Título: Un café a las seis
Autora: Pilar Muñoz Álamo
Editorial: autopublicado
Género: novela contemporánea, intimista, romántica
Páginas: 183
Publicación: 4/7/2017
ASIN: B073R3ZSJ3
«No menosprecies el poder de la imaginación, también puede destruirte».
Raquel se dispone a acudir a una cita de compañeros de promoción organizada por su amiga Lourdes después de 25 años, aunque en el fondo siente que no debería ir; una parte del pasado, que no la ha dejado vivir en paz, podría estar esperándola en el hotel donde tendrá lugar la celebración.
Ansía ese encuentro tanto como lo teme. Porque aquello de lo que ha estado alimentándose a lo largo de su vida podría dejar de ser real. O atraparla para siempre.
Unas veces, no podemos huir del pasado. Otras, no deseamos escapar de él.
«Un café a las seis» es una historia intensa, emotiva, reflexiva, visceral. Una historia escrita con el corazón. De las que te hacen sentir.
Me gusta Pilar Muñoz. Sus historias me llegan, a pesar de que soy consciente de que es dificílismo empatizar con personajes como los de Los colores de una vida gris o con algunos de ¿A qué llamas tú amor? Pero creo que una de las razones por las que me gusta es esa: me parece valiente apostar por personajes que no van a caer bien al lector, con los que no va a sentirse identificado, con los que es difícil lidiar durante las páginas en las que convivimos con ellos.
En su última (hasta el momento) novela, no he encontrado personajes con estas características pero, aún así, no siento que la autora haya perdido su esencia. Quizá es que esta radica no en hacer personajes incómodos sino en ahondar en la condición humana con rotundidad y profundidad.
En este caso, Muñoz Álamo nos pone frente a una mujer de mediana edad que hace repaso de lo que ha sido su vida hasta el momento y se da cuenta de que se ha traicionado a sí misma (o la Raquel joven) renunciando a muchos de sus sueños y objetivos. Y aunque es verdad que en algún momento le dirías a la protagonista: "pero, chiquilla, ¿cómo has llegado hasta aquí? ¿Cómo no has roto con esta vida anodina que llevas antes?" es fácil empatizar con ella y, sobre todo, comprender sus razones, porque, en el fondo, a todos nos pasa alguna vez: empiezas a hacer pequeñas renuncias que se convierten en grandes, te dejas llevar por una rutina que te absorbe y te impide, incluso, reflexionar sobre tu propio día a día... y cuando te quieres dar cuenta, el camino que has ido eligiendo (o más bien, siguiendo, casi sin capacidad de elección) te ha alejado de tus metas hasta hacer de ti una persona que no eres.
Me ha gustado mucho la reflexión sobre la diferencia entre la juventud y la madurez y la honestidad para aceptar que no eres la que querías ser. No me ha gustado tanto que el catalizador tenga que ser un hombre, un amor del pasado, pero bueno, algún detonante tenía que haber (y la insatisfacción ya estaba instalada en Raquel desde antes de la excusa que da pie a esa reflexión: la reunión con sus antiguos compañeros de instituto). Y, en el fondo, esta es una novela de amor. Aunque, para mí, es una novela intimista y reflexiva con un toque de amor.
Un café a las seis también cumple con otra de las características de la autora: la reflexión sobre temas variados. Así, además de presentarnos con eficacia y verosimilitud esta crisis de los cuarenta y sus consecuencias, Muñoz Álamo hace pensar al lector sobre la educación que damos a nuestros hijos, sobre qué va a ser de ellos cuando tengan que salir solos al mundo con los mimbres que les hemos dado (si es que son capaces de hacerlo, dada la sobreprotección generalizada actual), sobre las diferencias entre nuestros sueños y la realidad, sobre la traición a uno mismo, sobre los sueños frustrados, sobre la fatalidad que a veces cambia nuestro destino casi sin darnos cuenta, sobre el valor de los amigos, sobre el tedio de la rutina y la infelicidad de un matrimonio y una vida familiar que no te satisfacen, sobre consumir nuestras vidas con el piloto automático puesto y sin pensar en lo que realmente queremos hacer con ellas, sobre el miedo a arriesgarse, sobre el terror a salir de lo que no nos hacer feliz solo por la incertidumbre de perder nuestros puntos de apoyo, por el pavor a lo bueno por conocer.
Más allá de los temas de fondo planteados, la novela tiene un buen ritmo, mantiene su intriga y, además, tiene unos cuantos giros interesantes que ahondan más en la historia y, sobre todo, permiten un desarrollo mayor de los personajes, convirtiéndolos en humanos y profundos.
Y he dicho antes que me hubiera gustado que el catalizador que hacer salir a Raquel de su situación no hubiese sido un hombre pero he de decir que el desarrollo de la trama amorosa me ha gustado mucho y que el final (del que no voy a decir nada, por motivos obvios) pone en valor la catadura moral de una y otro.
Así pues, Muñoz Álamo nos regala una historia llena de emociones, reflexiones y zarpazos de la vida que nos permite reflexionar sobre nuestra propia trayectoria y el valor de nuestros propios sueños.
Nos seguimos leyendo.
En su última (hasta el momento) novela, no he encontrado personajes con estas características pero, aún así, no siento que la autora haya perdido su esencia. Quizá es que esta radica no en hacer personajes incómodos sino en ahondar en la condición humana con rotundidad y profundidad.
En este caso, Muñoz Álamo nos pone frente a una mujer de mediana edad que hace repaso de lo que ha sido su vida hasta el momento y se da cuenta de que se ha traicionado a sí misma (o la Raquel joven) renunciando a muchos de sus sueños y objetivos. Y aunque es verdad que en algún momento le dirías a la protagonista: "pero, chiquilla, ¿cómo has llegado hasta aquí? ¿Cómo no has roto con esta vida anodina que llevas antes?" es fácil empatizar con ella y, sobre todo, comprender sus razones, porque, en el fondo, a todos nos pasa alguna vez: empiezas a hacer pequeñas renuncias que se convierten en grandes, te dejas llevar por una rutina que te absorbe y te impide, incluso, reflexionar sobre tu propio día a día... y cuando te quieres dar cuenta, el camino que has ido eligiendo (o más bien, siguiendo, casi sin capacidad de elección) te ha alejado de tus metas hasta hacer de ti una persona que no eres.
Me ha gustado mucho la reflexión sobre la diferencia entre la juventud y la madurez y la honestidad para aceptar que no eres la que querías ser. No me ha gustado tanto que el catalizador tenga que ser un hombre, un amor del pasado, pero bueno, algún detonante tenía que haber (y la insatisfacción ya estaba instalada en Raquel desde antes de la excusa que da pie a esa reflexión: la reunión con sus antiguos compañeros de instituto). Y, en el fondo, esta es una novela de amor. Aunque, para mí, es una novela intimista y reflexiva con un toque de amor.
Un café a las seis también cumple con otra de las características de la autora: la reflexión sobre temas variados. Así, además de presentarnos con eficacia y verosimilitud esta crisis de los cuarenta y sus consecuencias, Muñoz Álamo hace pensar al lector sobre la educación que damos a nuestros hijos, sobre qué va a ser de ellos cuando tengan que salir solos al mundo con los mimbres que les hemos dado (si es que son capaces de hacerlo, dada la sobreprotección generalizada actual), sobre las diferencias entre nuestros sueños y la realidad, sobre la traición a uno mismo, sobre los sueños frustrados, sobre la fatalidad que a veces cambia nuestro destino casi sin darnos cuenta, sobre el valor de los amigos, sobre el tedio de la rutina y la infelicidad de un matrimonio y una vida familiar que no te satisfacen, sobre consumir nuestras vidas con el piloto automático puesto y sin pensar en lo que realmente queremos hacer con ellas, sobre el miedo a arriesgarse, sobre el terror a salir de lo que no nos hacer feliz solo por la incertidumbre de perder nuestros puntos de apoyo, por el pavor a lo bueno por conocer.
Más allá de los temas de fondo planteados, la novela tiene un buen ritmo, mantiene su intriga y, además, tiene unos cuantos giros interesantes que ahondan más en la historia y, sobre todo, permiten un desarrollo mayor de los personajes, convirtiéndolos en humanos y profundos.
Y he dicho antes que me hubiera gustado que el catalizador que hacer salir a Raquel de su situación no hubiese sido un hombre pero he de decir que el desarrollo de la trama amorosa me ha gustado mucho y que el final (del que no voy a decir nada, por motivos obvios) pone en valor la catadura moral de una y otro.
Así pues, Muñoz Álamo nos regala una historia llena de emociones, reflexiones y zarpazos de la vida que nos permite reflexionar sobre nuestra propia trayectoria y el valor de nuestros propios sueños.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto 100 libros: 56/100
- Reto Genérico: 30 (2/2 autoeditados)/40
- Reto Autores de la A a la Z: Ñ 18/26
- Reto indies: 2/8