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miércoles, 21 de agosto de 2013

Me he dado cuenta de que puedo decir que tengo una colección de marcapáginas. ¡Y yo sin saberlo!


   Recuerdo que, de niña, me encantaba coleccionar cosas: cromos, pegatinas (la caja todavía anda por ahí y Lucía la guarda como si fuera un tesoro, con sus pegatinas ochenteras), "hojas bonitas", frascos de colonia vacíos... y en mi locura, hasta la viruta que queda cuando le sacas punta a las pinturas de cera. Con el tiempo, se me fue pasando la manía de empezar colecciones y el día que utilicé una de las tazas de mi colección para desayunar supe que se me había pasado el arroz coleccionista. Aún así, todavía compro tazas de las ciudades que visito o que me gustan especialmente por algún motivo y tengo muchas sin estrenar, en una vitrina. No las colecciono pero tengo un buen número de ellas apartadas (además de ocho nuevecitas que acaban de llegar de Eurodisney).
   También me ha ocurrido alguna que otra vez que la colección ha comenzado a formarse sola, sin que yo tomara una decisión consciente de acumular objetos similares. Me pasó con los búhos: mi primer novio me regaló un búho periodista cuando empecé la carrera y un amigo lo vio, le hizo gracia y empezó a comprarme búhos cada vez que visitaba una ciudad o veía alguno que le gustara especialmente. El resultado: tengo como 300 búhos en una colección compartida ("tú los guardas", me dijo mi amigo) que yo nunca tuve voluntad de hacer. Pero ahí está y reconozco que hay algunos realmente preciosos y otros llegados de rincones muy dispares del mundo, así que ocupan un lugar privilegiado en mi salón y, sobre todo, en mi corazón.
   Hace poco me di cuenta de que algo parecido me ha ocurrido con los marcapáginas. Yo nunca he tenido el afán de coleccionarlos, pero he ido acumulándolos a lo largo de los años. He ido guardando puntos de lectura que me han gustado especialmente o que me han ido regalando y, al final, resulta que tengo una colección bastante curiosa, sin pretenderlo. El otro día los estuve revisando, para ver si merecían un post, y... bueno, pensé que podría ser curioso enseñártelos. Algunos de ellos llevan años conmigo y otros son recientes pero atesoran un gran bagaje sentimental. Lo que no se puede negar es que hay de todo.
  Esta es una de las pocas colecciones conscientes que tengo. Son marcapáginas que rinden homenaje a grandes obras de la literatura universal y me los regalaron en Círculo de Lectores. Me parecen una preciosidad así que los tengo a buen recaudo desde que los recibí. Nunca se me ocurrió utilizar alguno. 
   Estos han ido llegando a casa en el último año, como regalito que acompañaba a algún libro que me ha tocado en un sorteo o al Bloguero Invisible. Mil gracias a quienes me los habéis enviado porque me parecen realmente bonitos y porque, en realidad, fueron estos marcapáginas los que hicieron que me diera cuenta de que tenía una colección que valía la pena.
    Este es un grupo variado formado por un marcapáginas pensado como tal (el primero de la izquierda), otro que forma parte de una campaña institucional de fomento de la lectura (y que diseñó una amiga mía, el de Platero) y los otros tres son publicidad de dos librerías y de la Casa Museo de Unamuno en Salamanca (el último). Todos me parecen una maravilla.
  Estos tres son una muestra de una campaña anual de fomento de la lectura que se llevaba a cabo en Salamanca cuando yo vivía allí y que no sé si sigue activa, pero sería una pena que se hubiera perdido, porque los fragmentos que iban incluyendo en cada marcapáginas son hermosísimos y muy muy significativos de lo que la lectura significa para muchos.
  Estos son más infantiles y algunos tienen sus añitos (no hay más que ver el de Pryca, que es de cuando Pryca aún no era Carrefour y que debieron de salir más o menos cuando la película de Disney). Estos tengo que tenerlos bajo llave, porque Lucía está como loca con ellos.
  Estos también le gustan mucho a Lucía y no es para menos. Todos pertenecen a la misma liberaría de Salamanca: Víctor Jara. Todos me encantan. Los guardo desde mi época de estudiante universitaria.

  El primero es el que utilizaban en la Fundación Germán Sánchez Ruipérez de Salamanca para anotar la fecha de devolución cuando yo era adolescente (así que tiene sus añitos) y los otros son dos campañas institucionales de fomento de la lectura y contra el préstamo de pago, respectivamente.

 Pequeño homenaje a la literatura fantástica. El primero me lo enviaron de Círculo de Lectores junto a la enciclopedia Tolkien y el segundo nos lo regaló Cornelia Funke en el encuentro con blogueros de mayo.
   Estos dos tienen más años que Matusalén. Los dos son de mi infancia: el primero, de mi época Snoopy y, el segundo, de una serie de libros que salieron por aquella época de los que solo recuerdo que eran rojos. Han sobrevivido años y mudanzas, así que merecen estar aquí.
    Tres marcapáginas de tres libros que he leído este año y que me han gustado mucho (los libros y los marcapáginas).
 Este es, reverso y anverso, el marcapáginas que compré en el Museo Thyssen cuando lo visitamos en julio.

    Y esta es mi última adquisición, recién llegado de Disney París.
   Tengo muchos más, los que voy utilizando a diario y otros que no me parecen tan bonitos como estos. Los que te he mostrado son los que yo diría que forman mi colección. ¿Qué te han parecido?
   Nos seguimos leyendo.

11 comentarios:

  1. Bonita colección. Me gustan sobre todo los primeros, los de las siluetas, aunque sólo reconozco a algunos.
    Un beso!

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  2. Pues algunos son muy bonitosss. Yo también ando metida en esa colección y hace poco me llegó uno precioso que me hizo mucha ilusión. En mi caso ha sido Carmen la que me ha metido el gusanito coleccionista jejeje. Besos

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  3. No colecciono como tal pero me gustan, lo que sí he empezado es una colección como la tuya de búhos, me explico, a mis padres cuando viajo les traigo siempre un marcapáginas, intento que sean de materiales distintos y bonitos por alguna razón, y al final he terminado por incluir en la compra alguno para mi pero ellos ya llevan de muchos sitios que yo no tengo :) total, es compartida! Besos

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  4. Me encantan las tazas de recuerdos pero suelen ser tan caras (para lo que son) y tengo tanta facilidad para romperlas que nunca suelo comprar así que me he quedado muerta de la envidia con las ocho que te has traido de Eurodisney!
    Yo no colecciono maracapáginas aunque tengo bastantes pero desperdigados por ahí
    Algunos de los tuyos son chulísimos. EL último me encanta
    Besos

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  5. ¡Qué bonita colección! Cuesta decidirse por uno solo, que son todos preciosos. Pero reconozco que tengo cierta debilidad por Minnie...
    Besotes!!!

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  6. Una muy buena colección de marcapáginas y, por lo que veo, muchos ya tienen su tiempo.Besos.

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  7. Enhorabuena por tu colección, yo también los colecciono desde pequeña, así que tengo dos cajas llenas, además ya habrás visto que tengo sección de intercambio en el blog, asi que si algún día te interesa ya sabes. Me ha hecho mucha ilusión el de Snoopy porque yo tengo tres iguales a ese pero con él haciendo otros tipos de deportes, tienes razón tiene muchos años a mi me los regaló mi abuelito cuando era pequeña, y los del Pryca me encantan jeje. Besos

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  8. Felicidades por tu colección! Yo la verdad es que no tengo casi ninguno! El último me ha enamorado!
    Besos

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  9. Pues si que tienes una gran colección.
    Besitos.

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  10. Hala pues tienes un montón. Yo tengo unos cuantos guardados por motivos personales, el resto los tengo por cajones repartidos... uso el mando para marcar página
    Besos

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  11. Los primeros me han conquistado :)
    Pero vaya que tienes un montón, ¡qué envidia! Yo siempre cogiendo papelitos y post-it para saber por dónde voy jajaj
    Un abrazo.

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