Título: La chica de las fotos
Autora: Mayte Esteban
Editorial: HQÑ
Género: novela romántica
Páginas: 258
Publicación: 04/06/2015
ASIN: B00Y2IDBB6
Rocío, camarera de pisos de un hotel rural y escultora en sus ratos libres, vive al borde de un ataque de ansiedad: el día de su boda está a la vuelta de la esquina, faltan muchos detalles por concretar aún y su novio no ayuda. Para colmo, se encuentra con que tiene que trabajar horas extra en el hotel. Todo debe estar impecable para la llegada de Alberto Enríquez y Lucía Vega, la pareja de actores de cine más rutilante del momento. Cuando aparecen, a Rocío le ocurre algo que no logra entender. Es verdad que Alberto tiene un físico imponente y una mirada terriblemente sexy, pero lo que empieza a sentir es desconcertante e inoportuno, y por ello lo trata de manera fría, hasta brusca. Alberto enseguida descubre que Rocío no es la típica muchacha encandilada por un famoso y justo eso es lo que llama su atención. Sin embargo, algo se le escapa: ¿por qué Rocío evita mirarlo a los ojos? Impaciente por descubrirlo, idea mil maneras de tropezar con la esquiva camarera. Con lo que no cuenta es con que la prensa sensacionalista es capaz de cualquier cosa con tal de lograr una exclusiva.
Me gustan las novelas románticas de Mayte Esteban (las otras también, pero lo que voy a decir me parece especialmente destacable en las que escribe dentro de este género, sobre todo en comparación con otras obras también románticas) porque cuentan más de lo que parece y porque siempre incluyen un matiz (pequeño o grande) de análisis social y de crítica hacia el mundo que nos rodea. En este caso, esa reflexión, crítica o análisis, como queramos llamarlo, se centra en el trasfondo que sirve para contextualizar y ambientar la novela: los famosos y la prensa del corazón.
En este sentido, creo que Esteban saca las uñas (y lo hace muy bien y, además, con mucha razón) para poner frente a nuestros ojos la realidad que se vive detrás de muchos de los llamados programas del corazón. O, al menos, la realidad que viven quienes aparecen en ellos (por voluntad propia o ajena) un día sí y otro también.
Así, la autora nos sumerge en el universo de los montajes, las mentiras para sacar dinero, las fotografías robadas y las vidas inventadas. Y lo hace con la suficiente profusión de modelos, personajes y situaciones como para que la reflexión sea bastante completa.
Yo no veo este tipo de programas ni me interesan esta retahíla de publicaciones, vidas inventadas y comentarios sobre sucesos ajenos, así que estoy totalmente de acuerdo con el enfoque de Esteban y con su tratamiento del tema. Un tratamiento, por otra parte, que permite al lector sacar conclusiones por sí mismo, que no impone opiniones. Algo que también es de agradecer.
De igual manera, me gusta mucho que haya contrapuesto este fastuoso mundo de la farándula, el cine, la fama, los espectáculos, la prensa rosa, los estrenos, los focos y la continua atención (para bien y para mal) al tranquilo universo de un pequeño pueblo con pocos habitantes en el que todos se conocen y en el que, cabría pensar, todos se ayudan. Pero las situaciones que plantea Esteban hacen que nos demos cuenta de que también en los ambientes cerrados hay una continua observación, vigilancia y control de los demás, también hay rumores que destruyen vidas y silencios que mienten más que las exclusivas más sonadas.
Me ha gustado mucho la contraposición y la identificación (las dos cosas al mismo tiempo) de estos dos universos, de modo que al final sobre el lector plantean una serie de preguntas y reflexiones francamente interesantes: entonces, la curiosidad por la vida ajena no depende de grandes ciudades ni de vidas relevantes, sino de personalidades inclinadas a conocer las vivencias del de al lado al dedillo; entonces, no siempre es el dinero el que lleva a quien sea a inventarse un hecho que no es cierto, a veces es simplemente el aburrimiento, la necesidad de destacar o de cerrar una época o de llamar la atención o de parecer algo que no es; entonces, ¿está en la esencia del ser humano aparentar lo que no es y husmear en las vidas ajenas? ¿O es algo impuesto por la sociedad?
Y también me ha dado que pensar sobre todas esas veces en las que hacemos lo que se cree que se espera de nosotros, lo que deducimos que debe venir a continuación sin plantearnos si realmente es nuestro camino o si de verdad lo queremos; sin ser críticos, ni reflexivos, ni escuchar nuestros sentimientos.
Todas estas cuestiones han planeado por mi cabeza mientras leía una historia amena que nos cuenta un amor cocido a fuego lento (aunque sobreexpuesto a la opinión pública) con un buen ritmo, con sencillez expresiva pero con un gran trabajo a la hora tanto de pulir el estilo como de perfilar los personajes hasta el punto de mover a la reflexión del lector. Aparentemente más sencilla de lo que es, como suele ocurrir con Mayte Esteban.
Nos seguimos leyendo.
En este sentido, creo que Esteban saca las uñas (y lo hace muy bien y, además, con mucha razón) para poner frente a nuestros ojos la realidad que se vive detrás de muchos de los llamados programas del corazón. O, al menos, la realidad que viven quienes aparecen en ellos (por voluntad propia o ajena) un día sí y otro también.
Así, la autora nos sumerge en el universo de los montajes, las mentiras para sacar dinero, las fotografías robadas y las vidas inventadas. Y lo hace con la suficiente profusión de modelos, personajes y situaciones como para que la reflexión sea bastante completa.
Yo no veo este tipo de programas ni me interesan esta retahíla de publicaciones, vidas inventadas y comentarios sobre sucesos ajenos, así que estoy totalmente de acuerdo con el enfoque de Esteban y con su tratamiento del tema. Un tratamiento, por otra parte, que permite al lector sacar conclusiones por sí mismo, que no impone opiniones. Algo que también es de agradecer.
De igual manera, me gusta mucho que haya contrapuesto este fastuoso mundo de la farándula, el cine, la fama, los espectáculos, la prensa rosa, los estrenos, los focos y la continua atención (para bien y para mal) al tranquilo universo de un pequeño pueblo con pocos habitantes en el que todos se conocen y en el que, cabría pensar, todos se ayudan. Pero las situaciones que plantea Esteban hacen que nos demos cuenta de que también en los ambientes cerrados hay una continua observación, vigilancia y control de los demás, también hay rumores que destruyen vidas y silencios que mienten más que las exclusivas más sonadas.
Me ha gustado mucho la contraposición y la identificación (las dos cosas al mismo tiempo) de estos dos universos, de modo que al final sobre el lector plantean una serie de preguntas y reflexiones francamente interesantes: entonces, la curiosidad por la vida ajena no depende de grandes ciudades ni de vidas relevantes, sino de personalidades inclinadas a conocer las vivencias del de al lado al dedillo; entonces, no siempre es el dinero el que lleva a quien sea a inventarse un hecho que no es cierto, a veces es simplemente el aburrimiento, la necesidad de destacar o de cerrar una época o de llamar la atención o de parecer algo que no es; entonces, ¿está en la esencia del ser humano aparentar lo que no es y husmear en las vidas ajenas? ¿O es algo impuesto por la sociedad?
Y también me ha dado que pensar sobre todas esas veces en las que hacemos lo que se cree que se espera de nosotros, lo que deducimos que debe venir a continuación sin plantearnos si realmente es nuestro camino o si de verdad lo queremos; sin ser críticos, ni reflexivos, ni escuchar nuestros sentimientos.
Todas estas cuestiones han planeado por mi cabeza mientras leía una historia amena que nos cuenta un amor cocido a fuego lento (aunque sobreexpuesto a la opinión pública) con un buen ritmo, con sencillez expresiva pero con un gran trabajo a la hora tanto de pulir el estilo como de perfilar los personajes hasta el punto de mover a la reflexión del lector. Aparentemente más sencilla de lo que es, como suele ocurrir con Mayte Esteban.
Nos seguimos leyendo.
Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto Genérico: 11 (3/3amorosos)/40
- Reto 25 españoles: 9/25
- Reto Autores de la A la Z: E 8/24
- Reto Leemos en digital: 4/12
- Reto 100 libros: 16/100