Ficha técnica:
Título: Arroz de palma Autor: Francisco Azevedo
Editorial: Espasa Género: novela, novela intimista Páginas: 364Publicación: 10/01/2013 ISBN: 978-84-670-0781-7
Sinopsis (editorial):
Había una vez un arroz que fue plantado en la tierra, caído del cielo y recogido de entre las piedras, un arroz que no se pasaba nunca que llegó de lejos de la mano de tres jóvenes llenos de ilusiones y sueños… Arroz de Palma es la historia de una familia, la de José Custódio y Maria Romana, emigrantes en Brasil a principios del siglo XX. Durante la preparación de la fiesta para celebrar el centenario de la boda de José y Maria, su hijo mayor, Antonio, ya un abuelo, repasa las vidas de sus padres, de su tía, de sus hermanos, de sus hijos y nietos y, por supuesto, la suya.
Antonio sabe que la familia es un plato de compleja elaboración y que la felicidad se cocina día a día. Pero ellos tienen un ingrediente secreto: el arroz de la tía Palma, cuya magia se extiende más allá del fuego y del tiempo.
La saga familiar que ha triunfado en Brasil llega a España para cautivar a miles de lectores.
Me gusta la cocina, me encanta leer, me atraen las
novelas que hablan sobre sentimientos y pensamientos y me preocupa el tema de
la familia. Así que cuando vi que éstos eran los ingredientes con los que
Francisco Azevedo había preparado su Arroz
de palma, no me lo pensé. Durante este tiempo he estado leyendo diferentes
reseñas en las que los lectores decían que no era lo que esperaban o que el
estilo (personalísimo estilo) del autor había hecho que la novela se les
hiciera pesada o, incluso, que no les hubiera gustado. Entiendo tales críticas,
pero no me sumo a ellas. No puedo hacerlo porque Arroz de palma me ha tocado el corazón. Aunque, como siempre digo,
quizá sea por el particularísimo momento de mi vida en el que me encuentro o,
más bien, se encuentra mi faceta familiar.
Todas las reseñas que he leído
hablan del estilo del autor... y no es para menos. Azevedo construye su
historia con frases cortas, extremadamente cortas, en ocasiones tan cortas que
son gramaticalmente incorrectas. El uso sistemático de este tipo de oraciones
crea un tono general entrecortado, que quizá da la impresión de ser poco
elaborado (en el sentido de que las frases cortas son más sencillas y
asequibles y la subordinación requiere un proceso intelectual más complejo,
tanto para crearlas como para entenderlas). Pero yo creo que estilo combina (y
refuerza) a la perfección con el resto de elementos de la novela. Me explico.
Cuadra muy bien con el foco y el
tono narrativo. Azevedo elige la primera persona para contarnos la historia de
Antonio. De Antonio y de toda su familia, claro. Y lo hace desde un tiempo
presente (2008) que reconstruye una vida entera: la de los 88 años de Antonio.
Pero, en realidad, la historia de una persona empieza antes de su nacimiento,
comienza cuando sus padres se conocen, se enamoran, se casan. Por eso, también
narra algunos episodios de la historia familiar anteriores a su nacimiento,
comenzando por uno fundamental: el de la boda de sus padres y del arroz que
recogió su tía Palma y entregó a los novios como símbolo de unión y fertilidad.
Más que símbolo, el arroz que llegará (sin estropearse) hasta 2008 se
convertirá en motivo de devoción, de discusión, de unión y de separación, casi
a partes iguales. El arroz de Palma hace, pues, girar la historia de la familia
y se convierte en pilar fundamental para el argumento de la novela (hasta el
punto de darle título).
Antonio nos
cuenta su historia y la de su familia mediante monólogos narrativos en los que
van rescatando determinados capítulos de esa historia. Monólogos que a veces
narran pero que a veces dialogan, con personajes presentes o imaginados, en
diálogos reales o fruto de la imaginación. En ocasiones habla para sí mismo,
otra veces habla (imaginariamente) con alguien (su mujer Isabel, su tía Palma…),
otras reproduce diálogos que tuvieron lugar en la realidad, a veces se limita a
narrar lo que ocurrió… Sin perder ese foco narrativo de la primera persona, el
autor va cambiando, pues, los recursos con los que construye la novela, y creo
que el estilo entrecortado contribuye a no perder de vista ese tono de
confesión, de relato personal, de historia susurrada al lector. En la lengua
oral nadie construye un discurso lleno de subordinadas perfectamente
coherentes, hilado de principio a fin, sin titubeos, sin fallos de la memoria…
Y más cuando de lo que se habla es de la sangre, de la familia, de los
sentimientos, de la propia vida de uno, mirada con la perspectiva que dan 88
años de trayectoria. Por eso creo que el estilo va permitiendo que el lector no
pierda la perspectiva, que recuerde continuamente quién narra y en qué
circunstancias lo hace (aunque esas circunstancias se vayan desvelando a lo
largo de la lectura).
Las frases
cortas, a veces entrecortadas, también casan muy bien con el tono intimista de
la novela y con esa perspectiva de análisis de la vida propia que propone.
Antonio se hace muchas preguntas. Para algunas de ellas, ha conseguido contestación
a lo largo de los años. Para otras, no hay respuestas, porque la vida es impredecible,
tiene sus propias leyes, fluye por cauces no marcados, no hay normas, no hay
seguridad. Las frases cortas remarcan, creo yo, ese hálito de duda que
sobrevuela muchos pasajes y muchas reflexiones del libro.
Como también cuadran muy bien con la
teatralidad omnipresente en la novela. Una teatralidad mencionada explícitamente
(Antonio, quizá como herencia de Palma, se define a sí mismo como teatral y en
muchas cosas ocasiones se reprocha esa teatralidad) pero también subyace
implícitamente en cómo está contada la historia: la importancia del diálogo, el
peso absoluto de un único personaje, frente a los demás, que forman parte del
contexto y van entrando en escena a medida que son convocados por el
protagonista; la teatralidad de algunos gestos y de algunos objetos (como la
silla de Palma)…
Azevedo
cuenta la historia de una forma impresionista, deslavazada, a través de
episodios traídos a la memoria de Antonio con un cierto orden cronológico pero
que incluye muchos saltos, quizá intentando demostrar que sólo es lineal el
tiempo que tratamos de ordenar, el que encasillamos en calendarios, diarios,
dietarios y agendas, pero que el tiempo real, el tiempo vivido, es otra cosa.
Está hecho de recuerdos saltarines, de avances y vueltas atrás, de episodios
importantes que hacen olvidar los tiempos muertos y de acontecimientos
seleccionados de acuerdo a la importancia subjetiva que le damos, no a su significado
objetivo. El tiempo ordenado es lineal del mismo modo en que la lengua escrita
es estructurada. Pero el tiempo vivido avanza a saltos, tal y como lo hace la
lengua oral, la lengua hablada, la lengua vivida; la lengua que quiere reproducir
o representar esta novela.
La historia,
pues, está reconstruida de una manera muy teatral, casi como si fueran escenas
de una obra de teatro. A veces sólo hace falta que, antes de comenzar a narrar,
Antonio dijera al comienzo de un capítulo, al inicio de un recuerdo: “se levanta
el telón de la memoria y en el escenario aparece….”. Una narrativa, también,
muy cinematográfica. Puede, quizá, tener que ver con la trayectoria literaria
del autor (dramaturgo y guionista, entre otras ocupaciones), que haya querido
dejar esa huella de lo dramático o lo cinematográfico en una narración de forma
consciente, como juego literario, o que haya surgido de forma espontánea, que
haya nacido del subconsciente del autor. No lo sé. En cualquier caso, el guiño que
introduce ese hijo dramaturgo de Antonio vuelve a centrar el foco de atención
del lector sobre el teatro de forma inequívoca.
Creo que el lenguaje entrecortado
también cuadra muy bien con este impresionismo con el que están narrados los
episodios, impresionismo que también nos habla de la volatilidad y la arbitrariedad
de la memoria, elemento que, en el fondo, es el eje central de la historia: la
memoria que selecciona y descarta, la memoria que hace parada en una fecha y no
en otra, la memoria que no es igual para todos (por lo que los recuerdos de
Isabel, su mujer, no coinciden muchas veces con los del propio Antonio), la
memoria que provoca que el protagonista nos cuente un puñado de hechos de su
vida y no nos dé detalles de otros muchos. Un puñado de hechos contados con
demora, a fuego lento, para que sean paladeados por el lector.
Hechos
recubiertos con el dulce fondant de los pensamientos de Antonio, siempre llenos
de vida, de psicología, de humanidad y de poesía. Arroz de palma tiene un buen número de frases y reflexiones de ésas
que se quedan contigo, ésas que subrayo y guardo para pensar sobre ellas,
utilizarlas en el futuro o, simplemente, leerlas y disfrutar. Desde el “La
familia es un plato difícil de preparar” que preside el libro hasta “La familia
es un plato que, cuando se acaba, nunca más se repite” que cierra la novela,
Antonio (o Azevedo) nos va regalando un buen puñado de reflexiones tan poéticas
como sugerentes que ahondan en poner ante nuestros ojos la importancia de la
familia, de vivir nuestra vida con sentido y, sobre todo, siempre bien
acompañados.
Y todo ello
salpimentado con un tono general amable, entrañable, optimista, que no obvia
los episodios amargos pero que sabe sacar una enseñanza de ellos. Para eso los
pone el destino en nuestra vida. Un tono reposado y sabroso, lleno de cariño y
de confianza hacia el lector.
En
definitiva, un libro que me ha dicho muchas cosas, escrito con un estilo muy
particular, que habla sobre las cosas que realmente importan en la vida:
vivirla exprimiéndola al máximo, el amor, la fraternidad, la superación de los
problemas y la familia. Y la comida, claro está.
Nos seguimos leyendo Incluyo este libro en los siguientes retos:
- Reto 13.000 páginas: 364/13.000
- Reto Genérico: 2/2 familiares
- Desafío100 libros: 21/100
- Reto Sumando: 61/2013(he incluido el subtítulo de la novela: "La familia es un plato de compleja elaboración")
Si no me hubiese leído ya esta novela después de leer tu opinión me habrías tentado de nuevo!
ResponderEliminarEstupenda reseña! Besos
¡Me alegro de que te guste!!
EliminarBesos
Muy buena reseña, pero sigue sin llamarnos la atención: no parece el tipo de libro que nos gusta, pero nos alegra que a ti te haya gustado tanto.
ResponderEliminarGracias.
EliminarPues si no llama, no llama. No hay que forzar las cosas ;)
Besos
No me queda más remedio que leerla para ver si me posiciono entre los que les encanta la novela o a quienes defrauda, pero con todo esto se van cruzando otras lecturas que van apeteciéndome más y mientras ésta se va quedando. Un beso.
ResponderEliminarjajajaja. A veces pasa eso con las reseñs, ¿verdad? Unos dicen una cosa, otros dicen lo contrario... y no te queda más remedio que embarcarte en la lectura para tener tu propia opinión al respecto.
EliminarYa me contarás de qué lado te pones ;)
Besos
Será mi próxima lectura, pero empiezo a pensar que se irá posponiendo como me lleguen libros antes,
ResponderEliminarbesucus
Te leeré... cuando le llegue el momento :D
EliminarBesos
Yo he pasado de las primeras 100 páginas y estoy super encantado con el libro
ResponderEliminarEstaré pendiente de tu reseña, a ver si eres de los míos!
EliminarBesos
Como dice cristina, una tentación. Me ha gustado mucho, tiene buena pinta!!!
ResponderEliminarBesos :)
Me alegro. Si te animas, espero que me cuentes ;)
EliminarBesos
Tengo curiosidad con el estilo, algunos lectores lo ven como su punto flaco pero veo que para ti ha sido estupendo. Besos
ResponderEliminarA mí me parece justificado, que es lo que trato de mostrar en la reseña. ¿Que a lo mejor con una narración más convencional hubiera estado mejor?? Pues puede ser... Pero también me gusta que se innove, que no todos cuenten de la misma manera.
EliminarBesos
A mí no me gustó, se me hizo muy pesado.
ResponderEliminarMe lo creo. Este tipo de narración se aleja tanto de lo que solemos leer que es fácil que acabe cansando
EliminarMe ha gustado más tu reseña que la novela, que ya sabes que ésta no me convenció.
ResponderEliminarA mí el estilo se me hizo pesado y aburrido y la historia, en i opinión, no da de sí todo lo que pudiera dar.
Besos
Sí, ya lo leí en tu reseña. Es verdad que podría haber llevado el libro por otros caminos... pero la verdad es que a mí me ha gustado. Podría haberle dado más vida al resto de personajes, pero creo que entonces no hubiera contado la vida de Antonio o, mejor, los recuerdos de Antonio.. y quizá hubiera tenido que cambiar de narrador y de estilo. O sea, que hubiera dejado de ser este libro jajajaja.
EliminarMe gusta hasta no coincidir contigo jajaja.
Besos
Creo que es de las reseñas más positivas que he leído de esta novela. La tengo entre mis pendientes, aunque no quiero subir mucho mis expectativas, por si acaso.
ResponderEliminarBesotes!!!
Pues ya me contarás qué te parece a ti :)
EliminarBesos
A pesar de tu reseña, a mí no me llama la atención, así que no creo que lo lea.
ResponderEliminarUn beso!
A mi me ha gustado la historia en si, pero la narraría de otra forma...ya has leído mi reseña....Saludos
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