Título: Un mal nombre (Dos amigas#2)
Autor: Elena Ferrante
Editorial: Lumen
Género: novela contemporánea
Páginas: 560
Publicación: septiembre 2013
ISBN: 9788426400147
«Ella me demostró que yo no había ganado nada, simplemente porque en este mundo nuestro no había nada que ganar... y lo que de verdad valía la pena era verse de vez en cuando para que el sonido enloquecido de nuestras mentes fuera rebotando de la una a la otra sin parar.» «Ella» es una mujer hermosa, alocada, y su nombre es Lila. Es la misma niña que conocimos en La amiga estupenda, el primer tomo de esta espléndida saga y ahora, recién cumplidos los dieciséis años, acaba de casarse con un hombre al que desprecia. La otra, que la escucha, la sigue y sin querer la imita, es Lenù, una alumna brillante, empeñada en aprender de los libros todo aquello que Lila aprende de la vida a secas. Así, en este rebote de sensaciones, se desarrolla una amistad muy peculiar, una relación donde la complicidad es ley. Basta una mirada de Lila para que Lenù entienda qué pasa realmente en el dormitorio de su amiga. Basta una sonrisa para descubrir qué se esconde tras esos vestidos caros que se acoplan al cuerpo de Lila como un guante y provocan a los hombres del barrio. Basta un gesto para que Lenù sepa que Lila va a cometer una locura y nadie será capaz de detenerla. Nápoles, la ciudad que las ha visto crecer, es el escenario de esta comedia que tiene la fuerza de un drama y se quedará entre nosotros como una de las obras maestras de la literatura del siglo XXI.
Después de que La amiga estupenda me dejara un poco fría (aunque con la curiosidad suficiente como para seguir leyendo esta saga napolitana de Elena Ferrrante), he de decir que Un mal nombre me ha encantado. Me ha parecido que tiene mucho más ritmo que la primera entrega y, sobre todo, mucho más interés, quizá, porque (como ya comenté en la reseña del primer libro) las protagonistas ya son mayores y sus vidas se vuelven más interesantes.
De hecho, las dos amigas protagonistas de la saga empiezan a sobrepasar aquí la adolescencia y lo hacen siguiendo caminos bien diferentes: Lila inaugura su vida marital mientras Lenù continúa estudiando hasta convertirse en la primera universitaria de su familia. Dos caminos, como digo, totalmente distintos pero que, sin embargo, conseguirán que ambas se mantengan unidas (por lo menos a ratos, puesto que los altibajos que ya tuvieron en la infancia continúan también en esta etapa de su vida).
Elena Ferrante nos muestra dos de los caminos que pueden escoger las mujeres, dos caminos que hoy en día y en la mayoría de los casos pueden ser complementarios aunque no parece que fuera así en la época ni en el Nápoles en el que se desarrolla la historia. Las diatribas de la mujer esposa, trabajadora y madre se confrontan aquí con las de la estudiante, enfrentando así un modelo más clásico con un modelo de vida más moderno, innovador y, si me apuras, más valiente.
Continuamos escuchando la voz de Lenù, encargada de contarnos la historia en primera persona, pero será gracias a unos cuadernos que Lila escribe y que en un momento dado da a la narradora cómo sabemos de la vida interior y de la vida marital y privada de la amiga casada. Una vida poco satisfactoria que nos hace reflexionar sobre el fin abrupto del amor, los malos tratos, la presión por la maternidad, el ejercicio de esta, los matrimonios en los que falta confianza y en los que pesan más las cuestiones económicas que el amor, qué ocurre si una se enamora estando ya casada, los y las amantes y la ruptura.
Por su parte, Lenù tendrá que abrirse paso en un mundo que ella percibe como demasiado grande para sus orígenes e, incluso, para sus aspiraciones pero por el que se sentirá encandilada. Un mundo que le lleva a abrir su mente, a reflexionar y a sentir, tanto desde el punto de vista intelectual como desde el punto de vista puramente emocional. Y es que Lenù también tendrá sus relaciones, sus amores y sus desamores, descubrirá el sexo y probará las texturas agridulces del compañerismo, la admiración, el noviazgo, el deseo y la amistad.
La trama relacionada con Lenù será la que nos dé la visión más política e ideológica de la novela mientras que la de Lila nos ofrece la perspectiva más económica y mafiosa. Ambas se unen para ofrecernos una visión global de una época y un lugar que queda retratado de manera afortunadísima también en esta segunda entrega.
Con esta segunda parte sí que me han entrado de ganas de seguir leyendo así que espero poder ponerme pronto con Las deudas del cuerpo.
Nos seguimos leyendo.
De hecho, las dos amigas protagonistas de la saga empiezan a sobrepasar aquí la adolescencia y lo hacen siguiendo caminos bien diferentes: Lila inaugura su vida marital mientras Lenù continúa estudiando hasta convertirse en la primera universitaria de su familia. Dos caminos, como digo, totalmente distintos pero que, sin embargo, conseguirán que ambas se mantengan unidas (por lo menos a ratos, puesto que los altibajos que ya tuvieron en la infancia continúan también en esta etapa de su vida).
Elena Ferrante nos muestra dos de los caminos que pueden escoger las mujeres, dos caminos que hoy en día y en la mayoría de los casos pueden ser complementarios aunque no parece que fuera así en la época ni en el Nápoles en el que se desarrolla la historia. Las diatribas de la mujer esposa, trabajadora y madre se confrontan aquí con las de la estudiante, enfrentando así un modelo más clásico con un modelo de vida más moderno, innovador y, si me apuras, más valiente.
Continuamos escuchando la voz de Lenù, encargada de contarnos la historia en primera persona, pero será gracias a unos cuadernos que Lila escribe y que en un momento dado da a la narradora cómo sabemos de la vida interior y de la vida marital y privada de la amiga casada. Una vida poco satisfactoria que nos hace reflexionar sobre el fin abrupto del amor, los malos tratos, la presión por la maternidad, el ejercicio de esta, los matrimonios en los que falta confianza y en los que pesan más las cuestiones económicas que el amor, qué ocurre si una se enamora estando ya casada, los y las amantes y la ruptura.
Por su parte, Lenù tendrá que abrirse paso en un mundo que ella percibe como demasiado grande para sus orígenes e, incluso, para sus aspiraciones pero por el que se sentirá encandilada. Un mundo que le lleva a abrir su mente, a reflexionar y a sentir, tanto desde el punto de vista intelectual como desde el punto de vista puramente emocional. Y es que Lenù también tendrá sus relaciones, sus amores y sus desamores, descubrirá el sexo y probará las texturas agridulces del compañerismo, la admiración, el noviazgo, el deseo y la amistad.
La trama relacionada con Lenù será la que nos dé la visión más política e ideológica de la novela mientras que la de Lila nos ofrece la perspectiva más económica y mafiosa. Ambas se unen para ofrecernos una visión global de una época y un lugar que queda retratado de manera afortunadísima también en esta segunda entrega.
Con esta segunda parte sí que me han entrado de ganas de seguir leyendo así que espero poder ponerme pronto con Las deudas del cuerpo.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto 100 libros: 52/100
No sé por qué, no termino de animarme con esta autora. Y tu reseña me dice que debiera...
ResponderEliminarBesotes!!!
No lo conocía pero me ha llamado la atención bastante... Lo tendré en cuenta si me cruzo con ellos.
ResponderEliminarBesos!