Me encanta Care Santos y creo que me reafirmo con cada libro. Este, que reseñe para Anika entre Libros, me ha encantado. Y por muchas razones. Aquí las expongo.
Título: Media vida
Título Original: (Media vida, 2017)
Autor: Care Santos
Editorial: Destino Colección: Áncora y Delfín
Copyright:
© Care Santos, 2017
© Editorial Planeta, S.A., 2017
Edición: 1ª Edición: Febrero 2017
ISBN: 9788423351831
Tapa: Dura
Etiquetas: adolescencia, amistad, religión, catolicismo, discapacidades, franquismo, época franquista, historia de España, mujeres, gastronomía, intimista, música, libros premiados, literatura española, novela, premio Nadal, sexualidad, transición española, internados, democracia, matrimonio, divorcio, parejas, madurez, amigas, reencuentros
Nº de páginas: 416
Título Original: (Media vida, 2017)
Autor: Care Santos
Editorial: Destino Colección: Áncora y Delfín
Copyright:
© Care Santos, 2017
© Editorial Planeta, S.A., 2017
Edición: 1ª Edición: Febrero 2017
ISBN: 9788423351831
Tapa: Dura
Etiquetas: adolescencia, amistad, religión, catolicismo, discapacidades, franquismo, época franquista, historia de España, mujeres, gastronomía, intimista, música, libros premiados, literatura española, novela, premio Nadal, sexualidad, transición española, internados, democracia, matrimonio, divorcio, parejas, madurez, amigas, reencuentros
Nº de páginas: 416
Argumento:
Tras tres décadas sin verse, cinco amigas deciden volver a reunirse en la mitad de sus vidas para ver qué tal les ha ido en estos 30 años casi sin contacto. Así descubrirán lo diferentes que han sido sus trayectorias vitales, que los sueños no siempre se cumplen, lo distintas que son sus vidas a cómo las idearon o que hasta los pecados imperdonables se pueden perdonar.Premio Nadal de Novela 2017
Opinión:
Siempre que leo a Care Santos siento una gran conexión con su obra. Una conexión que abarca desde cómo configura a los personajes hasta los temas de fondo que toca, pasando por su estilo personal y, sobre todo, los narradores que elige. De hecho, siempre digo que si me decidiera a escribir algún día, me gustaría ser como ella. Por eso me alegró tanto saber que se había alzado con el Premio Nadal de este año (merecidísimo, en mi opinión). Y por eso he disfrutado tanto con esta novela que me ha entretenido y tocado el corazón casi a partes iguales.Hay dos cosas que me han gustado por encima de las demás. Por un lado, los personajes, cómo Santos nos los va presentando y, sobre todo, cómo da el salto hacia su madurez. La novela comienza en 1950, en la noche previa a que cinco amigas que viven en un internado de monjas se separen para no verse en mucho mucho tiempo (aunque ellas, obviamente, no lo saben en ese momento). Dirigidas por Olga (gorda, mandona y con un punto cruel; muy cruel, diría yo), las cinco chicas juegan a "Acción o verdad" y han de cumplir el reto que ha ideado Olga para recuperar su prenda. Ese juego nocturno sin importancia se convertirá, sin embargo, en el detonante de un giro insospechado en sus vidas, sobre todo en la de una de ellas.
Años más tarde, es la propia Olga (ahora ya delgada pero tan aburrida de su propia vida que no encuentra mayor placer que inmiscuirse y espiar la de los demás) quien se propondrá volver a reunir a antiguas amigas. Para ello, contará con la ayuda de su hermana gemela, Marta, reconocida autora de libros de recetas que ahora se ha lanzado a la aventura de abrir su propio restaurante. Esta reunión servirá de excusa a las mujeres para ponerse al día de sus vidas y para saldar algunas cuentas pendientes entre ellas.
Care Santos consigue urdir un entramado de personajes muy ricos por sí mismos pero que, juntos, completan lo que podría ser el puzzle de una generación de mujeres españolas. Mujeres que se han debatido entre ser amas de casa o trabajadoras y que, aun en el segundo caso, han tenido que trabajar dentro y fuera del hogar. Mujeres apegadas a una religión que, en muchos casos, no les consuela o no acaban de entender o que decidieron alejarse de los modelos que marcaron sus madres para vivir la vida a su manera (aunque esa decisión tuviera un altísimo coste personal). Mujeres que pasaron de las manos de sus padres a las de sus maridos, quienes ejercen sobre ellas toda la influencia del hombre dominador. Mujeres que han sabido subirse al carro de la revolución sexual o que ni siquiera han experimentado nunca un orgasmo. Mujeres que han parido hijos que ahora se muestran distantes, que están a punto de dar a luz o que, incluso, están enamorándose de su hijastro. Mujeres valientes que han pasado por todas las cárceles imaginables (las reales pero también las del matrimonio infeliz, la infidelidad, el abandono, la violación, la insatisfacción personal o el llevar una vida que no es la que habías soñado para ti). Mujeres que evolucionan al mismo tiempo que un país que pasa del franquismo a la democracia y que se dividen entre la satisfacción de la libertad de los nuevos tiempos y la estupefacción por los cambios que no acaban de entender. Mujeres, en definitiva, que aún tienen tiempo para dar el golpe de timón definitivo que les lleve a ser quienes quieren ser, si logran vencer prejuicios y encorsetamientos sociales.
Las cinco protagonistas se oponen y se complementan a la perfección para dibujar lo que podríamos considerar el modelo de mujer de una generación española. O, como digo, los distintos modelos de mujer. Y eso me ha encantado, porque propone al lector una reflexión sobre cómo tuvieron que vivir, adaptarse a lo que tocaba, acatar ciertas costumbres u obligaciones sociales e intentar pasar sus días de la mejor forma posible. O cómo decidieron rebelarse y luchar (de formas muy diferentes) y el coste que esa rebeldía tuvo para ellas.
Y si la configuración de los personajes y, sobre todo, la forma en que se relacionan entre ellos y el panorama general que dibujan sus individualidades me ha gustado, no menos me ha encantado la voz narradora de "Media vida". Creo que es una de las características que más me llama la atención de la forma de escribir de Care Santos. Como en muchas de sus novelas, el narrador de esta también es un narrador en tercera persona omnisciente, que todo lo sabe y todo lo cuenta, eso sí, dosificando la información como quiere. De hecho, el salto de los años que estuvieron sin verse las protagonistas se traslada al lector en una elipsis temporal que iremos completando durante la lectura. Así, de la primera escena en 1950 pasamos a la segunda en 1981, lo que nos obliga, de alguna manera, a conocer a los personajes dos veces: cómo eran cuando eran unas preadolescentes internadas en un colegio de monjas y cómo son treinta años después.
Y esa información no nos llega de golpe. La voz narradora va desgranando capítulo a capítulo la vida de cada una de ellas, poniéndonos al día de sus vidas y llenando los huecos que nos han dejado esos treinta años en blanco. Así ocurre durante la segunda parte del libro (la primera sería el capítulo introductorio que tiene lugar en 1950), en la que cada capítulo se centra en una de las mujeres que acudirá a la cena de reencuentro. Una cena que se convierte en eje central de la tercera parte del libro, en la que todo vuelve a cambiar y, presentados los personajes principales, llega el momento de que se reencuentren y veamos cómo actúan e interactúan entre ellas treinta años después. Aquí el encabezamiento de cada capítulo ya no son los nombres de las protagonistas sino las preguntas que se hacen unas a otras en una suerte de "Acción o verdad" cincuentón donde prima más la verdad que la acción (en contra de lo que ocurrió en aquel juego que abría el libro).
Y, decía, la voz narradora nos habla en tercera persona y con la capacidad omnisciente de saber qué pasa por las mentes de cada una de las protagonistas pero, desde luego, no es neutral ni objetiva. Y eso es lo que más me gusta de los narradores de Santos: que tienen personalidad propia, que juegan con el lector, que cambian el tono dependiendo de lo que nos estén contando, pasando de la ironía a la conmiseración, de la implacable justicia a la ternura más cercana.
Así pues, Care Santos nos regala una novela llena de temas interesantes y propuestas de reflexión que es, a la vez, testimonio de una época y una generación y novela con una buena dosis de intriga dosificada de forma magistral. Una novela llena de matices en la que brillan con luz propia una voz narradora que habla al oído del lector y unas protagonistas a las que es difícil no querer, por muy mezquinas que sean. Y es que la mitad de la vida siempre es un buen momento para saldar cuentas pendientes y cambiar lo que no es como habías soñado.
Enlace a la reseña original.
Leí por primera vez a Care Santos en Habitaciones cerradas, una novela que me gustó mucho pese a que no me entusiasmara esos saltos temporales tan irregulares (irregulares porque no seguían un orden cronológico y eso me ponía nerviosa). Tengo su anterior novela pendiente y, tras leer tu reseña, me tempo que esta también pasa a engrosar esa lista. Como he dicho lo que menos me gusta es lo de los saltos temporales, pero es un "pero" mínimo en comparación con la habilidad que tiene la autora de crear historias. Magnífica reseña como siempre Lidia. Un saludo.
ResponderEliminarEn su libro que no me importaría leer, no he leído nada de la autora. Apuntado queda.
ResponderEliminarBesos
A mi también me gustó mucho y muestra de ello es lo poco que me duró entre las manos. Un retrato formidable de las mujeres de una época. Besos.
ResponderEliminarCaerá tarde o temprano, que esta autora siempre me convence. Gran reseña!
ResponderEliminarBesotes!!!