lunes, 4 de febrero de 2013

"Black, black, black", de Marta Sanz: novela negra parece... pero mucho más es











Ficha técnica:


Título: Black, black, black      Autor: Marta Sanz
Editorial: Anagrama    Género: novela, novela negra  Páginas: 333 
Publicación:  Marzo 2010    ISBN: 978-84-339-7207-1

Sinopsis (editorial):


  Los padres de Cristina Esquivel, una geriatra a la que han encontrado estrangulada en su piso de Madrid, contratan al detective Arturo Zarco para que encuentre al asesino. En realidad, lo que esperan es inculpar a Yalal, el albañil marroquí con el que estaba casada Cristina, y que ahora tiene la custodia de la hija de ambos. Zarco es un detective muy poco convencional; cuarentón, gay, y aún estrechamente ligado a Paula, su ex mujer, a la que cuenta y con la que discute por teléfono las vicisitudes de la investigación, y hasta los pormenores de sus fascinaciones eróticas. Pero bajo la superficie de las charlas, tras el relato de ir y venir de vecinos sospechosos y de presuntos implicados, la conversación telefónica entre el detective y Paula se convierte en un pretexto para la dominación y la venganza, para el daño que se quieren infligir dos personajes que se odian, se aman, se necesitan y se repelen. Hasta que el forcejeo dialéctico entre Zarco y Paula queda, de repente, interrumpido por el diario de la enfermedad de Luz, una de las vecinas de la geriatra asesinada, y madre de Olmo, el jovencito que fascina y perturba a Zarco.
   Y un relato interfiere en el otro relato, y el encanto y la seducción de lo reconocible se suspenden. Queda también en suspenso el clímax del desvelamiento, y el lector se ve obligado a participar y a pensar sobre el sentido de la interferencia, mientras Luz escribe la narración minuciosa del asesinato de casi todos sus vecinos, habla de su dieta, sus vicios y sus menstruaciones perdidas, de su psiquiatra, el doctor Bartoldi, del daltonismo de su hijo Olmo, de la responsabilidad de la ficción, de las mentiras de las verdades y de las verdades de las mentiras.
   Black, black, black es una espléndida novela negra que puede leerse como tal, pero también, y sobre todo, como otra cosa, puesto que Marta Sanz nos propone una lectura insurgente sobre la violencia del sistema, sobre su imperfección, un relato donde la idea del crimen como resultado de la fricción social, de algo más terrible que las patologías, abre la posibilidad de una investigación psicológica que profundice en las relaciones de causa y efecto y no se base sólo en las pruebas de laboratorio y en las mesas de los forenses. Se trata, pues, de una ficción donde la violencia inexplicable acaba ajustándose al razonamiento lógico y lo "imperceptible" sale a la luz con toda la potencia que tiene lo siniestro, ese "siniestro familiar" del que hablaba Freud. Y ésta es la concepción, política y retórica, que sustenta esta novela policíaca inteligente, divertida y subversiva.
  En Black, black, black hay un detective contratado para investigar la muerte de una mujer. Cristina fue asesinada hace un año pero la policía ha dado por cerrado ya el caso, tras no encontrar pistas fiables. Los padres de la víctima sospechan de su yerno, Yalal, un albañil marroquí que ahora tiene la custodia de su hija y que la ha enviado a Marruecos con su familia. Por eso, contratan a Arturo Zarco para que intente averiguar la verdad sobre lo ocurrido con Cristina. Hasta aquí, Marta Sanz nos ofrece un planteamiento habitual para una novela negra. Pero ya en la misma investigación empezamos a sospechar que no va a ser tan habitual como cabría pensar. Para empezar, Zarco es un detective gay que se enamora hasta el tuétano de un jovencito que vive en el mismo bloque que Cristina. Y para continuar, va haciendo balance de sus pesquisas a su ex mujer, Paula, a quien pasa informes telefónicos más llenos de suspiros y narraciones sobre el joven Olmo que sobre el caso en sí.
    Las desviaciones respecto al modelo canónico de novela negra continúan cuando Zarco cede la voz a la madre de Olmo como narradora, en este caso, de los precedentes del asesinato de Cristina, narración que la mujer realiza a través de un supuesto diario que habría ido escribiendo a petición de su psiquiatra. Un diario en el que se incluye la descripción gráfica de la muerte de Cristina además de la de otros vecinos del inmueble.
    En la tercera parte del libro será Paula, la ex mujer de Zarco, la que tome el relevo narrador para arrojar un poco de luz a la amalgama de narraciones que conocemos hasta ahora. Será ella, que no es detective, la que ejerza como tal, indagando, interrogando, investigando y, como ella misma dice, desvelando "las estilizaciones narrativas de un detective enamorado". Será ella, pues, la que resuelva el caso. Como en la primera parte, pero ahora en sentido contrario, Paula va informando a Zarco de sus pesquisas a través del teléfono, permitiendo que el lector vaya conociendo la historia real como si de una película se tratase ("rebobino", "vuelvo al desayuno"... dice Paula cuando se desvía de la trama principal). Las conversaciones entre ellos (tanto en la primera parte como en la tercera) acaban convirtiéndose en un ajuste de cuentas entre la pareja, una demostración de dominación del otro a través de la dosificación de la información pertinente, una cierta venganza por parte de Paula frente al hombre que no la supo o no la pudo amar. Zarco cuenta a Paula y Paula cuenta a Zarco y estos diálogos telefónicos se enredan con la narración de los hechos, matizando, contradiciendo, mostrando sorpresa o el dolor de un amor ahora convertido en cariño y de todo lo que dejó atrás.
    Marta Sanz utiliza tres voces narrativas para contar una misma historia. Tres voces que se superponen, se completan y se contradicen. Tres voces que, frente a la univocidad del narrador omnisciente, abren la perspectiva del lector, mostrándole la diversidad de las interpretaciones posibles ante los hechos, la variedad de las primeras impresiones, la diferencia que imprime nuestra forma de ser y de mirar el mundo y nuestra percepción de lo que nos rodea.
   La contraposición de las tres voces, de las tres versiones de la historia, permite que el lector se dé cuenta de la forma estereotipada que damos a quienes vamos encontrando en nuestro camino y cómo encasillamos a quienes, aun estando cerca de nosotros (vecinos, conocidos...), no conocemos en profundidad.
     Me ha gustado esta atípica novela negra que es mucho más que una novela negra y que, seguro, decepcionará a los amantes más puristas del género. Me ha encantado el juego con el lector, el juego de espejos en el que la verdad y la ficción se dan la mano y se confunden. Y me ha gustado mucho también la simbología y el juego que la autora establece con los colores (Olmo es daltónico y no percibe el rojo, precisamente el color de la sangre; para él todo asesinato es, pues, gris) y con los nombres propios, tal y como ocurre con el de la madre de Olmo, Luz, o del propio Zarco, nombre artístico (como el detective dice) inspirado en el color de sus ojos, sin olvidar que paular es, según el diccionario de la Real Academia, sinónimo de hablar. 
   De todo lo que he leído sobre el libro, me ha interesado especialmente esta entrevista en la que (me parece a mí) se puede hacer uno una idea de cómo es la autora y de su forma de entender su oficio.
   Nos seguimos leyendo.





17 comentarios:

  1. No habia oido hablar de esta novela, pero sin duda me ha llamado la atencion. Siempre estoy buscando cosillas originales, y vista tu opinion, creo que esta me la voy a apuntar. Besos!

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    1. Pues esta es bastante original. Y la autora... ni te cuento. He leído más libros suyos (diría que prácticamente todos) y todavía no sabría decirte si me gusta o no... no te digo más. jajajaj.
      Besos

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  2. No la conocía, pero me parece que tiene un planteamiento muy original. Un beso.

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    1. Sí que es diferente. Aunque como cada vez hay más propuestas distintas dentro del mismo género, lo novedoso se está convirtiendo en lo normal.
      Besos

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  3. No conocía la novela. Me gusta lo que cuentas. Me suele gustar estas historias que están contadas desde varias perspectivas. Apuntadito queda.
    Besotes!!!

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  4. Soy amante de la novela negra, pero procuro no ser dogmático. Me parece interesante esta novela y añadiendo la reseña, tengo que tenerla en cuenta.
    Un beso.

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    1. Es una novela curiosa, la verdad. Y tiene una segunda parte que aún no he leído: "Un buen detective no se casa jamás". Sólo por el título ya dan ganas de leerla jajajaj.
      Besos

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  5. Yo soy purista a la hora de clasificar si una novela es negra o no, pero no a la hora de leer cualquier novela en la que se mezclan los géneros si estos tienen que ver con asesinatos y demás.

    Por lo que cuentas de la trama, parece que la tendré que leer, porque me ha encantado la reseña.

    Un beso.

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    1. Me alegra mucho que te haya gustado la reseña. Si te animas, ya me contarás ;)
      Besos

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  6. Me la voy a apuntar ya mismo porque me encantan las novelas negras atípicas, esas que nos ofrecen algo más que la simple investigación de un crimen. Besos.

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    1. Jajajaja. Pues entonces yo creo que ésta te va a gustar!
      Besos

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  7. Una novela que en su día apunté pero que tenía olvidada. De esta vez no pasa

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  8. Sí que parece muy interesante y original, así que ya la he apuntado para leérmela. Un saludo!

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