Siempre me han gustado los cuentos,
aunque he de confesar que siempre he preferido el cuento literario al
tradicional. Me parece un género condensado que, si está bien escrito, te
golpea, te hace sentir, te coge de las solapas
y te sacude, transmitiendo todo su significado en unas pocas páginas. Es
como el avecrem de la literatura: intenso y rápido. Pero, como todo buen guiso, también
necesita que el resto de los ingredientes sea de calidad.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, me he sentido
más atraída por el cuento popular, el cuento tradicional, el que ha pasado de
generación en generación a través de los siglos. En este sentido, dos lecturas
teóricas me han impactado y me han dado mucho que pensar.
En primer lugar, Morfología
del cuento de Vladimir Propp, una de las obras clásicas sobre el análisis de
este género. Propp estudia el cuento tradicional y descubre que hay una serie
de papeles, de personajes, y de situaciones que se repiten en todos ellos. No
es que todos los personajes ni todas las situaciones se repitan en todos los
cuentos, pero sí encontró una serie de pautas que resumió en lo que él llamó
funciones y que cifró en 31. Si lo pensáis, os daréis cuenta de que es así. En
muchos cuentos aparece la figura del príncipe, de la princesa, del rey, del
caballero… y en las historias se repiten las prohibiciones, las persecuciones,
los engaños, las salvaciones… Historias diferentes tienen, en el fondo,
estructuras parecidas. Me parece un descubrimiento fascinante y una sistematización de lo más acertada. Por si queréis
profundizar un poco más, os dejo el enlace a la reseña que podéis encontrar en
Anika entre Libros. En este caso, no la he hecho yo, pero me parece
una buena reseña de la obra.
La segunda de esas lecturas es La mujer
del pez y otros cuentos tradicionales de la provincia de Guadalajara, de Eulalia
Castellote y José Manuel Pedrosa. Aunque el título alude a la provincia de
Guadalajara y, de hecho, incluye una recopilación de cuentos tradicionales
recogidos en ella, lo que más me llamó la atención (en el sentido teórico del que vengo hablando) fue el prólogo de la obra,
en el que los autores explican, entre otras cosas, cómo han encontrado similitudes en algunos de
esos relatos con narraciones contadas en lugares tan remotos como Caribe o
China (como es el caso del cuento que da título al libro). ¿Cómo puede ser que
el mismo cuento, o muy parecido, sobreviviera en la tradición oral china y en
la de Guadalajara? Me parece una pregunta fascinante, que abre puertas a la
influencia de unos lugares sobre otros (a través de las leyendas y noticias que
pudiera traer los primitivos viajeros) pero, también, a la reflexión sobre los
problemas, las preocupaciones o temas de interés comunes al ser humano, a todo
ser humano, viva en el rincón del mundo en el que viva. Abro un pequeño paréntesis
para contaros que este último libro está publicado en la editorial Palabras del Candil, una editorial que está
realizando una grandísima labor, publicando libros de cuentos y relatos, tanto para niños como para adultos. He tenido
el placer de leer varios de ellos (tengo reseñas en Anika entre Libros de Las cenas contadas y de Yayerías, por si queréis echarles un ojo; no tengo reseña
de La mujer del pez, pero os dejo el enlace de la editorial, por si os pica la
curiosidad) y la verdad es que me parece que tienen cuentos maravillosos que,
por supuesto, os invito a leer.
Retomo el tema de los cuentos viajeros para
explicar a qué viene este post: viene a que ayer vi un programa de televisión
(aquí hago la ola; encontrar un programa interesante en la televisión actual me
parece super complicado, primero, por la escasez y, segundo, por la dificultad
de encontrarlos, marginados, perdidos, en un maremágnum de espacios zafios y
repetitivos) en La 2 (claro) que analizaba, precisamente, el oficio de filólogo
folclorista y hablaba de todas estas cuestiones y de algunas más, todas de
interés. También os dejo el enlace por si queréis profundizar en lo que allí contaron.
Y cierro el post con dos
invitaciones/sugerencias, también relacionadas con los cuentos. La primera: durante
el fin de semana del 15, 16 y 17 de junio se celebrará en Guadalajara el
Maratón de los Cuentos, que ya cumple 21 añitos (ahí es nada), en el que se
cuentan cuentos de forma ininterrumpida (sí, durante la noche también) desde
las 17 horas del viernes y hasta las 15 horas del domingo. La verdad es que
Guadalajara se transforma esos días, realmente se convierte en una ciudad de
cuento, con todos sus ciudadanos volcados en contar y en escuchar.
Una
auténtica maravilla. Además, las calles y parques cercanos al Palacio del
Infantado, sede del certamen, se engalanan y visten para la ocasión, con un resultado
siempre espectacular. Y, por si todo esto fuera poco, hay toda una serie de
actividades que giran en torno al cuento: fotografía, dibujo, venta de libros,
espectáculos callejeros…
En definitiva, una fiesta que no me pienso perder y a
la que, por supuesto, os invito. Os dejo el programa para que veáis la cantidad
de actividades que se organizan al hilo del Maratón.
La segunda invitación es uno de mis
últimos descubrimientos: los cuentos tuit del gran @pep_bruno. Son la esencia del
cuento, un minirrelato en 140 caracteres. Un reto a la imaginación que está
dando resultados que me encantan. Un ejemplo:
¡Una auténtica joya!
Nos
seguimos leyendo.
Cómo mola. Voy a inventarme un cuento.
ResponderEliminarGoyo, pero si tú estás siempre inventando!!!
ResponderEliminarPor cierto, aviso de otra iniciativa muy curiosa relacionada con este post: www.12manos.com. 12 manos que trabajan juntas para elaborar el mismo relato. Curioso... y con resultados sorprendentes!!!
ResponderEliminar