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jueves, 22 de agosto de 2013

"La estrategia de la ilusión", de Umberto Eco: una reflexión sobre los cables invisibles que sustentan la ilusión de la realidad

   He pensado mucho en este libro mientras paseaba por los paisajes inventados de Eurodisney. Me he acordado muchas veces sobre lo que decía Eco en esta recopilación de artículos sobre la hiperrealidad y la sustitución de la realidad a través de productos manufacturados creados exclusivamente para hacerte disfrutar, para envolverte en un mundo diferente, para que creas en la magia y en que todo es posible, para que regreses a tu infancia y te hagas la ilusión, aunque solo sea durante unos días o unas horas, de que todos somos Peter Pan y jamás dejaremos de ser niños. Así que como he pensado bastante sobre ello en estos días, he decidido rescatar hoy la reseña que publiqué en Anika entre Libros. Un buen libro para hacer reflexionar al lector sobre la diferencia entre lo que es la realidad y lo que nos venden que es.
LA ESTRATEGIA DE LA ILUSION
(Semiologia quotidiana, 1984)
Umberto Eco

Editorial DeBolsillo
Colección Filosofía

© Gruppo Editoriale Fabbri, Bompiani, Sonzogno, Etas S.p.A.
© RHM, 2012
© Edgardo Oviedo, traducción
1ª Edición, Mayo 2012

Género y tags: Ensayo, Filosofía, Semiología, Filosofía del Lenguaje, Pragmática, literatura italiana
ISBN: 9788499895109
367 Páginas
    Argumento:
  
    Umberto Eco recoge en este volumen una serie de artículos periodísticos y reflexiones, elaborados en las décadas de los 60, 70 y 80, en los que ofrece una visión crítica sobre la realidad cotidiana del momento. Así, posa su incisiva mirada sobre el arte, la moda, los medios de comunicación o el fútbol, desentrañando su función social y su significado oculto con la intención de mostrar la otra cara de la cotidianidad al lector, fomentando así el espíritu crítico con el que Eco nos anima a enfrentarnos al mundo.

Opinión:

   Tanto el título en castellano como el original dan buenas pistas del objetivo y del contenido de este volumen: Eco pretende en él hacer semiología de la vida cotidiana, es decir, desentrañar la realidad del día a día, descubriendo la estrategia oculta que convierte esa realidad en ilusión, en artificio, y descifrando su significado verdadero.
   El autor nos invita a buscar los resortes ocultos de la realidad. Y como el movimiento se demuestra andando, predica con el ejemplo: se sitúa por encima de la realidad, alejado del dolor o de la felicidad, de la belleza artística, del significado de los mensajes que recibimos cada día para descifrar las implicaciones, símbolos y conexiones que los ponen en relación, aunque no siempre seamos capaces de verlo. Destripa la realidad para descubrir el gato encerrado y para enseñarnos a no quedarnos con lo superficial, con la ilusión que nos quieren vender, y buscar el sentido oculto a toda situación, a todo mensaje.
  Eco divide estos mensajes en seis grupos, que constituyen los grandes bloques de la obra, dentro de los cuales estructura una serie de artículos que, desde perspectivas diferentes, confluyen en el análisis semiológico de tales mensajes. Así, dedica el primer bloque a la reflexión sobre la hiperrealidad y estudia algunos de los elementos más llamativos de la cultura norteamericana, sobre todo, su obsesión por la reproducción absolutamente detallista (hiperrealista) de diferentes parcelas de la realidad: desde el arte europeo (con museos que exhiben copias no ya sólo de piezas arte griegas o romanas, sino reconstrucciones de cómo pudieron ser en su origen, antes de que el tiempo y la devastación dejaran a la Venus de Milo sin brazos o al Partenón en ruinas) hasta el propio pasado americano (con recreaciones de ciudades típicas del oeste), pasando por lugares exóticos, como la Polinesia, o meros productos de la fantasía, como Disneyworld. 
  Eco dedica el segundo bloque a no de sus temas favoritos y a uno de los más estudiados por el semiólogo: la Edad Media. En los artículos incluidos en este bloque, realiza un recorrido histórico y simbólico a través de esta época (no tan oscura como nos han querido hacer ver tradicionalmente) y busca los paralelismos con el tercer cuarto del siglo XX. 
  El tercer bloque, “Dioses del subsuelo”, ahonda en los mensajes que nos llegan a través de los medios de comunicación y las fuentes de comunicación social y cultural: la prensa, la televisión, el cine, la literatura… Pero también reflexiona sobre los héroes actuales, la mitología, el papel de las religiones, la razón o las leyes, en una serie de artículos que abordan desde la pena de muerte (a través de un diálogo de corte platónico muy interesante y logrado), el terrorismo o la cuota mínima de violencia que persiste en toda sociedad y que debe ser liberada de algún modo. 
  El cuarto bloque intenta extraer la verdad de la gran ilusión que construyen para nosotros los medios de comunicación. Así, analiza la espectacularización de la cultura, la utilidad o la falacia de las modas culturales o la falsificación de la realidad como modo de actuación. Especialmente interesantes son, en este bloque, sus reflexiones sobre la función sustitutiva del deporte en las sociedades modernas: el deporte televisado sustituye al ejercicio físico, la cháchara deportiva sustituye al debate político, etc. 
  El arte, el cine, la fotografía, es decir, la parte más visual de la cultura, centran el quinto bloque de la obra, en el que también analiza detenidamente la manipulación que ejercen los informativos de televisión, las razones del éxito y la pervivencia de una película como Casablanca o la nueva condición del hombre moderno: la sustitución de la memoria por la imagen. En este penúltimo bloque encontramos uno de los artículos más sorprendentes de la obra y que mejor muestran el modo de proceder de Eco en toda ella: a raíz de un hecho tan trivial como vestir unos pantalones vaqueros, el filósofo analiza no ya sólo lo que ese simple gesto produce en nosotros (la comodidad o incomodidad, cómo las hechuras cambian nuestra modo de caminar…) sino que desentraña la vestimenta como código social y cultural, incidiendo especialmente en el vestuario femenino como forma de represión, y exponiendo una teoría sobre la conexión entre lo que vestimos, cómo nos comportamos y sentimos dentro de ese vestido y nuestra forma de pensar y reflexionar sobre el mundo. 
   Eco cierra La estrategia de la ilusión con una serie de artículos filosóficos que abordan cuestiones como el lenguaje, la interpretación de los pensadores clásicos o las estrategias de lo cómico y lo trágico. Eco rescata aquí figuras como la de Santo Tomás de Aquino y teorías propias tan conocidas como la distinción entre apocalípticos e integrados. 
  Así pues, toda la realidad, hasta los aspectos más triviales (aunque quizá sería mejor decir sobre todo los aspectos más triviales) es objeto de reflexión y análisis crítico en esta obra. Una obra que vio la luz originariamente en la década de los 80 y que mantiene en muchos aspectos su vigencia. Sin embargo, es imposible no preguntarse qué pensará Eco de algunos de los temas estudiados (como los medios de comunicación o la copia de libros a través de las fotocopias, una forma de piratería que hoy nos parece tan ingenua y lejana), tras la revolución digital y la globalización de la cultura y el conocimiento. 
   Con su punzante ironía y un estilo directo y certero, Umberto Eco ofrece en estos pequeños ensayos una visión crítica de la realidad, desde su perspectiva más cotidiana y reveladora. Una buena manera de mostrarnos la cara oculta de nuestra existencia y de desnudar la ilusión.

   Enlace a la publicación original en Anika entre Libros.
   Nos seguimos leyendo.

5 comentarios:

  1. Una reseña interesante e instructiva. Pero no creo que em anime con este libro, te lo tengo que reconocer.
    Besotes!!!

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  2. Personalmente, de Umberto Eco, mi favorito sigue siendo El Nombre de la Rosa. Hubiera sido El Péndulo de Foucault, pero no puedo perdonarle la "cagada" que cometió al hablar del código Vigennere. Cualquiera con conocimientos de criptografía siente un gran dolor en el estómago al leerlo. Si no hubiera sido por eso, como digo, pensaría que es mejor incluso que El Nombre de la Rosa, pero bueno...

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  3. Lo leí hace un tiempo porque el de la ilusión es un tema que me interesa muchísimo y, como casi todo lo de Eco, me gustó mucho. Creo que es un libro al que, en este momento de mi vida, debería volver, que tengo la ilusión descontrolada.

    Besos

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  4. Una gran reseña, Lidia. Me apunto el libro; me ha interesado mucho.

    ¡Saludos!

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