabajar más, no para dedicárselo a sus hijos). Personajes en los que mirarse y de los que aprender. Personajes fácilmente traducibles en personas que, en algunos casos, podríamos ser nosotros mismos (¿quién no ha mandado callar a un niño porque los mayores están hablando de temas serios? Sí, pero... ¿qué hay más serio que un hijo?).
    Mildre Hernández construye este relato válido para todas las edades (y, probablemente, mutable dependiendo de la edad de cada lector: a cada uno le dirá cosas diferentes, de acuerdo a su edad, a su experiencia, a su forma de entender la vida y al punto del camino hacia la madurez y la convención social que recorremos al cabo de los años) creando significados con los nombres (Cuasi es toda una revelación a la que acompañan su madre Alma o la amiga de esta, Vida, por poner solo algunos ejemplos de las maravillosas metáforas y plurisignificados que establece la autora a través de la elección de los nombres de los personajes) y con los dobles sentidos o sentidos paralelos a los que sus frases y las reflexiones de Cuasi dan lugar.
   Una obra, por lo tanto, que se devora pero que debería leer en varias ocasiones a lo largo de la vida: primero, para tomar buena nota de lo que nos cuenta Cuasi (y llevarlo a la práctica, claro) y, segundo, para comprobar nuestra evolución respecto a lo que dice y a la distancia entre lo que señala y nuestra forma de actuar. Una obra ácida y mordaz en su fondo pero tan dulce y tierna por fuera que estoy segura de que cumplirá el mismo objetivo que la píldora de Mary Poppins: curar con dulzura.
   Agradezco a Kayena que incluyera estos dos libros entre los que repartió en la primera edición de la Mejor Reseña del Mes.
    Nos seguimos leyendo.
   

7 comentarios:

  1. Desde que los vi reseñados en el blog de Kayenna tengo ganas de leerlos, a ver si me hago con ellos y los leo, pero tengo tanto que leer pendiente... Besos

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  2. Anotadas! Y a por ellas!
    Estupenda reseña! Totalmente cautivadora!
    Muchas gracias por tu recomendación!!! Besos

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  3. Pues tengo la primera parte pte de leer, pero no tenía ni idea que hubiera una segunda. Mil gracias por tu reseña, la verdad es que has despertado mi curiosidad por comenzar con Es raro es ser niña. Bsss

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  4. La verdad es que se pueden leer de una sentada y reflexionar sobre lo leído durante toda una vida ¿verdad?.

    Por otro lado, me ha encantado lo que has dicho sobre los dos libros, para mi gusto, todo un descubrimiento.

    Un beso.

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  5. He leído los dos y me encantaron ambos. Cómo los disfruté.
    Un beso!

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  6. Sólo he leído Es raro ser niña, que me encantó. Así que me tengo que hacer también con el otro libro, que seguro que lo disfruto igual.
    Besotes!!!

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  7. Ay, quiero leerlos desde hace un montón!! =)

    Besotes

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