miércoles, 31 de agosto de 2016

"Amigas que sonríen. Mi diario de sonrisas", de Myriam Sayalero González: un libro creativo y optimista

http://www.boolino.es/es/libros-cuentos/amigas-que-sonrien-mi-diario-de-sonrisas/ http://www.boolino.es/es/libros-cuentos/sigue-tus-suenos/.


Título: Amigas que sonríen. Mi diario de sonrisas
Autora: Myriam Sayalero González
Editorial: Larousse
Género: No ficción, diario, creatividad
Páginas: 128
Publicación: 2015
ISBN: 9788416124909

 Nina, con sus amigas Perla y Blue y su primo Leo, ofrece a las más pequeñas de la casa un libro muy personal que se convertirá en un tesoro cargado de recuerdos, secretos, canciones y todo lo que merece la pena conservar a los ojos de una niña. Este «Diario de sonrisas» desborda optimismo e interacción, ya que la obra requiere que sus jóvenes lectoras recopilen mensajes positivos, coleccionen deseos, hagan dibujos, anoten canciones inspiradoras o planteen juegos divertidos. El objetivo es investigar qué hace feliz a la gente y averiguar si con una sonrisa se consigue cualquier cosa.
   Todo está pensado para que «Diario de sonrisas» se convierta en objeto de único e imperecedero: la cuidada maquetación, su atractivo diseño, la encuadernación en cartoné y la textura de sus páginas, preparadas para resistir todo tipo de colores. ¡Sonríe!
   Hay muchos tipos de libros y, últimamente, más. De un tiempo a esta parte, han comenzado a editarse obras como esta: diarios que estimulan la creatividad y que animan al lector a construir el resultado final. Y he de confesar que me encantan. Tengo dos para mí así que cuando vi este entre los que ofrecía Boolino para reseñar, no me lo pensé. Creí que a Lucía le iba a encantar y así ha sido.
   Para empezar el libro es puro optimismo. Invita a ver el mundo desde el lado positivo y a encarar el día a día con una sonrisa en los labios. Me gusta la idea, se ajusta mucho a como trato de vivir yo cada día (la sonrisa y la alegría son contagiosas, así que siempre intento que eso sea lo que contagio a los demás, no mal humor o malos rollos), así que la obra también me ayuda a hacérselo ver a mi hija, a transmitir mis valores desde la experiencia lectora y la experiencia creativa que supone este ejemplar.
   Porque la gran baza de esta obra no es lo que cuenta sino que te propone que lo transformes a tu manera. Es una especie de diario guiado, en el sentido de que la narradora te va proponiendo una serie de "ejercicios" para que completes los espacios habilitados para ello. Así, te propone hablar de tus amigos, de ti misma, de las cosas que te gustan, de cómo prefieres hacer determinadas cosas... 
   Con ello se estimulan dos factores muy importantes para mí (y para la educación que quiero dar a mi hija): el autoconocimiento (la reflexión sobre uno mismo, sobre sus gustos, sus límites y su forma de ver el mundo) y la creatividad.
     Otro de los valores que trata de fomentar este diario es el de la amistad, algo tan importante en niños y niñas de la edad de mi hija (ocho, nueve, diez, once años). Nina, la narradora del libro, habla de sus amigos e invita al lector a hacer lo propio, con lo que hace que este reflexione sobre la amistad, sobre quiénes son sus amigos y lo que valora de ellos.
   Además de la parte relacionada con el diario en sí, el libro también incluye recetas, trucos, sugerencias, sopas de letras y otros pasatiempos que potencian la parte más lúdica y divertida de la literatura y de la vida.
  Finalmente, otro de los puntos fuertes de la obra es su estética. Los colores, las tipografías, las ilustraciones... todo es actual, fresco y con un toque muy chic que a Lucía le ha encantado.
   Así pues, una obra que potencia valores que me interesa transmitir a mi hija, que no incide (como otras publicaciones que he visto) en aspectos superficiales como la ropa o el peinado sino que profundiza en las cosas que verdaderamente me importan (las emociones, la reflexión sobre uno mismo y los demás, la personalidad, la forma de ser, las cualidades y el optimismo) y que incentiva el lado más creativo de los lectores.         
  Nos seguimos leyendo.    
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lunes, 29 de agosto de 2016

"La mejor de las vidas", de David de Juan Marcos: una novela preciosa y con mucho fondo

http://www.harpercollinsiberica.com/harpercollins/narrativa/la-mejor-de-las-vidas-detail


Título: La mejor de las vidas
Autor: David de Juan Marcos
Editorial: HarperCollins
Género: novela, prosa poética
Páginas: 320
Publicación: 06/04/2016
ISBN: 9788416502417


  "La verdad es que no tengo mucho que contarte. Llegaste tarde. Paseabas con tu bicicleta holandesa a un lado. Tus tacones golpeaban el suelo como gorriones suicidándose contra la ventana. Me sonreíste con media boca. No lo olvidaré. En tu boca lo imposible tenía razones para existir. Agachaste con cierto rubor la cabeza. Tuve el preámbulo de una lucidez: ya no estaba solo en aquella tierra extraña".
Nico se ha ido a estudiar a Cambridge para escapar de una dolorosa situación familiar. Allí conoce a Pierre, un parisino admirable miembro del equipo de remo de la universidad, y a Ella, una danesa inquietante y hermosa que custodia un secreto que cambiará la vida de los tres.
  En un recorrido emocional por Roma, Ámsterdam, París y el continente africano, se revelarán las cargas y grilletes afectivos que arrastran Nico, Pierre y Ella. Un peso que sin embargo no les impide encontrar aliento e ilusión para ser fieles a sí mismos. A través de una sola voz y de un solo oyente, el lector se convertirá en espía de las bondades y miserias de estos jóvenes que soñaban con cambiar el mundo.
  Con un estilo sencillo y rebosante de imágenes líricas, David de Juan analiza el lastre que supone la ausencia del ser querido, la inexplicable fuerza de la maternidad, y las enmarañadas relaciones familiares en las que nadie llega a la vez al mismo sitio. La mejor de las vidas es una exaltación de la juventud, el presente y la amistad.
  "Qué gran milagro. La vida es algo de lo más extraño, no te parece. Crece hasta en los riscos más oscuros y escarpados. Todo es un milagro".
   Conozco a David de Juan Marcos desde que era un niño. Estudió con mi hermana toda la EGB y también fue al instituto con ella (y, por lo tanto, al mismo centro que yo). Llevaba años sin saber de él cuando contactó conmigo para decirme que publicaba su primera novela, El baile de las lagartijas, y para pedirme un poco de orientación sobre cómo dar a conocerla al mundo. Me alegró mucho saber que le gustaba escribir y, sobre todo, descubrir que lo hace tan bien. Algo que confirma con esta segunda novela que me ha encantado (y no por mi relación personal con él, que conste; a veces somos más críticos con quienes conocemos que con quienes no sabemos nada de ellos).
    La mejor de las vidas es un libro sorprendente por varios motivos. Lo es por el narrador, Nico, que habla en primera persona de su experiencia vital pero que también lo hace en segunda persona dirigiéndose a un narratario que tendremos que descubrir.
   También lo es por esa prosa brillante y llena de poesía que colorea el libro con mil tonos diferentes. Seguro que a algún lector potencial le echará para atrás eso de la "prosa poética" pensando en uno de esos libros truños que no hay por dónde coger. No es el caso. La poesía de esta novela reside en la forma de contárnosla (con cierta nostalgia, hablando de sentimientos, preñándola de emociones) y en algunas frases que no solo no molestan ni tergiversan la lectura sino que te llegan, te tocan el corazón desde el fondo de su mensaje pero también desde su belleza formal. Yo he terminado con el libro lleno de subrayados y notas, porque no quería olvidar ninguna de esas frases magníficas ni tampoco los pensamientos y sensaciones que han despertado en mí. Para que te hagas una idea de lo que hablo, transcribo una cualquiera: 
Solo se puede empezar de cero si se huye. Sin equipaje ni identidad. No hay otro modo. Nos pasamos la vida creyendo que sí, que se puede retomar lo que se perdió, que se puede comenzar de nuevo a pesar del lastre Que se pueden pegar las piezas de lo que se rompió y con un perdón o un beso todo quedará igual. No es cierto. Lo que se hace añicos nunca vuelve a ser igual. Nunca. Uno no olvida y sigue adelante lo mismo que si comprar un nuevo boleto. Por mucho que nos empeñemos las miradas no se olvidan, ni se reparan las piezas rotas. Por mucho que tratemos de engañarnos, las segundas oportunidades acarrean un peaje en forma de duda. Y las dudas, ya lo sabes son una condena, una amenaza continua.
  Este es solo uno de esos pensamientos que me han hecho reflexionar pero entre los comentarios que hicimos en Twitter en el marco de la lectura conjunta que organizamos Libros que hay que leer, Entre mis libros y yo, De lector a lector y yo misma (y cuya primera reseña es, precisamente, esta que hoy publico) hay muchas más. Te dejo el enlace por si quieres leer alguna de ellas.  
    La cita anterior también da una idea del tono reflexivo que impregna el relato. De hecho, toda la novela podría asimilarse a una novela de aprendizaje, no desde la infancia del protagonista (aunque se nos habla de esta a través de flashbacks), sino desde el momento en el que viaja a Cambridge para estudiar, en su más tierna juventud. Allí conocerá gente diferente, abrirá su mente, sus expectativas, su visión del mundo. Y, por supuesto, se enamorará. Y toda esa experiencia (alegre pero también dramática) le hará crecer, conseguirá que vea las cosas de otro modo. Le hará madurar.

    

    UNA HISTORIA COSMOPOLITA

    La mejor de las vidas nos cuenta, pues, la historia de un viaje. Un viaje exterior que también se convierte en un viaje interior, en un camino de crecimiento.
    El viaje externo cuenta con varias paradas de lo más interesantes. Desde España, Nico viaja a Cambridge para estudiar. Pero, de allí, y siguiendo la estela de la narrataria, de ese amor que conoce en su primera estación, viajará hasta Roma, Ámsterdam y París, lo que llena esta novela de un cosmopolitismo, de una apertura de miras y de una riqueza cultural que me han encantado. La metáfora del viaje que nos cambia es algo más que una metáfora aquí y el autor es capaz de transmitirnos las diferencias y similitudes entre unas ciudades que son más que un telón de fondo y que dan a la novela un aire general de bohemia, de gusto por la cultura y las culturas.
    Este gusto por la cultura se transmite también a través de las múltiples referencias que encontramos en la novela. Referencias literarias y cinematográficas, principalmente, que nos sitúan en un universo cultivado y proclive a las producciones culturales. Unas referencias que van llenando la obra de otros autores, otros estilos y otras historias que, de algún modo, tienden puentes hasta La mejor de las vidas.
   De hecho, algunas referencias van más allá de la mera cita de un título o un autor. Algunas referencias calan tan hondo que recuperas el sabor, el olor, el color y la textura de otros autores. Ocurre, por ejemplo, con Rayuela, texto que no se me ha ido de la cabeza mientras leía esta novela. No es que estén relacionadas (aunque algunos puntos en común tienen ambos argumentos)... Es más una sensación, una conexión, quizá un diálogo con la obra de Cortázar.
      

UNA NOVELA CUAJADA DE REFLEXIONES


  Me ha enamorado el estilo, me ha encantado la historia (que gana a medida que lees y que conduce a un final inesperado, al menos para mí) y me ha encandilado ese Nico, maestro de ceremonias, que juega con el lector, que le engaña a veces como uno se engaña a sí mismo en no pocas ocasiones.
    Y a todo ello sumo lo mucho que me han gustado algunas de las reflexiones que el autor plantea en la novela. David de Juan Marcos nos hace pensar en la inocencia loca de la juventud, en el tiempo que pasa y nos convierte en otra cosa, en el poder del amor y de la amistad, en la gente y los hechos que nos van cambiando, que van haciendo que seamos otros; en lo que esperan de nosotros nuestros padres y en lo que nosotros esperamos de ellos; en el futuro que se ve lejano y, sin embargo, se nos echa encima sin darnos cuenta; en los sueños heredados y en su pugna con nuestros propios sueños. También nos pone frente a inquietudes más dramáticas como las decisiones que se van aplazando (y las consecuencias de tales demoras), esas veces en las que la vida nos da un bofetón y nos quedamos anclados en ese momento y ese dolor, sin avanzar, sin crecer, sin sobreponerse; o en la degradación que sufre cualquier ser humano cuando se queda atascado en la desgracia, en esa podredumbre que lo invade todo: a uno mismo y también a sus relaciones con los demás. 
   Y un tema que planea durante toda la obra a través de varias subtramas: ¿hasta dónde llegarías por proteger a quien amas? ¿Qué darías por pasar (o por poder haber pasado) unos días más con esa persona? No digo que sean felices, solo pasar, estar, compartir. Una reflexión que nos hace pensar sobre la delgada fina que separa, en ocasiones, la solidaridad y el egoísmo y en las cosas que creemos que hacemos por los demás y, en realidad, hacemos por nosotros mismos.
    Así pues, David de Juan Marcos nos ofrece una novela preciosa en forma, con un estilo, un enfoque y un tono maravillosos y que, además, está llena de cuestiones, de preguntas, de reflexiones, de cuestiones, de experiencias, de emociones, de recuerdos, de nostalgia, de futuro, de dolor y de juventud. De esa juventud que es siempre un tesoro, aunque no siempre nos demos cuenta de ello mientras la vamos sacando adelante.  
     Nos seguimos leyendo.
   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  •  Reto 100 libros: 79/100
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