"Espía de Dios", de Juan Gómez-Jurado: un interesantísimo thriller sobre los secretos del Vaticano

Ficha técnica:

Título: Espía de Dios               Autor: Juan Gómez-Jurado

Editorial: Planeta                     Género: novela, thriller       Páginas: 400

Publicación: 26/03/2013    ISBN:  978-84-08-11447-5

Sinopsis (editorial):

  Un centenar de cardenales acuden al Vaticano para asistir al Cónclave del que saldrá elegido el nuevo Papa. Pese a las infranqueables medidas de seguridad dos de ellos aparecen asesinados siguiendo un macabro ritual. La psiquiatra criminalista Paola Dicanti, ayudada por el padre Anthony Fowler, deberá atrapar a un asesino en serie cuyo objetivo son los jerarcas de la Iglesia. Oficialmente las muertes de los cardenales no están ocurriendo y Paola se enfrentará a un juego mortal donde nada es lo que parece con los ojos del mundo entero puestos sobre la Ciudad Eterna.

 Si hay un tipo de criminales que, para mí, no merecen compasión alguna son los pederastas. De verdad, es que no puedo con ellos. No entiendo qué puede pasar por la cabeza de una persona para hacer daño a un niño. Mucho menos, por supuesto, para abusar físicamente de él, para robarle su tesoro más preciado, su infancia; para marcar su destino para siempre. Cierto es que no todos reaccionamos igual a los acontecimientos de nuestras infancias pero creo que un abuso así durante tus primeros años de vida tiene que cambiar tu forma de entender el mundo para siempre.
   De todo ello se habla en este thriller que, como ves, da que pensar además de hacer pasar un buenísimo rato. Un buen rato... o bueno, uno malo, que es un thriller muy bien construido.
   La novela narra la búsqueda de un asesino en serie que está acabando con los cardenales papables tras la muerte de Juan Pablo II. Gómez-Jurado mezcla realidad y ficción para ofrecernos una historia que se mueve entre lo real y lo posible, como bien advierte el autor  en la nota que incluye al comienzo de la obra: "Esta historia es de ficción pero muy cercana a la realidad en cuando al modo de funcionamiento interno del Vaticano y del Instituto Saint Matthew [...]. Tal vez lo más inquietante de esta novela no son los hechos que narra, sino que podrían ser ciertos". Una afirmación que te abre el apetito en los preliminares de la novela, como todo buen aperitivo, pero que te deja noqueada al final, refuerza el sabor amargo de todo lo narrado y te hace pensar (aún más) sobre el tipo de mundo en el que estamos viviendo, sobre las mentiras que nos cuentan, los escándalos que se esconden, las verdades a medias, la ficción que algunas instituciones crean para nosotros.
    A caballo entre la novela policíaca y el thriller más trepidante, Espía de Dios está construida de forma fragmentaria a través de la relación de los pasos y las averiguaciones que van realizando los personajes principales (la inspectora Paola Dicanti y el sacerdote y ex oficial de Inteligencia de la Fuerza Aérea estadounidense -entre otras cosas- Anthony Fowler), la transcripción de las conversaciones mantenidas en el instituto Saint Matthew e informes de distinto signo que van desde los datos demográficos de la ciudad del Vaticano a exámenes de Dicanti, pasando por documentos policiales, artículos periodísticos, fragmentos epistolares, etc. El encabezamiento de cada retazo de la narración con la referencia explícita al lugar, fecha y hora en la que ocurre lo que se va a contar contribuye a reforzar esa sensación de informe policial que transmite toda la novela. Una impresión que también se apoya en el narrador objetivo que es omnisciente porque está en todas partes y conoce el corazón de muchos protagonistas pero que a veces es mero testigo de lo que ocurre como cuando apunta "no sabemos si porque estaba perdiendo reflejos por la edad o porque estaba evaluando la situación".
   Creo que los dos personajes principales (asesino en serie al margen) están muy bien construidos y tienen mucha fuerza aunque, por poner alguna pega, no me gustan ciertos gestos que, sí, humanizan a la inspectora pero también la hacen más débil, como el hecho de vivir con su madre, tener un miedo irracional al llegar a casa o abofetear a un compañero. Nos hacen pensar que la heroína de esta historia tiene sus puntos débiles, es verdad, pero... ¿hubiera hecho lo mismo si hubiera sido un inspector? Y si lo hubiera hecho, ¿qué habría pensado el lector de un protagonista que se deja llevar por el miedo y agrede a un compañero? No digamos si a quien hubiera agredido fuera a una mujer... El trato del personaje femenino, en este sentido, me recuerda a una frase que decía mi profesor de filosofía: "manos blancas no ofenden". Aunque pueda parece otra cosa, en el fondo me parece discriminatorio, porque estás devaluando a la mujer en el uso de su fuerza. Y, en el caso de la novela, devalúa a la inspectora en cuando al control de sus emociones, cayendo en el tópico de que las mujeres nos dejamos llevar por los sentimientos con demasiada frecuencia. Su reacción me parece poco profesional y creo que desenfoca la valía del personaje como investigadora de prestigio. Pero, aclaro, no es más que mi impresión personal y solo se da en el comienzo de la novela, después no se vuelve a hacer ninguna mención (que yo recuerde) a flaquezas de este tipo. Hay otro punto en cuanto a Dicanti y Fowler que me chirría un poco, pero no quiero desvelar nada de la trama.
   Me ha parecido fascinante todo el telón de fondo de la curia, los escándalos que ocultan (muchas veces reales) y sus consecuencias. El consentimiento de la pederastia (si no se castiga, se consiente, bajo mi punto de vista) me resulta totalmente deleznable y es, junto con la soberbia, el mal uso de la riqueza, las ansias de poder y el trato que dan a todo lo femenino, lo que me aleja de una iglesia ajena al ser humano y a lo que creo debieron de ser las enseñanzas primigenias de Jesús. Así que encontrar un libro en el que se habla de ello me ha resultado muy interesante. Sobre todo porque, insisto, toda la trama está muy bien armada.
   Juan Gómez-Jurado ya prometía con su primera novela y el éxito que obtuvo (y sigue obteniendo: ha sido reeditada este año y, desde que se publicó en 2006 hasta ahora se ha convertido en un bestseller mundial) no es fruto de la casualidad. Puede que Espía de Dios no sea perfecta pero marca un camino muy optimista para un autor que, años después fue capaz de escribir un novelón como La leyenda del ladrón, una obra que, para mí, sí es perfecta. Me quedan dos por leer. No me arrepiento en absoluto de haberme propuesto el reto de leer todas sus novelas este año. Voy a disfrutar (o sea, a seguir disfrutando) muchísimo. 
   Nos seguimos leyendo.      

        

   Incluyo este libro en los siguientes retos:

•  Reto Juan Gómez-Jurado: 1/3
•  Desafío100 libros: 50/100
• Reto Sumando: 13/2013          
•  Reto Negro y criminal: 9/15