Pasando revista a la semana #65

   Seguimos lavándole la cara a nuestra casa y, lamentablemente, eso le ha pasado factura al blog: sin avisar, no he publicado nada durante dos días. ¡Qué desastre! Me pesa porque para mí el blog es algo muy serio pero no he podido hacerlo de otra manera. En fin. Prometo enmendarme esta semana y no dejar de publicar ni un solo día. Y eso que me espera una semana que... ¡vaya semana! Termino los talleres de animación a la lectura que he estado impartiendo durante todo el verano en la Casita de los Cuentos Eva Ortiz y lo hago a lo grande, con una semana entera de Cuentos para comérselos. Así que me tocará hacer magdalenas, galletas de mantequilla y ya veremos qué más. Pero sarna con gusto no pica y, además, es un placer verlos disfrutar tanto con la comida y con los cuentos.

 

SORTEO

• Casi no llego al sorteo de Adivina quien lee. Termina mañana y hasta hoy no he tenido tiempo de comprobar lo interesante que parece el libro en juego. Así que no seas como yo y échale un vistazo a las bases para participar antes de que sea demasiado tarde.

 

#RETODEESTASEMANA

  No me puedo quejar de cómo ha ido la semana pero, básicamente, porque me he puesto las pilas en el tramo final. He tardado más de lo que esperaba en terminar  Meditaciones del Quijote, de José Ortega y Gasset, y eso que me ha encantado, pero es complicado leer filosofía con Lucía bailoteando a tu alrededor y tu chico diciéndote que por qué no salimos a dar una vuelta, que para eso está de vacaciones (y toda la razón tiene, pobrecico mío). Pero lo logré. Eso sí, el retraso con Ortega hizo que no pudiera empezar El síndrome E hasta el viernes, pero estoy super enganchada y espero dejarlo hoy a punto de caramelo. Y, además, he terminado Valeria al desnudo, o sea que le digo adiós a Valeria con todo el corazón y sabiendo que la echaré de menos...
   Tristemente, mi agosto ya no tiene remedio. En una semana no puedo enderezar todas las libertades que me he tomado durante un mes, pero haré lo que pueda. Quiero acabar el Ulises (me faltan tres capítulos, pero uno de ellos tiene 200 páginas) y leer El edificio de las mujeres que renunciaron a los hombres, de Karine Lambert, una novedad editorial del otoño sobre la que pronto tendrás noticias. Y si me diera tiempo a empezar alguno de los que se me quedan pendientes, estaría genial. Pero no me hago demasiadas ilusiones...

ENTRADA MÁS LEÍDA ESTA SEMANA

  

  Este apartado no tiene demasiado sentido hoy, puesto que solo he publicado una reseña que, obviamente, es la entrada más leída de la semana (la de La sombra) pero me he animado a incluirla porque, no sé muy bien por qué, resulta que la segunda entrada más leída de los últimos días es una muy muy antigua sobre el libro Pongamos que hablo de Joaquín. ¡Qué curioso!, ¿no?

   Esta semana prometo ser buena y cumplir con mis compromisos, que para eso los adquiero. Así que reseñas, secciones habituales y demás. ¡Ah! Y a partir del 1 de septiembre retomamos las reseñas de La última vuelta del scaife, así que también publicaré la lista de participantes en esta segunda tanda.

IMM

   

 Solo he recibido un libro esta semana y no ha sido un compromiso editorial sino un regalo. Un regalazo que, además venía tan bien acompañado como puedes ver en la foto. Y por si todo eso fuera poco, el libro en sí es super especial, primero, porque lo ha escrito e ilustrado mi amiga Ana Íñigo Olea (la misma que pintó el cuadro que utilizo como cabecera e imagen del blog) y, segundo, porque yo le ayudé con la traducción al castellano. Así que tiene, como dicen en el anuncio, algo de mí. Lucía ha sido la primera en disfrutarlo.

 

   ¡Feliz última semana de agosto! ¡Que se nos acaba el veranito!

   Nos seguimos leyendo.